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+17 Poemas de terror ¡Enfréntate al miedo!

poemas de terror
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Cuando hablamos de poesía siembre pensamos en el arte romántico y apasionado que describe lo bello y lo sublime de la vida, escritos listo para dedicar a esa persona amada.

Pero en este artículo demoraremos que también en el horror podemos hallar belleza. Desde hace siglos la poesía es considerado como la forma de expresión más noble de de los seres humanas.

Pues a través de ella se describe los sentimientos y pensamientos más profundos de quien la escribe.

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Sin embargo no siempre la poesía afloro el dalo tierno, inocente y sensible de los poetas, con frecuencia son escritos versos  con temáticas mucho más oscuras.

+17 Poemas de terror ¡Enfréntate al miedo!
Porque en el horror también puede haber belleza, la poesía también tiene su lado oscuro.

Este artículo expone una pequeña recopilación de poesía diferente, que lejos de ser triste, romántica o apasionada, muestra el lado retorcido de la vida.

Versos que evocan a la muerte, criaturas de la noche y  lo mórbido e espeluznante solo para que logres comprender porque incluso en el horror, a veces se puede hallar belleza.

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Poemas de terror ¡No bajes la guardia!

La poesía actualmente se desarrolla dentro de los límites del mercado y siguiendo los parámetros que dicta la moda y las tendencias sobre todo si de discursos hablamos.

Pero si juntamos este genero literario con la narrativa fantástica, de lo sub-real, crímenes y muertes, el resultado obtenido será una popular recopilación de escritos en la que el misterio,  los espíritus, almas en pena, zombis, vampiros y monstruos son los protagonistas.

+17 Poemas de terror ¡Enfréntate al miedo!
Con el miedo y el terror también se pueden escribir fabulosos poemas.

A la muerte (Amy Levy)

Este primer poema de terror evoca a la muerte, esa realidad a la que todos nos enfrentamos pero sobre la cual se conoce muy poco.

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La autora describe la muerte de los sentimiento, lo tierno y lo romántico pero es algo inevitable pero que habita vivo en sus recuerdos.

Si dentro de mi corazón hay hastío,
Si la llama de la poesía
Y el fuego del amor se hace frío,
Lacera mi carne sin cortesía.

Rápido, sin pausa ni demora;
No dejes que el campo de mi vida se nutra
Con la ceniza de los sentimientos muertos,
Deja que tu canto fluya con ternura.

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Una mano saliendo de una tumba (Anónimo)

Este en un poema de terror de un escritor anónimo, pero que cumple con el objetivo de mantener cautivo la mente del lector mientra se pasa por esta tenues lineas que describen escenas terroríficas dentro de un cementerio en México.

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La mano del muerto que al final resulta que no está
muerto
o no tan muerto: sólo putrefacto:
la mano del zombi:

La mano que sale al final de la película
para anunciar que el final no es el final:
habrá segunda parte.

Así
la mano
que brotó de la tierra
como un cactus monstruoso
en una fosa clandestina al norte de México.

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Pero a esa mano nadie la vio
y si alguien la vio no lo dijo
y si lo dijo no le creyeron
y si le creyeron
le creyeron demasiado tarde:

Ahora setenta mil zombis asolan México
según cifras oficiales.
Una mano crispada como una risa en off:
¡la venganza será terrible!

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Así es la muerte (Charles Hamilton Sorley)

Este poema de terror es otro escrito que en cortas líneas logra describir el pensar del poeta sobre la muerte, un poema que deja aflorar el sentimiento de miedo hacia lo inevitable.

Así, así es la Muerte: ningún triunfo: ninguna derrota:
Sólo un cubo vacío, una limpia pizarra rota,
Una distancia misericordiosa de lo que ha sido.
Y esto sabemos: La muerte no es la Vida,

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Estrellado, el cubo se vacía. Y nosotros, que hemos alcanzado
Cosas maravillosas, sabemos que el final no ha llegado.
Vencedor y vencido son uno en la muerte:
Amigo y enemigo, cobarde y valiente.

Los fantasmas no dicen, «¿Qué recuerdas de tu atardecer?»
Pero un desacorde se oculta en cada ayer,
Tan famélico, tan prolijamente incompleto.

Y su Promesa brillante, marchita y apresurada,
Se roza, se mueve, se eleva, crece dulcificada.
Esas flores son como tú cuando estés muerto.

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¿Qué habrá después de la muerte? (Anónimo)

Los escritores anónimos también tiene su protagonismo si de terror hablamos, los poemas más escalofriantes tiene autores ausentes.

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Como es el caso de este poema de terror que no es más que otra tributo a la muerte, pero en este caso el autor la describe como un enigma.

Que no puede ser descifrado por ningún ser vivo y para mayor desasosiego, del que nadie puede escapar.

La muerte, ¡oh la muerte!,
un enigma indescriptible,
el cual ningún ser vivo puede descifrar.

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Algunos afirman que después de ella,
no hay nada más que oscuridad,
otros creen que es como estar

en un sueño dentro de otro,
pero sin dudas nadie nunca supo,
sabe, ni sabrá lo que oculta…

Y pienso… ¿Qué esconderá en sus misteriosas garras?.
Ahora solo déjame preguntar:

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¿Te gustaría saber cual es el secreto que la muerte intenta enterrar?
Yo te voy a ayudar, pero lo cierto es que de ella jamas escaparas…

 

La niña y la muñeca (Bryan Steven)

La niña y la muñeca es un título bastaste tierno para un cuento de niños, pero la realidad es que este poema de terror no es una historia para un niño.

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Con un diabólico contexto el autor describe las escenas en la que el dolor y la tristeza invaden rápidamente las líneas para abrir paso a los nervios y la conmoción que se apoderan lentamente del relato.

En un triste mundo donde no hay nada,
una pequeña niña se siente olvidada.
No tiene amigos, nadie con quien estar,
se siente muy sola y rompe a llorar.

El hermoso atardecer es su único consuelo,
lo mira con emoción, sentada en el suelo,
la cautivan los bellos y cálidos colores,
borran sus lagrimas y calman sus dolores.

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Aquella noche sombría y serena,
escuchó una voz dulce y buena:
ya no estarás sola me tienes a mi,
una vieja muñeca rota, solo para ti.

La niña sonrió con mucha alegría,
tiene una amiga que le hará compañía,
mas su amiga dijo con profundo dolor,
antes tienes que hacerme un favor,

el sitio se tiño de tonos muy rojos:
solamente pido una cosa, dame tus ojos.
Los míos he perdido en la oscuridad,
hazlo, y te acompañaré por la eternidad.

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Con mucho dolor sus ojos arrancó,
con hilo y aguja en la muñeca coció.
Sin ellos no puede el atardecer mirar,
sin embargo, nunca sola volverá a estar.

 

Poema Vincent (Tim Burton)

Este poema de terror narra la historia de Vincent Malloy, un niño de 7 años, que busca ser como Vincent Price, el famoso actor de películas de terror que debutó en este género en los años 60.

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La historia que plantea Burton es breve y sencilla, pero logró canalizar el espíritu y la estética de su mundo interior, a través del protagonista.

Vincent Malloy siete años tiene.
siempre cortés, siempre obediente.
Ternura y respeto…lo que le pidáis,
pero sueña con ser todo un Vincet Price.

Vive con su hermanita, su perro y su gatito,
pero a él le gustan más arañas y vampiritos.
Una casa donde pueda inventar muchos horrores,
solitario por muchos corredores.

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Vincent es amable cuando lo visita su tía,
que en estatua de cera con gusto convertiría.
Hace experimentos con su perro Abercrombi
y espera convertirlo en un horrible zombi.

Con su perro zombi a modo de forense buscarán
sus víctimas en la niebla londinense.
No siempre está pensado en horrible asesinato.
También lee y pinta para pasar el rato.

Otros niños leen Robinson Crusoe,
pero Vincent prefiere Edgar Allan Poe.
Una noche estaba leyendo un terrible relato y
encontró unas líneas que lo dejaron helado.

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No podía vivir con historia tan cruel
enterraron viva a su bella mujer.
Cavó una tumba…¿Seguro que estaba muerta?
Aunque… ¡Vaya! La tumba era la huerta.

Su madre lo mandó a su cuarto castigado,
Vincent conoció el dolor del condenado.
A cumplir su condena, perspectiva horrorosa,
a solas con la foto de su querida esposa.

Solo y turbado, en su hueco espanto.
Entra su madre, de repente, en su cuarto.
Dice: “Si quieres tu puedes salir a jugar.
Hace un día precioso,te va a apolillar”

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Vincent quiso hablar. Lo intentó, más no pudo.
Tantos años solo lo habían dejado mudo.
Buscó un papel, encontró un lapicero
“Esta casa me puede, no saldé de este agujero”

Dijo su madre: “No estás poseído ni tampoco consumido.
Estos juegos tuyos demasiado lejos han ido”
“No eres Vincent Price sino Vincent Malloy.
Ni lo fuiste ayer, ni lo serás hoy”

“Tienes siete años y eres mi niño bonito,
así que sal a jugar y diviértete un poquito”
Más calmada ella salió por el pasillo y
Vincent se quedó mirándola por el rabillo.

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La habitación daba vueltas y se tornaba
oscura según iba aumentando esa horrible locura.
Allí estaba Abercombri , su zombi perro y sirviente.

Hablaba desde la tumba, Su voz lo dejó quieto,.
Crujían entre mortajas las manos de su esqueleto.
Tantos horrores vividos en sueños y feos ritos

Convirtieron su risa en espantosos gritos.
Huyendo de la locura corrió hacia la salida,
pero cayó al suelo, inerte, como sin vida.

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Su voz era tenue, lenta se escuchaba, mientras
que ‘El Cuervo’ de Poe, roncamente recitaba:
“Y mi alma, del fondo de esa sombra que flota en
el suelo, no podrá liberarse ¡Nunca mas!”

 

El Hombre Oscuro (Stephen King)

Considerado como el «Maestro indiscutible del terror» Stephen King es probablemente uno de los escritores contemporáneos.
Que ha logrado gran fama y reconocimiento gracias a sus historias temibles que juegan con los temores más profundos del ser humano.

He cruzado el humeante camino
de senderos martillados por el sol y
he despedazado cenizas;

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he montado ferrocarriles
y he sableado severidad en el
pórtico silencioso del interior de la selva:

Soy un hombre oscuro.
He montado ferrocarriles,
y he pasado la fanfarronería
de las desesperadas casas con falsas chimeneas

y he oído desde el exterior
el tintineo de un cubito de hielo
mientras las puertas cerradas rompían el mundo…
y sobre todo ello, una luna con una hoz salvaje
sableaba mis ojos con huesos de luz.

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He dormido en evidentes pantanos
donde el tufo de almizcle
se mezcla con el olor sexual de los podridos cipreses
donde el fuego de bruja se aferra a hundidas

psico-esferas del bautismo…
y he oído el suspiro de las sombras
en una destripada casa de columnas,
la sanguijuela con vides
habla a un sobresaliente cielo de champiñón.

He alimentado con monedas de diez centavos a las máquinas
en todas las gasolineras de la noche
mientras el tráfico en una loca y fluida llama,
he manchado de rojo seis veredas de oscuridad

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y he respirado el cortante viento autoestopista,
en el arcén con el pulgar levantado,
y vi ensombrecidas caras satisfechas
con calentadores detrás de las gafas de seguridad,

caras sonrojadas como lunas satisfechas
en hendidas órbitas monstruosas,
y en un repentino destello de la yugular,
frío como el centro de un sol,

forcé a una chica en un campo de trigo
y la dejé desgarbada junto con pan virgen,
un sacrificio salvaje

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y un signo de aquellos que se arrastran
en fijos caminos:
Soy un hombre oscuro.

 

El espectro y el campo (Anónimo)

Este poema de terror trata de una forma espeluznante los caminos por los que el ser tiene que transitar a lo largo se su corta y fugaz vida.

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Utilizando elementos espectrales el autor logra describir la soledad y las dificultades a las que se enfrenta.

El viento gime entre los pastizales resecos.
La noche se tiende sobre los campos amarillentos, y
Por el cielo oscuro y encapotado, viajan lentos nubarrones

Funestos, ocultando por completo el cielo estrellado.
Desde la profundidad de la noche haciende un espectro, y
Cruza por el campo cargado de soledad, avanzando con

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Singular paso siniestro, acompañando a la tempestad que
Se a desatado. Aparece el relámpago y su claridad, iluminando
Por instantes la vastedad de la llanura, por donde el espectro
Sigue avanzando en procura de su pasado.

 

Pesadillas (Anónimo)

Este poema de terror es otro escrito donde el autor prefiere no figurar dejando a su obra llevarse todo el protagonismo y la fama.

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En esta líneas describe como los miedos se apoderan hasta de los sueños, y las pesadillas dejan flotar lo más oscuro de la imaginación.

Cuando el cuerpo descansa en la noche serena,
Nos hundimos en el pozo profundo de los sueños.
Y sin ver, vemos un mundo de plena fantasía, y la
Voz racional de la conciencia calla, y ya no somos

Dueños de nuestras imaginaciones, y vemos el grotesco
Desfile de anarquía, encabezado por el absurdo, y adornado
De extrañas alegorías de nuestro pasado.

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Algunas veces el sueño es invadido por demonios feroces, y
Vuelven oscuros los dominios de los sueños mas felices.
Convirtiendo soleados campos en cementerios sembrados
De losas grises, y cubiertos por brumas y misterios olvidados.

El soñador corre lentamente, perseguido por monstruos
De aterradores rostros inventados, o se esconde del
Gigante terrible y cambiante que lo encuentra en todos lados.

¿Por qué las pesadillas, que sacamos de ellas, que oscuro
Impulso nos obliga a vivirlas, entenderemos algún día
Ese mundo de profundos significados ocultos a la conciencia?

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A la espera de la oscuridad (Alejandra Pizarnik)

Ser mujer no es necesariamente sinónimo de dulzura y alegría, y esta escritora lo pone en evidencia, los mórbido que puede ser la mente de una mujer que deja volar sus imaginación.

Ese instante que no se olvida
tan vacío devuelto por las sombras
tan vacío rechazado por los relojes
ese pobre instante adoptado por mi ternura

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desnudo desnudo de sangre de alas
sin ojos para recordar angustias de antaño
sin labios para recoger el zumo de las violencias
perdidas en el canto de los helados campanarios.

Ampáralo niña ciega de alma
ponle tus cabellos escarchados por el fuego
abrázalo pequeña estatua de terror.

Señálale el mundo convulsionado a tus pies
a tus pies donde mueren las golondrinas
tiritantes de pavor frente al futuro

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dile que los suspiros del mar
humedecen las únicas palabras
por las que vale vivir.

Pero ese instante sudoroso de nada
acurrucado en la cueva del destino
sin manos para decir nunca
sin manos para regalar mariposas
a los niños muertos

 

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La visita (Anónimo)

Este poema de terror es otra referencia oscura a la muerte, el miedo e incertidumbre que esta trae consigo.

El autor describe todo los recuerdos que llevan a su mente al ver pasar a su amada, pero al final se da cuenta que no es su amada sino más bien se enfrentaba a su inevitable destino.

Me miro como lo hacía antes, con sus ojos
Empapados en bondad, y su bello rostro lleno
De luminosidad radiante, y sus blancos dientes
Asomaron entre los exuberantes labios rojos.

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Se acercó y con gesto lento, posó su blanca mano
Sobre mi rostro, intenté eludir su caricia pero fue
En vano, y sentí el rose de sus dedos muertos.
La que amé y ya no existía fue a visitarme.

Parada junto a mi lecho, vio en mis ojeras de
Moribundo la cruel agonía, y decidió llevarme para
Estar por siempre juntos, y ser felices como lo fuimos
En este mundo.

Creí que en el fin de mis días me volvía a sonreír la suerte,
Pero luego vi la túnica negra, no era mi amada, solo
Era la muerte.

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Calle (Alfonsina Storni)

La bella escritora argentina nos regala en esta oportunidad unos versos que llenos de la melancolía que caracteriza a la poeta describe los miedos a los que ella sola se enfrenta y que se van apoderando de su mente.

Entre altos paredones grises.
A cada momento
la boca oscura de las puertas,
los tubos de los zaguanes,
trampas conductoras
a las catacumbas humanas.

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¿No hay un calofrío
en los zaguanes?
¿Un poco de terror
en la blancura ascendente
de una escalera?
Paso con premura.

Todo ojo que me mira
me multiplica y dispersa
por la ciudad.

 

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El día de los muertos (Anónimo)

Un poema dedicado a los muertos es de lo que trata este escrito lírico que utiliza elementos terroríficos para rendir tributo a los que ya no están en el plano terrenal y que habitan como fantasmas.

Danzan los fantasmas en el cementerio silencioso.
Se mueven en círculos y resplandecen fulgorosos.
Son fuegos fatuos que se elevan desde las tumbas,
e iluminan la noche oscurecida por las penumbras.

Recorren el campo santo levantando muertos, que
abandonan sus restos desparramados en ataúdes, y
danzan bajo la inaudible música de invisibles laúdes.

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El enterrador tiembla en su casilla y se persigna ante
la visión aterradora de las danzantes luces amarillas.
Esa noche todo lo que dormía a despierto, es la noche
del dos de noviembre, día de los muertos.

 

De la timidez natural de los hombres (José Cadalso)

Este poema describe el miedo pero como un sentimiento más común que mueve las inseguridades diaria del ser humano y no ese miedo que involucra factores fantásticos y góticos que juegan con los temores del hombre.

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¡A cuánto susto el cielo te condena,
oh género mortal, flaco y cuitado!
Se espantan unos en el mar salado
y tiembla otros cuando Jove truena.

Otros si el eco del león resuena,
otros cuando el magnate está irritado,
otros cuando en la cárcel han pasado
días y noches tristes con cadena.

Yo sólo discurrí no temblaría
al trueno, ni al león, ni al poderoso,
ni a la prisión, ni a todo el orbe entero.

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Mas se engañó mi débil fantasía:
el rostro de mi Filis desdeñoso
me cubre de terror, temblando muero.

 

El pueblo fantasma (Anónimo)

Un poema escrito con la intención de mandar un mensaje siniestro a los lectores. Describe un pueblo donde la oscuridad y los ruidos extraños se asoman por las ventanas.

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El sol se funde en el horizonte rojo
En el pueblo abandonado crecen
Las sombras sobre sus despojos

El viento mueve las chapas desclavadas
Y su castañeo repercute en las viejas paredes
Agrietadas. Cuando la noche se hace plena

Y en el cielo misterioso asoma la luna llena
En el pueblo siniestro y desolado, caminan
Los fantasmas de su oscuro y sórdido pasado
Salen de las casas y asoman por las ventanas.

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En la capilla ruinosa suena el clamor de una
Campana, su eco resuena y se pierde en el
Cielo infinito, su llamado nunca es respondido
Y así el pueblo permanece como un lugar maldito.

 

Murió por ti (Ramón de Campoamor )

El terror a la muerte vuelve a aflorar la mente de otro autor y escribe este poema que lejos de ser aterrador pone en evidencia el miedo que proporciona el fin de los días y más cuando eso involucra los misterios del más allá.

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Murió por ti; su entierro al otro día
pasar desde el balcón juntos miramos,
y, espantados tal vez de tu falsía,
en tu alcoba los dos nos refugiamos.

Cerrabas con terror los ojos bellos;
el requiescat se oía. Al verte triste,
yo la trenza besé de tus cabellos,
y–¡Traición! ¡Sacrilegio! me dijiste.

Seguía el de profundos, y gemimos…
El muerto y el terror fueron pasando…
Y al ver luego la luz cuando salimos,
–¡Que vergüenza! exclamaste suspirando.

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Decías la verdad. ¡Aquel entierro!…
¡El beso aquel sobre la negra trenza!…
¡Después la oscuridad de aquel encierro!…
¡Sacrilegio! ¡Traición! ¡Miedo! ¡Vergüenza!

 

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La melancólica muerte del chico Ostra (Tim Burton)

Una historia triste es la del Chico Ostra, el pobre Carlos huele a pescado, sufre el rechazo de los chicos del barrio.

Se pasa las horas mirando cómo el agua se arremolina en la alcantarilla y por si fuera poco termina siendo devorado por su padre y en terrado en la playa.

Se le declaró en la costa,
y en la playa fue la boda.

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Su larga luna de miel
en la isla de Capri fue

Para la cena el mesero
les puso un solo platillo:
un gran caldo de mariscos.
La novia pidió un deseo.

Y el deseo se realizó.
Dio al fin a luz un bebé.
Pero éste ¿era humano o no?
Bueno, quizá. Tal vez.

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Diez dedos en pies y manos,
y demás órganos sanos.
Podía sentir y escuchar.
Pero ¿normal? No, ni hablar.

Este engendro antinatural,
Este cáncer indecente,
Era la imagen viviente
de toda su desventura.

Ella se quejó al doctor:
“No es hilo de mi madeja.
¿De donde sacó ese hedor
a salmuera, pez y almeja?”

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“Y ha sido usted afortunada.
Yo la semana pasada,
trate a una niña con pico
y tres orejas. ¿Me explico?

Si es mitad ostra su niño,
búsquese a otro a quien culpar.
-Y añadió con cierto guiño –
¿Se ha puesto a considerar
una casita en el mar?”

No sabían como llamarlo.
A veces le decían Carlo
y a veces -con voz perpleja-
“eso que parece almeja”.

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Encogido el corazón,
Ninguno en verdad sabía
si el chico ostra algún día
rompería el caparazón.

Los cuatrillizos Montalvo
cierta vez se lo toparon.
Le espetaron un “¡Bivalvo!”
y enseguida se escaparon.

Una tarde en que llovía,
Carlo se sentó en la calle.
Y miró arremolinarse
el agua en la alcantarilla

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Aparcada en la cuneta,
conmovida y afligida,
su madre daba salida
a su congoja secreta.

Ya se habían acostado
una noche, y ella dijo:
“Cariño, huele a pescado
y yo creo que es nuestro hijo.

Y aunque dicen que una dama
debe callarse esas cosas,
me parece que le endosas
tus problemas en la cama.”

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El probó cuanta loción
pudo hallar en el mercado.
Tenía el cuerpo colorado
y comezón, comezón.
Y de rascar y rascar
la piel le empezó a sangrar

El doctor, tras una pausa,
dijo: “El remedio a su mal
podría ser su misma causa.

Las ostras, como sabéis,
dan gran potencia sexual.
Supongo que si os coméis
a vuestro niño podréis
saciar el ansia carnal.

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Se acerco muy de puntitas,
muy a oscuras y en celada,
porque no notara nada
quien le daba tantas cuitas.

Y en voz muy baja le dijo:
“Carlo queridísimo, hijo:
no quisiera interferir
ni causarte desconsuelo.

Pero ¿has pensado en el cielo,
o te has querido morir?”

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Carlo parpadeo al oírlo
pero no le dijo nada.
Su papi apretó el cuchillo
y se aflojó la corbata.

Cuando lo levantó en vilo,
Carlo le mojó el abrigo.
Y en su boca ya la valva,
se escurrió por su garganta.

En la costa lo enterraron,
en la arena, junto al mar.
Una oración murmuraron
y se fueron a cenar.

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Una cruz que daba pena
marcaba su sepultura
y unas letras en la arena
prometían vida futura.

Pero al subir la marea
una ola grande y fea
borró sin pena ni gloria
para siempre su memoria.

De regreso en el hogar,
él se le empezó a acercar.

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Le besó y le dijo: “Bella,
hagamos otra faena.”
“Pero esta vez –susurró ella-
pidamos que sea una nena.”

No queda duda que la poesía es el máximo recurso de expresión humana, a través de ella puedes contar anécdotas, sentimientos, hasta los miedos que perturban tus sueños y te mantienen en vela durante la noche.

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Cosas terroríficas invaden las mentes de estos escritores, pero no temas son solo poemas.

¡Oh tal vez no!

Sigue con nosotros y no te pierdas de los próximos artículos que tenemos solo para ti.

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