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+11 Poemas antiguos ¡Para enamorar!

poemas antiguos
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Cuando hablamos de la antigüedad, nos referimos al tiempo que ha transcurrido desde que una cosa empezó a existir y hablar de poemas antiguos nos adentra en un mundo de culturas, tan diversas.

Donde podemos encontrar toda clase de perspectivas y puestas en escena, donde la diversidad poética no tiene límites.

Las culturas ancestrales aguardan tesoros, reliquias y pergaminos sorprendentes

En esa diversidad encontramos desde poemas sobre el amor, la muerte, a la tierra, los elementos, los paisajes, los dioses, la amistad, pueblos, situaciones, personajes, incluso hasta momentos históricos.

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En fin, es amplia la gama de temáticas, que manejaban los poetas de la antigüedad; que esto quiere decir que, la poesía se encuentra sujeta a la historia.

La poesía nació con el ser humano en cuanto éste es capaz de formular cada palabra ordenada y de generar emociones y le ha acompañado y le acompaña.

Poemas antiguos

Los poemas antiguos tienen una característica compleja que nos reflejan la forma de la sociedad de la época antigua.

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Estos poemas que recogemos para ustedes representan una pequeña muestra de ese universo que aveces no está tan lejano, y circunda con nuestra actualidad.

La poesía ha sido una herramienta muy amplia y muy poderosa para la existencia de la humanidad.

Acá reflejaremos algunos poemas antiguos entre sumerios y celtas; así como de la antigüedad clásica, donde podemos observar diferentes temáticas como por ejemplo el amor.

Publicamos lo que se considera el poema de amor más antiguo que está basada en cinco poemas independientes sumerios, que constituyen la obra épica más antigua conocida.

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Poema de Gilgamesh (fragmento)

Corresponde a un mito sumerio elaborado en torno a la figura de un personaje, Gilgamesh de Uruk, convertido en leyenda.

El personaje vive diferentes episodios, algunos de ellos muy tardíos. En el fragmento se expone el verso es sobre la muerte.

Nadie ve la muerte,
nadie ve el rostro de la muerte,
nadie oye la voz de la muerte.
La furiosa muerte es la que quiebra a la humanidad.

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En un momento dado edificamos una casa,
en otro, formamos una familia,
un día los hermanos se reparten la hacienda,
al día siguiente surge la enemistad en el país.

Otro día el río creció y trajo la inundación,
la libélula aparece flotando en el río.

Su rostro contempla la faz del Sol,
pero entonces, ¡ya no hay nada!
El prisionero y el muerto ¡cuán parecidos son el uno al otro!

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No pueden dibujar la figura de la muerte.
A un hombre nunca un muerto dirigió el saludo en el país.
Los Anunnaki, los grandes dioses, estaban reunidos en asamblea.

Mammitu, la creadora del destino, junto a ellos decreta los destinos.
Ellos establecieron la muerte y la vida,
pero de la muerte no dieron a conocer el día.

Tara

Del celta Fintan, -o Fionntán-, siglo V, el poema Tara es una epopeya al dios de quien se dice que vivió 5.500 años, bajo la forma de salmón, águila y halcón.

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Tara Breg, ¿por qué se la nombra así?
¡Cuál es la respuesta, sabios!
¿Cuándo el nombre se separó de su contenido?
¿Y cuándo Tara decidió seguir siendo Tara?

¿Fue en el tiempo de Partolón en los combates,
o durante la conquista de Cesair,
o con Nemed, el del recio valor,
o con Cigal, de miembros arrolladores?

¿Fue con los Fir Bolg, de los grandes barcos,
o con el linaje de los duendes?
¿Decid con cuál de estas invasiones

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Tara transmitió su antiguo conocimiento a Tara?
Oh Duban, oh Findchad de espíritu generoso,
oh Bran, oh veloz Cualad,
oh Tuan, oh cinco magnos,
¿Por qué signos se la reconoce a Tara?

En un tiempo fue un gran bosque de avellanos,
en la era del noble hijo de Olicán,
hasta que fue derribado el espeso bosque
por Liath, hijo de Laigne Lethan-glas.

Desde entonces se la llamó Druim Cáin,
la colina a la que venían los grandes hombres,
hasta que llegó la casta Crofhind,
de la hija del célebre Allod.

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Cathair Crofhind, sin dilación,
fue su nombre entre los Tuatha de Danaan,
hasta que llegó la justa Tea,
la novia de Éremon, el gigante.

Con altos muros de piedra rodeó su casa
la gran Tea, la del fuerte brillo, hija de Lugaid,
hasta que murió y fue sepultada
al otro lado del muro, y por esto se llama Tara.

El lugar de los reyes fue su nombre,
reinó en Tara el linaje de los milesios
y recibió cinco nombres
desde Fordruim hasta que fue Tara.

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Yo soy Fintan, el poeta,
no soy un salmón de un solo río,
aquí fue donde alcancé gran renombre
sobre la sagrada tierra de Tara.

Canto a Éire

Este poema, del celta Amergin, año 1.268 antes de Cristo, está dedicado a la tierra de Éire. Con sutiles palabras describe su tierra como una maravilla que fue y que debe seguir.

Invoco a la dulce tierra de Éire
Bañada por el pródigo océano de luz.
Fértil es la montaña colmada de fruta,
Fruta esparcida por el bosque de lluvias,

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De lluvia es el río de cascadas,
Cascadas junto al lago de profundo lecho,
Hondo es el pozo de la cumbre,
Una hondonada de tribus es la asamblea.

Una multitud de reyes es Tara,
Tara es la colina de las tribus milesias,
Las tribus milesias de los descendientes de Míl,
De Míl el de los barcos formidables,

Como un barco formidable es la dulce tierra de Éire,
Dulce tierra de Éire cantada con misterio,
Y conjuro de gran conocimiento,
La gran ciencia de las esposas de Bres

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Las esposas de Bres de Buaigne
Pero a la inmortal diosa Éire,
Eremon la ha enamorado.

Yo, Amergin, la invoco.
Invoco a la dulce tierra de Éire.

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Es cerveza lo que cae cuando llueve

Este es un poema adjudicado a Loegeiré, en el siglo V, quien fue uno de los reyes de Tara, adversario de San Patricio.

Nos describe el ánimo que brinda a los ejércitos de los dioses, combinado con metáforas para imprimir emociones.

¡Qué maravilla, oh Crimthann Cass!
Es cerveza lo que cae cuando llueve.
Todo ejército en marcha tiene cien mil guerreros:
Y va marchando de reino en reino.

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Se escucha la música noble y melodiosa de los dioses:
Se va marchando de reino en reino.
Bebiendo en copas brillantes,
Y se conversa con quien os ama…

Tengo por mujer mía
A Der Grené, hija de Fiachna.
Y también hay una mujer
Para cada uno de mis cincuenta compañeros.

Nos hemos llevado de la llanura de Mag Mell
Treinta calderos, treinta cuernos para beber,
Nos hemos llevado el lamento que canta Maer,
hija de Eochaid, el silencioso.

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¡Qué maravilla, oh Crimthann Cass!
Es cerveza lo que cae cuando llueve.
Todo ejército en marcha tiene cien mil guerreros:
Y va marchando de reino en reino.

El mirlo del lago Laíg

Este poema de autor anónimo del siglo VIII, nos adentra en otro lado de la poesía antigua donde los elementos y los colores son los protagonistas del corto poema.

El pájaro
Ha silbado
Desde la punta de su pico
De vivo amarillo

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Canta su reclamo
Sobre el lago Laíg
Un mirlo en una rama
Un montón de amarillo.

Epigrama de Áed

Nos encontramos un poema corto de autor anónimo, del siglo IX, que describe una conversación donde señalan la pérdida de Áed de Connacht, deidad en la época medieval.

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-¿Habéis visto
a Áed de Connacht en el vado?
– Solo vimos su escudo
derrumbado sobre su sombra.

Frío

Este singular poema, sin autor, del siglo IX, nos versa sobre la fuerza de la naturaleza y su impacto que tiene sobre el ser del poeta, que es de frío, por la tempestad.

¡Siempre frío!
La más grande tempestad en todas partes;
los arroyos se han convertido en ríos
y cada lago ha quedado rebosado.

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Como un magno mar cada lago se eleva,
cada cosa pequeña es una multitud,
las gotas de lluvia son blocas de escudos,
los copos, son pieles de carnero blanco.

Un pozo es cada sucio charco,
Se alza el llano, un bosque es cada páramo;
no hay refugio para las bandadas de aves que tiemblan
y la blanca nieve nos llega a la cadera.

La escarcha ha cortado los caminos
rodeando, artera, el menhir de Colt:
la tempestad se atrinchera por todos lados
y nadie atina más que a decir “¡Frío!”.

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La canción de las calaveras

Este poema anónimo del siglo X, titulado La canción de las calaveras, que no es más que un escrito lúgubre que nos habla sobre la caída de las tropas en combate por los reyes.

¡Ay, Rey de Reyes,
Rey verdadero de incontables tropas!
Más triste que cualquier otra música
es la música de las calaveras en esta noche fría.

Ven aquí, cráneo de Géagán,
vamos a juntarnos,
es grande la tarea que iniciamos
cantando junto al hijo de Cuilennán.

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Éramos tres hermanos anoche,
era grande nuestra fuerza en el ejército,
Aunque esta noche estén nuestros tres cráneos
entonando esta triste canción.

¡Ay, qué gran desgracia!
Es muy breve el lapso entre el domingo y el lunes,
pero es más breve el plazo en que el Rey de las Nubes
puede arrebatar a cada uno la fuerza que tuvo.

A cada uno de nosotros le dio una fruta
el príncipe que mantenía a las mesnadas
comprometiéndonos a hacer sonar
nuestra música lúgubre y triste.

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¡Ay, ay!
Cormac cayó en la batalla;
desde que falta su casta en el mundo
ha huido la gloria del rey de Cashel.

Cormac del Túmulo de los Reyes
Reinó sobre el noble Munster;
a todas las órdenes de sus labios obedecieron
lo mismo los fuertes que los débiles.

Es el alba, dejad vuestra música.
¡Ay, ahora debéis marcharos!
Decid adiós por esta noche
y regresad a vuestros cuerpos muertos.

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Poema de amor

Considerado el más antiguo poema de amor, de acuerdo con el Museo Arqueológico de Estambul, donde se expone la placa de arcilla en que fue plasmado en escritura cuneiforme y lengua sumeria, hace unos cuatro mil años.

Novio de mi corazón, amado mío;
tu encanto es dulce, dulce como la miel.
Querido de mi corazón, amado mío;
tu encanto es dulce, dulce como la miel.

Tú me has cautivado, libremente iré hasta ti;
novio mío, quiero escapar contigo a la cama.
Tú me has cautivado, libremente iré hasta ti;
querido mío, quiero escapar contigo a la cama.

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Novio mío, te haré cosas deliciosas;
dulce tesoro mío, miel te llevaré.
En la alcoba, empapada de miel,
gocemos de tu dulce encanto.

Querido mío, te haré cosas deliciosas;
dulce tesoro mío, miel te llevaré.

Novio mío, si me quieres,
habla con mi madre y a ti me entregaré;
habla con mi padre y me entregará a ti como regalo.

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Darte placer… Yo sé cómo darte placer;
novio mío, duerme en mi casa hasta el alba.
Alegrar el corazón… Yo sé cómo alegrar tu corazón;
querido mío, duerme en mi casa hasta el alba.

Si me amas,
amado mío, hazme cosas deliciosas.

Mi señor, mi dios; mi señor y mi dios protector,
mi Shusin, que alegra el corazón de Enlil,
¡ojalá me hicieras cosas deliciosas!
Tu sitio, dulce como la miel… ¡Ojalá pusieras tu mano sobre él!

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Pon tu mano sobre él como la tapa de una copa;
extiende tu mano sobre él como la tapa de una copa.

Elogio a platón

La amistad de Aristóteles con su maestro platón (Aristocles) era una relación de mutua admiración y la cual se ve evidenciada por el elogio dedicado por el estagirita a su preceptor:

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Al llegar a la famosa llanura de Cecropia
Piadoso levantó un altar de la santa amistad
Al varón a quien no es licito a los perversos siquiera loar,

Al único o primero de los mortales que reveló claramente,
Con su propia vida y con los métodos de sus palabras,
Cómo un varón llega a ser bueno y feliz al mismo tiempo.
Ahora, imposible que nadie vuelva a alcanzar ambas cosas.

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Sin título

Traemos a esta selección de poemas antiguos a Safo, de la antigua Grecia,  y considerada la poetisa más antigua.

Vivió en la época donde si algo no era bello en su forma, no podría ser considerado bello en su contenido. Este poema, describe como percibe y siente el amor la poeta.

Me parece que es igual a los dioses
el hombre aquel que frente a ti se sienta,
y a tu lado absorto escucha mientras
dulcemente hablas y encantadora sonríes.

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Lo que a mí
el corazón en el pecho me arrebata;
apenas te miro y entonces no puedo
decir ya palabra

Al punto se me espesa la lengua
y, de pronto, un sutil fuego me corre
bajo la piel, por mis ojos nada veo,
los oídos me zumban,

me invade un frío sudor y toda entera
me estremezco, más que la hierba pálida
estoy, y apenas distante de la muerte
me siento, infeliz.

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