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+20 Poemas de José Martí ¡Cortos para niños!

Poemas de José Martí
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José Julián Martí Pérez, conocido mundialmente como José Martí, fue un político republicano democrático, pensador, escritor, periodista, filósofo, poeta, revolucionario y creador del Partido Revolucionario Cubano.

Es uno de los poetas, latinoamericano, más importantes del siglo XIX, quien ha inspirado incluso a músicos. En su poesía puede notarse una fuerte tendencia al realismo y un claro rechazo a la estética propuesta por los amantes de la retórica.

Sus poemas gozan de gran popularidad y calidad expresiva, con un contenido vigente, abordando temáticas que van desde los cósmico, lo grandioso a lo universal.

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El compromiso literario de Martí, trasciende fronteras, incluso, llega a ser inspirador tanto para grandes poetas como artistas. Los poemas de José Martí tiene un enfoque cognitivo, comunicativo y sociocultural.

Poemas de José Martí (Cortos para niños)

Los poemas de José Martí,representan la realidad del poeta, ya que demuestran la intención, la finalidad y la situación, a pesar de manejar estructuras discursivas complejas.

Los poemas de José Martí gozan de gran popularidad y calidad expresiva con contenido vigente.

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20. ¡Dolor! ¡Dolor! eterna vida mía

El poema ¡Dolor! ¡Dolor! eterna vida mía es una muestra del sufrimiento. El poeta siente que el dolor es parte de sí mismo y no puede separarse de su vida y su creación literaria. No se siente bien consigo mismo. Hay algo que le hace sentir infeliz, pero él se entrega la pasión, a la vida, al amor.

¡Dolor! ¡Dolor! eterna vida mía,
Ser de mi ser, sin cuyo aliento muero!

Goce en buen hora espíritu mezquino
Al son del baile animador, y prenda
Su alma en las flores que el flotante lino
De mujeres bellísimas engasta:

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Goce en buen hora, y su cerebro encienda
En la rojiza lumbre de la incasta
Hoguera del deseo:

Yo, ¿embriagado de mis penas,? me devoro,
Y mis miserias lloro,
Y buitre de mí mismo me levanto,
Y me hiero y me curo con mi canto,
Buitre a la vez que altivo Prometeo.

19. Fuera del mundo

El poema de José Martí, Fuera del mundo nos versa sobre la posición del individuo, quien se siente fuera de lugar. Anhela y revive la calidez que le brinda estar en una zona de comodidad. Estar fuera de lugar, significa no encajar.

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Fuera del mundo que batalla y luce
Sin recordar a su infeliz cautivo,
A un trabajo servil sujeto vivo
Que a la muerte temprano me conduce.

Mas hay junto a mi mesa una ventana
Por donde entra la luz; y no daría
Este rincón de la ventana mía
¡Por la mayor esplendidez humana!

18.  Cultivo una rosa blanca

Este es un poema de versos de gran sencillez que, sin embargo, asoma, sentimientos complejos. Trata sobre el valor de la amistad.

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Reflexiona sobre la importancia de no guardar o cultivar rencores para aquellos que nos hacen daño o nos traicionan, para los que piensan distinto o no comulgan con nuestras ideas.

Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

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17. Dos Patrias

En éste poema, el poeta sucumbe ante uno de sus principales problemas en la vida, que fue, vivir en el exilio. José Martí expresa con un verso fascinante, lo difícil que es enfrentar la ausencia de su amada Cuba.

Dos patrias tengo yo: Cuba y la noche.
¿O son una las dos? No bien retira
su majestad el sol, con largos velos
y un clavel en la mano, silenciosa
Cuba cual viuda triste me aparece.

¡Yo sé cuál es ese clavel sangriento
que en la mano le tiembla!
Está vacío mi pecho, destrozado está y vacío
en donde estaba el corazón.

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Ya es hora de empezar a morir.
La noche es buena para decir adiós.
La luz estorba y la palabra humana.
El universo habla mejor que el hombre.
Cual bandera que invita a batallar, la llama roja
de la vela flamea.

Las ventanas abro, ya estrecho en mí.
Muda, rompiendo las hojas del clavel, como una nube
que enturbia el cielo, Cuba, viuda, pasa…

16. Domingo triste

Como parte del repertorio poético del maestro José Martí, igualmente, encontramos versos melancólicos, donde podemos entrever la tristeza de lo que representó el exilio para el cubano de nacimiento.

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Las campanas, el sol, el cielo claro
me llenan de tristeza, y en los ojos
llevo un dolor que el verso compasivo mira,
un rebelde dolor que el verso rompe
¡y es, oh mar, la gaviota pasajera
que rumbo a Cuba va sobre tus olas!

Vino a verme un amigo, y a mí mismo
me preguntó por mí; ya en mí no queda
más que un reflejo mío, como guarda
la sal del mar la concha de la orilla.
Cáscara soy de mí, que en tierra ajena
gira, a la voluntad del viento huraño,
vacía, sin fruta, desgarrada, rota.

Miro a los hombres como montes; miro
como paisajes de otro mundo, el bravo
codear, el mugir, el teatro ardiente
de la vida en mi torno: ni un gusano
es ya más infeliz: ¡suyo es el aire,
y el lodo en que muere es suyo!

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Siento la coz de los caballos, siento
las ruedas de los carros; mis pedazos
palpo: ya no soy vivo: ¡ni lo era
cuando el barco fatal levó las anclas
que me arrancaron de la tierra mía!

Poemas cortos de José Martí

El maestro José Martí a través de versos cortos, limpios y directos, consiguió expresar sus ideas políticas, sus sentimientos amorosos e incluso su posición respecto a las religiones. El poeta se destaca por la amplia gama de poemas cortos publicados.

 José Martí aborda como temática lo cósmico, lo grandioso, lo universal. Es una poesía insólita, bravía, enérgica, dinámica, rebelde, vigorosa.

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15. Qué importa que tu puñal 

Este poema de José Martí demuestra perfectamente en pocos versos como los autores del día usaban su arte para evitar el «dolor» que experimentaba. el dolor no es de tipo físico, – un dolor causado por la situación actual del siglo XIX.

¿Qué importa que tu puñal
se me clave en el riñón?
¡Tengo mis versos, que son
más fuertes que tu puñal!

¿Qué importa que este dolor
seque el mar, y nuble el cielo?
El verso, dulce consuelo,
nace alado del dolor.

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14. Cuba nos une

Como parte del repertorio que nos muestra el poeta José Martí, de su patria natal, nos encontramos con uno de los versos cortos, que conmueve el alma de cualquiera que haya pisado esa tierra.

Cuba nos une en extranjero suelo,
Auras de Cuba nuestro amor desea:
Cuba es tu corazón, Cuba es mi cielo,
Cuba en tu libro mi palabra sea.

13. Cese, señora, duelo

Apareció en el poemario Recuerdos de mi infancia, José Martí de Joaquin Ravanet, quien señala que lo escribió durante su primera deportación a España, como un estímulo a la santiaguera, Bárbara Echevarría, madre de Ravanet.

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Cese, señora, el duelo en vuestro canto,
¿Qué fuera nuestra vida sin enojos?
¡Vivir es padecer! ¡sufrir es santo!
¿Cómo fueran tan bellos vuestros ojos
Si alguna vez no los mojara el llanto?

Romped las cuerdas del amargo duelo.
Quien sufre como vos sufrís, señora:
Es más que una mujer, algo del cielo,
Que de él huyó y entre nosotros mora.

12. Cuando me puse a pensar

La lucha por no parecerse a otro escritor, es la esencia del poema corto de José Martí, Cuando me puse a pensar. El poeta se debate entre ser él mismo, ser una copia o lo que se espera de él. Renunciar a una vida propia, o vivir una que no es suya.

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Cuando me puse a pensar
La razón me dio a elegir
Entre ser quien soy, o ir
El ser ajeno a emprestar,

Mas me dije: si el copiar
Fuera ley, no nacería
Hombre alguno, pues haría

Lo que antes de él se ha hecho:
Y dije, llamando al pecho,
¡Sé quien eres, alma mía!

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11. Si ves un monte de espumas

Fuerte y resplandeciente son los versos del poeta José Martí, y en el poema Si ves un monte de espumas, el tema que no es más que la misma poesía, intenta explicar qué significa para él la poesía que él escribe.

Si ves un monte de espumas,
Es mi verso lo que ves:
Mi verso es un monte,
y es Un abanico de plumas.

Mi verso es como un puñal
Que por el puño echa flor:
Mi verso es un surtidor
Que da un agua de coral.

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Mi verso es de un verde claro
Y de un carmín encendido:
Mi verso es un ciervo herido
Que busca en el monte amparo.

Mi verso al valiente agrada:
Mi verso, breve y sincero,
Es del vigor del acero
Con que se funde la espada.

10. La perla de la mora

El poeta José Martí nos enseña a través del poema corto, la sublimación de aquel refrán tan recordado: “Nadie sabe lo que tiene hasta que lo pierde”, y de aquella idea de que, aunque se puede amar lo que se tiene, hay que aprender a saberlo a amar.

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Una mora de Trípoli tenía
Una perla rosada, una gran perla:
Y la echó con desdén al mar un día:
«¡Siempre la misma! ¡ya me cansa verla!»

Pocos años después, junto a la roca
De Trípoli… ¡la gente llora al verla!
Así le dice al mar la mora loca:
«¡Oh mar! ¡oh mar! ¡devúelveme mi perla!»

9. Rosario

Entre los principales poemas de amor de José Martí, nos encontramos con el poema Rosario. Está dedicado a Rosario de la Peña y se presume que fue escrito en marzo de 1875, el poema pertenece a la denominación “Versos de Circunstancias” que aparecen reflejados en el tomo 17 de las Obras Completas de José Martí.

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En ti pensaba yo, y en tus cabellos
que el mundo de la sombra envidiaría,
y puse un punto de mi vida en ellos
y quise yo soñar que tú eras mía.

Ando yo por la tierra con los ojos
alzados ¡oh, mi afán! a tanta altura
que en ira altiva o míseros sonrojos
encendiólos la humana criatura.

Vivir: Saber morir; así me aqueja
este infausto buscar, este bien fiero,
y todo el Ser en mi alma se refleja,
y buscando sin fe, de fe me muero.

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8. Yo soy un hombre sincero

En este poema, el autor José Martí, nos habla sobre diferentes aspectos de la vida, expresa su conocimiento sobre virtudes y sentimientos que son producto de situaciones que pasan en la vida cotidiana.

Yo soy un hombre sincero
De donde crece la palma,
Y antes de morirme quiero
Echar mis versos del alma.

Yo vengo de todas partes,
Y hacia todas partes voy:
Arte soy entre las artes,
En los montes, monte soy.

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Yo sé los nombres extraños
De las yerbas y las flores,
Y de mortales engaños,
Y de sublimes dolores.

Yo he visto en la noche oscura
Llover sobre mi cabeza
Los rayos de lumbre pura
De la divina belleza.

7. Con la primavera

Entre los variados poemas de José Martí, encontramos versos que mezclan la simpleza de las palabras con la profundidad de su conjunción. El amor, el renacimiento, la apuesta por la vida se vinculan con la primavera.

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Con la primavera
Viene la canción,
La tristeza dulce
Y el galante amor.

Con la primavera
Viene una ansiedad
De pájaro preso
Que quiere volar.

No hay cetro más noble
Que el de padecer:
Sólo un rey existe:
El muerto es el rey.

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6. Sé, mujer, para mí, como paloma

Entre los versos del poeta José Martí, hay poemas dedicados al amor y a la figura femenina. Éste describe, al sujeto poético, como ocurre en general en el modernismo americano, convoca a la mujer, ligada para él, al sentido del mundo

Sé, mujer, para mí, como paloma
Sin ala negra:
Bajo tus alas mi existencia amparo:
¡No la ennegrezcas!

Cuando tus pardos ojos, claros senos
De natural grandeza,
En otro que no en mí sus rayos posan
¡Muero de pena!

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Cuando miras, envuelves, cuando miras,
Acaricias y besas:
Pues ¿,cómo he de querer que a nadie mires,
Paloma de ala negra?

5. Cultivo una rosa blanca

Siendo el poema Cultivo una rosa blanca, uno de los poemas cortos más célebres de José Martí, es un poema sobre el valor de la amistad y la importancia de cultivar, con los demás, un amor sincero, puro.

Cultivo una rosa blanca
en junio como en enero
para el amigo sincero
que me da su mano franca.

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Y para el cruel que me arranca
el corazón con que vivo,
cardo ni ortiga cultivo;
cultivo la rosa blanca.

4. Mi caballero

El poema Mi caballero, pertenece al libro de poemas más importante escrito por el autor El Ismaelillo. José Martí lo escribió para su hijo en Nueva York, cuando su mujer se lo llevó consigo de vuelta a Cuba. En este poema nos habla de un padre que recuerda cuando jugaba con su hijo.

Por las mañanas
Mi pequeñuelo
Me despertaba
Con un gran beso.

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Puesto a horcajadas
Sobre mi pecho,
Bridas forjaba
Con mis cabellos.

Ebrio él de gozo,
De gozo yo ebrio,
Me espoleaba
Mi caballero:

¡Qué suave espuela
Sus dos pies frescos!
¡Cómo reía
Mi jinetuelo!

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Y yo besaba
Sus pies pequeños,
¡Dos pies que caben
En solo un beso!

3. La niña de Guatemala 

Siendo uno de los poemas de amor más famosos e intrigantes del poeta José Martí, describe el suicidio de una menor. Quien al parecer, sostuvo una relación con el cubano, justo antes de casarse y que esta acción desencadenó en la más profunda tristeza que hizo que que La niña de Guatemala, María García Granados y Saborío, muriera de amor.

Quiero, a la sombra de un ala,
contar este cuento en flor:
la niña de Guatemala,
la que se murió de amor.

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Eran de lirios los ramos;
y las orlas de reseda
y de jazmín; la enterramos
en una caja de seda…

Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor;
él volvió, volvió casado;
ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
obispos y embajadores;
detrás iba el pueblo en tandas,
todo cargado de flores…

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Ella, por volverlo a ver,
salió a verlo al mirador;
él volvió con su mujer,
ella se murió de amor.

Como de bronce candente,
al beso de despedida,
era su frente -¡la frente
que más he amado en mi vida!…

Se entró de tarde en el río,
la sacó muerta el doctor;
dicen que murió de frío,
yo sé que murió de amor.

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Allí, en la bóveda helada,
la pusieron en dos bancos:
besé su mano afilada,
besé sus zapatos blancos.

Callado, al oscurecer,
me llamó el enterrador;
nunca más he vuelto a ver
a la que murió de amor.

2. Los zapaticos de rosa

En este poema, José Martí hace mayor hincapié a los sentimientos humanos y los valores universales que deben regir la conducta humana. En el interior de sus versos se puede observar cómo el escritor muestra los roles que rigen la sociedad.

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Hay sol bueno y mar de espuma,
Y arena fina, y Pilar
Quiere salir a estrenar
Su sombrerito de pluma.

«¡Vaya la niña divina!»
Dice el padre y le da un beso:
«¡Vaya mi pájaro preso
A buscarme arena fina!»

«Yo voy con mi niña hermosa»,
Le dijo la madre buena:
«¡No te manches en la arena
Los zapaticos de rosa!»

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Fueron las dos al jardín
Por la calle del laurel:
La madre cogió un clavel
Y Pilar cogió un jazmín.

Ella va de todo juego,
Con aro, y balde, y paleta:
El balde es color violeta:
El aro es color de fuego.

Vienen a verlas pasar:
Nadie quiere verlas ir:
La madre se echa a reír,
Y un viejo se echa a llorar.

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El aire fresco despeina
A Pilar, que viene y va
Muy oronda: ?«¡Di, mamá!
¿Tú sabes qué cosa es reina?»

Y por si vuelven de noche
De la orilla de la mar,
Para la madre y Pilar
Manda luego el padre el coche.

Está la playa muy linda:
Todo el mundo está en la playa:
Lleva espejuelos el aya
De la francesa Florinda.

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Está Alberto, el militar
Que salió en la procesión
Con tricornio y con bastón,
Echando un bote a la mar.

¡Y qué mala, Magdalena
Con tantas cintas y lazos,
A la muñeca sin brazos
Enterrándola en la arena!

Conversan allá en las sillas,
Sentadas con los señores,
Las señoras, como flores,
Debajo de las sombrillas.

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Pero está con estos modos
Tan serios, muy triste el mar:
¡Lo alegre es allá, al doblar,
En la barranca de todos!

Dicen que suenan las olas
Mejor allá en la barranca,
Y que la arena es muy blanca
Donde están las niñas solas.

Pilar corre a su mamá:
«¡Mamá, yo voy a ser buena:
Déjame ir sola a la arena:
Allá, tú me ves, allá!»

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«¡Esta niña caprichosa!
No hay tarde que no me enojes:
Anda, pero no te mojes
Los zapaticos de rosa.»

Le llega a los pies la espuma:
Gritan alegres las dos:
Y se va, diciendo adiós,
La del sombrero de pluma.

¡Se va allá, dónde ¡muy lejos!
Las aguas son más salobres,
Donde se sientan los pobres,
Donde se sientan los viejos!

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Se fue la niña a jugar,
La espuma blanca bajó,
Y pasó el tiempo, y pasó
Un águila por el mar.

Y cuando el sol se ponía
Detrás de un monte dorado,
Un sombrerito callado
por las arenas venía.

Trabaja mucho, trabaja
Para andar: ¿qué es lo que tiene
Pilar que anda así, que viene
Con la cabecita baja?

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Bien sabe la madre hermosa
Por qué le cuesta el andar:
«¿Y los zapatos, Pilar,
Los zapaticos de rosa?»

«¡Ah, loca! ¿en dónde estarán?
¡Di, dónde, Pilar!» ?«Señora»,
Dice una mujer que llora:
«¡Están conmigo: aquí están!»

«Yo tengo una niña enferma
que llora en el cuarto oscuro.
Y la traigo al aire puro
A ver el sol, y a que duerma.

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»Anoche soñó, soñó
con el cielo, y oyó un canto:
Me dio miedo, me dio espanto,
Y la traje, y se durmió.

»Con sus dos brazos menudos
Estaba como abrazando;
Y yo mirando, mirando
Sus piececitos desnudos.

»Me llegó al cuerpo la espuma,
Alcé los ojos, y vi
Esta niña frente a mí
Con su sombrero de pluma».

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«¡Se parece a los retratos
Tu niña!» dijo: «¿Es de cera?
¿Quiere jugar? ¡Si quisiera!…
¿Y por qué está sin zapatos?

»Mira: ¡la mano le abrasa,
Y tiene los pies tan fríos!
¡Oh, toma, toma los míos;
Yo tengo más en mi casa!»

«No sé bién, señora hermosa,
Lo que sucedió después:
¡Le vi a mi hijita en los pies
Los zapaticos de rosa!»

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Se vio sacar los pañuelos
A una rusa y a una inglesa;
El aya de la francesa
Se quitó los espejuelos.

Abrió la madre los brazos:
Se echó Pilar en su pecho,
Y sacó el traje deshecho,
Sin adornos y sin lazos.

Todo lo quiere saber
De la enferma la señora:
¡No quiere saber que llora
De pobreza una mujer!

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«¡Sí, Pilar, dáselo! ¡y eso
También! ¡Tu manta! ¡Tu anillo!»
Y ella le dio su bolsillo:
Le dio el clavel, le dio un beso.

Vuelven calladas de noche
A su casa del jardín:
Y Pilar va en el cojín
De la derecha del coche.

Y dice una mariposa
Que vio desde su rosal
Guardados en un cristal
Los zapaticos de rosa.

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1. Sueño Despierto

El sueño despierto del poemario Ismaelillo, publicado por José Martí en 1882, es un poema considerado como modernista por sus rasgos de compromiso.

Yo sueño con los ojos
Abiertos, y de día
Y noche siempre sueño.
Y sobre las espumas

Del ancho mar revuelto,
Y por entre las crespas
Arenas del desierto
Y del león pujante,

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Monarca de mi pecho,
Montado alegremente
Sobre el sumiso cuello,—
Un niño que me llama
Flotando siempre veo!

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