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+12 Poemas de viajes ¡Románticos y únicos!

Poemas de viajes
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No hay meta datos, ni selfies, ni vídeos, ni pintura que sinteticen y puedan trasmitir el mejor atardecer que hayan visto, sentir, oler, sólo los viajeros.

Profundizar y suspirar los nuevos vientos, o la sensación de la arena en los pies, el sol abrazante o el frío estremecedor, son elementos que jamás se olvidan durante un viaje.

Cómo un destino puede llegar a transformarnos, quizás a volvernos un poco más justos, más honestos, más valientes

En la literatura universal, existen miles de poemas inspirados en estos senderos, cuyos recorridos, son transmitidos por las mejores plumas que hayan podido ilustrar a la humanidad.

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Y es que, son los destinos los que pueden llegar a cambiar o cuestionar, la perspectiva de cada viajero, y en este caso de los poetas.

Entre los poemas de viaje que encontramos en los poetas del castellano, te llevan más allá de los sueños, te hacen querer sentir, y te permiten volar hacia ése destino anhelado.

Poemas de viajes para el reencuentro

Los poemas de viaje te invitan a recorrer ciudades enteras, observar los mejores paisajes, colores y hasta los olores.

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Se hacen eternos, porque tienen la capacidad de concentrar todos esos paisajes, ciudades, personas, olores, colores, sabores, en un párrafo e incitarnos a una nueva aventura.

Viajar nos transforma y puede volvernos adictos; así como los poemas, que te envuelven, te atrapan y pueden también transformarte.

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Acá hemos recopilado poemas de viajes de escritores iberoamericanos; ¡esperamos que los inspiren!

Botella al mar

Este poema de Mario Benedetti, nos encuentran; es un viaje que realiza un mensaje por el mar en una botella para que sea encontrado en alguna playa, por algún niño.

Pongo estos seis versos en mi botella al mar
con el secreto designio de que algún día llegue a una playa casi desierta
y un niño la encuentre y la destape
y en lugar de versos extraiga piedritas
y socorros y alertas y caracoles.

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Viaje sin llegada

Este poema de Gloria Fuertes, nos describe el sentir de la brisa en un eterno viaje que realiza la tierra, girar. Lo describe como un viaje sin destino; es decir, un viaje permanente.

La Tierra como león enjaulado
da vueltas alrededor del Sol
con su cadena de hombres.

Desde que hemos nacido viajamos
a ciento doce mil kilómetros por hora.
La Tierra no se para
y sigue dando vueltas,
por eso hay tanto viento,

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por eso siempre hay olas,
por eso envejecemos tan deprisa,
por eso estamos locos,
porque toda la vida haciendo un viaje sin llegada
cansa mucho los nervios.


Viajar es regresar

Si hablamos de poemas, no podemos dejar escapar al colombiano, Gabriel García Márquez, quien describe en Viajar es regresar, el sentir del viaje.

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El vacío que se percibe al dejar atrás el pasado para emprenderse en un sendero donde la libertad no tiene límites.

Viajar es marcharse de casa
es dejar los amigos
es intentar volar.
Volar conociendo otras ramas
recorriendo caminos
es intentar cambiar.

Viajar es vestirse de loco
es decir “no me importa”
es querer regresar.
Regresar valorando lo poco
saboreando una copa
es desear empezar.

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Viajar es sentirse poeta
escribir una carta
es querer abrazar.
Abrazar al llegar a una puerta
añorando la calma
es dejarse besar.

Viajar es volverse mundano
es conocer otra gente
es volver a empezar.
Empezar extendiendo la mano
aprendiendo del fuerte
es sentir soledad.

Viajar es marcharse de casa
es vestirse de loco
diciendo todo y nada con una
postal.
Es dormir en otra cama
sentir que el tiempo es corto
viajar es regresar.

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Nunca nada nadie

En este poema de Antonio Machado, nos describe al viajero, aquel que toca cada puerto, cada estación, cada lugar sin conocer a nadie, donde hay espacio para el encuentro.

Me pregunto con cuánta de esta gente
volveremos a estar o cuál será su nombre
si tendrán esta rabia común
por las malas jugadas de la vida
o esta felicidad momentánea
y dorada

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que atraviesa los parques y las manos
si este espacio que ahora compartimos
será mañana otro si mañana seremos
quizá otros y nos conoceremos desde cero

y no recordaremos el momento
en que pisamos juntos estas plazas
la canción que sonaba en aquel saxo
aquel niño perdido que lloraba en el suelo

o la belleza fugaz
de los semáforos
en los que todo el mundo se besaba.

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Peregrino

Del poeta español, Luis Cernudas, extraemos este bello poema que nos lleva a ese lugar, el lugar de donde somos y nos lleva al lugar a donde pertenecemos.

¿volver? vuelva el que tenga,
tras largos años, tras un largo viaje,
cansancio del camino y la codicia
de su tierra, su casa, sus amigos,
del amor que al regreso fiel le espere.

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Mas, ¿tú? ¿volver? regresar no piensas,
sino seguir libre adelante,
disponible por siempre, mozo o viejo,
sin hijo que te busque, como a ulises,
sin ítaca que aguarde y sin penélope.

Sigue, sigue adelante y no regreses,
fiel hasta el fin del camino y tu vida,
no eches de menos un destino más fácil,
tus pies sobre la tierra antes no hollada,
tus ojos frente a lo antes nunca visto.

Pausas

Del poeta mexicano José de Gorostiza, expresa con la mayor sencillez y de forma directa y concisa, el esplendoroso mar que nos recuerda la sal.

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¡El mar, el mar!
Dentro de mí lo siento.
Ya sólo de pensar
en él, tan mío,
tiene un sabor de sal mi pensamiento.

Lanzar los dados

Del poeta Charles Bukowski traemos el poema Lanzar los dados que nos invita a emprender el viaje y buscar el destino. Con tono de reflexión, simplemente hay que hacerlo.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otra forma ni siquiera comiences.

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Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
Esto puede significar perder novias,
esposas, parientes, trabajos y,
quizá tu cordura.

Ve hasta el final.
Esto puede significar no comer por 3 o 4 días.
Esto puede significar congelarse en la banca de un parque.
Esto puede significar la cárcel.
Esto puede significar burlas, escarnios, soledad…

La soledad es un regalo.
Los demás son una prueba de tu insistencia, o
de cuánto quieres realmente hacerlo.

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Y lo harás,
a pesar del rechazo y de las desventajas,
y será mejor que cualquier cosa que hayas imaginado.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
No hay otro sentimiento como ese.
Estarás a solas con los dioses
y las noches se encenderán con fuego.

Hazlo, hazlo, hazlo.
Hazlo.
Hasta el final,
hasta el final.

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Llevarás la vida directo a la perfecta carcajada.
Es la única buena lucha que hay.

Balada arrítmica para un viajero

Este poema de Alfonsina Storni nos habla acerca sobre la despedida que se le da al amor. Ese viaje que emprende tras dejar atrás lo que se consideraba como tal.

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Yo tenía un amor,
un amor pequeñito,
y mi amor se ha ido.
Feliz viaje, mi amor, feliz viaje!

No era muy grande mi amor:
no era muy alto;
nunca lo vi en traje de baño;
pero debía tener un cuerpo
parecido al de Suárez.
Mejor dicho, al de Dempsey.

Tampoco era un genio;
se reía siempre, eso sí;
le gustaban los árboles;

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Yo tenía un amor,
un amor pequeñito,
y mi amor se ha ido.
Feliz viaje, mi amor, feliz viaje!

No era muy grande mi amor:
no era muy alto;
nunca lo vi en traje de baño;
pero debía tener un cuerpo
parecido al de Suárez.
Mejor dicho, al de Dempsey.

Tampoco era un genio;
se reía siempre, eso sí;
le gustaban los árboles;

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Puentes

Este poema del chileno, Pablo Neruda, está centrado en el significado oculto de la vida y la muerte, refiriéndose a la espera, es decir, al purgatorio, con un tono amargo y resentido, y todo se muestra pesimista y depresivo.

Puentes: arcos de acero azul adonde vienen
a dar su despedida los que pasan
por arriba los trenes,
por abajo las aguas,
enfermos de seguir un largo viaje
que principia, que sigue y nunca acaba.

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Cielos arriba, cielos,
y pájaros que pasan
sin detenerse, caminando como
los trenes y las aguas.
Qué maldición cayó sobre vosotros?

qué esperáis en la noche densa y larga
con los brazos abiertos como un niño
que muere a la llegada de su hermana?

qué voz de maldición pasiva y negra
sobre vosotros extendió sus alas,
para hacer que siguieran
el viaje que no acaba

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los paisajes, la vida, el sol, la tierra,
los trenes y las aguas,
mientras la angustia inmóvil del acero
se hunde más en la tierra y más la clava?

Canción del río

Este poema del cubano, José Ángel Buesa, es un poema para los enamorados, donde el símil del viaje, se compagina con el amor, para recrear el vacío de la partida.

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Este poema, tiene su versión musical, por Carlos Puebla.

Recuerdo un pueblo triste y una noche de frío
y las iluminadas ventanillas de un tren.
Y aquel tren que partía se llevaba algo mío,
ya no recuerdo cuándo, ya no recuerdo quién.

Pero sí que fue un viaje para toda la vida
y que el último gesto, fue un gesto de desdén,
porque dejó olvidado su amor sin despedida
igual que una maleta tirada en el andén.

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Y así, mi amor inútil, con su inútil reproche,
se acurrucó en su olvido, que fue inútil también.
Como esos pueblos tristes, donde llueve de noche,
como esos pueblos tristes, donde no para el tren.

Paisaje tropical

Este poema del poeta colombiano, José Asunción Silva, nos describe cómo el viajero se siente durante el viaje, ese esperar donde puedes observar y detallar.

Magia adormecedora vierte el río
en la calma monótona del viaje
cuando borra los lejos del paisaje
la sombra que se extiende en el vacío.

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Oculta en sus negruras el bohío
la maraña tupida y el follaje
semeja los calados de un encaje
al caer del crepúsculo sombrío.

Venus se enciende en el espacio puro,
la corriente dormida una piragua
rompe en su viaje rápido y seguro
y con sus nubes el poniente fragua
otro cielo rosado y verdeoscuro
en los espejos húmedos del agua.

El viaje

Para finalizar esta selección, del poeta mexicano Amado Nervo, traemos este poema, un poco cargado de tristeza, porque se refiere al viaje que realiza el poeta para sobrellevar la muerte de su amada.

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Para calmar a veces un poco el soberano,
el invencible anhelo de volverte a mirar,
me imagino que viajas por un país lejano
de donde es muy difícil, ¡muy difícil!, tornar.

Así mi desconsuelo, tan hondo, se divierte;
doy largas a mi espera, distraigo mi hosco esplín,
y, pensando en que tornas, en que ya voy a verte,
un día, en cualquier parte, me cogerá la muerte
y me echará en tus brazos, ¡por fin, por fin, por fin!

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