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+6 Emotivos poemas para difuntos ¡Para recordarlos!

Poemas para difuntos
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¿Cuales son los poemas para difuntos? ¿Que ayuden a recordar a un ser querido? Para darles una despedida en su ultimo adiós. Quizás has perdido a alguien especial en los últimos días, o tal vez hace mucho tiempo, y sin embargo aún se siente la ausencia de esa persona.

Por lo que en ocasiones necesitas identificarte con palabras que expresan tus sentimientos, haciendo honor a la situación por la que estás pasando.

+6 Emotivos poemas para difuntos

Estos poemas para difuntos no son tristes, son reflexivos y te ayudaran a ver reflejados tus pensamientos y a identificarte con palabras que vienen de una persona que quizás mientras escribía se sentía como tú.

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Poemas acerca de la perdida de un ser querido

Eres, fuerte y eres valiente, por ello estos poemas te recordarán que esta buen sentir lo que sientes, que el dolor a veces se convierte en arte que reconforta.

Yo dormiré en el polvo, y si mañana… de Lope de Vega

Este poema de Lope de Vega se desarrolla entorno al tema de la muerte, y como esta es la transformación final del cuerpo, y del alma.

Unos excelentes versos acerca de la partida del mundo físico y sobre como el que se va, lo hace en paz y dejando sus ataduras atrás.

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Yo dormiré en el polvo, y si mañana
me buscares, Señor, será posible
no hallar en el estado convenible
para tu forma la materia humana.

Imprime agora, ¡oh fuerza soberana!,
tus efetos en mí, que es imposible
conservarse mi ser incorruptible,
viento, humo, polvo y esperanza vana.

Bien sé que he de vestirme el postrer día
otra vez estos huesos, y que verte
mis ojos tienen, y esta carne mía.

Esta esperanza vive en mí tan fuerte,

que con ella no más tengo alegría,
en las tristes memorias de la muerte.

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A mi hermana Josefa… de Adelardo López de Ayala

Ahora un poema de Adelardo López acerca de la tristeza de perder a un ser querido y como el desconsuelo suele arroparnos en momentos tan difíciles, haciendo mella en nuestro corazón y nuestra memoria.

¡Un año más!… No mires con desvelo
la carrera veloz del tiempo alado,
que un año más en la virtud pasado
un paso es más que te aproxima al cielo.

Llora, sí, con amargo desconsuelo
(pues bastante jamás lo habrás llorado)
el año que al morir te haya dejado
de alguna falta el interior recelo…

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Que el tiempo que bien obres no es perdido;
pues los años de paz, hermana mía,
que en la santa virtud habrás vivido

se convierten en siglos de alegría
en el eterno edén que hay prometido
al alma justa que en su Dios confía.

Porque dejaste el mundo de dolores… de Manuel Acuña

La muerte es un suceso tan natural como la vida misma e incluso podría decirse que es el acto final de una obra que dura el tiempo que permanecemos en el mundo.

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Y nada más reconfortante que leer acerca de esta de la mano de un poeta.

Porque dejaste el mundo de dolores
buscando en otro cielo la alegría
que aquí, si nace, sólo dura un día
y eso entre sombras, dudas y temores.

Porque en pos de otro mundo y otras flores
abandonaste esta región sombría,
donde tu alma gigante se sentía
condenada a continuos sinsabores.

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Yo te vengo a decir mi enhorabuena
al mandarte la eterna despedida
que de dolor el corazón me llena;

que aunque cruel y muy triste tu partida,
si la vida a los goces es ajena
mejor es el sepulcro que la vida.

A un amigo muerto… de Manuel del Palacio

Perder a un amigo es un suceso doloroso cuando ocurre por circunstancias de la vida, pero cuando suceso debido a la muerte, es algo verdaderamente desgarrador.

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El siguiente poema para difuntos se refiere a esta perdida y a los sentimientos que pueden experimentarse.

Rico, noble, feliz, enamorado,
Pródigo de talento y de alegría,
Amigo caro, me llamaste un día,
Y placer y amistad hallé a tu lado.

Del mundo por el piélago agitado
Los dos corrimos sin timón ni guía,
Sin esperar de la tormenta impía
Pesadumbre, ni susto, ni cuidado.

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Luégo, en vez del amor y la ventura,
Te dió el martirio su temida palma,
Siendo el sepulcro fin á tu amargura.

¡Duerme tranquilo en paz, cuerpo sin alma!
¡Dichoso aquel que encuentra en el altura
Tras la deshecha tempestad la calma!

Despedida… de Manuel del Palacio

El poema que sigue nos habla acerca de la muerte como despedida, ya sea que se trate de algún amor, amigo o familiar, como consuelo lleno de pena, pero también de dolor cuando aparece de repente y aceptación cuando el tiempo la acompaña.

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Cual deja el ruiseñor la enamorada
Doncella de quien fué cautivo un día,
Trocando por el valle en que vivía
Tiernos halagos y prisión dorada:

Tal dejo yo vuestra amistad preciada,
Dulce consuelo de la pena mia,
Mi libertad buscando y mi alegría,
Únicos bienes de mi edad cansada.

Pronto entre brumas al perder el puerto
Soñaré con el puerto suspirado
De las iras del mar término incierto:

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¡Voy á partir! Los que me habeis amado
Recibid estas lágrimas que vierto;
¡No tiene más que dar el desterrado!

 

Malas manos tomaron tu vida … de Gabriela Mistral

 

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La gran Gabriela Mistral escribió alguna vez acerca de la muerte, de la vida arrebatada con violencia, de lo cruel que puede resultar la partida de alguien para quienes se quedan enfrentando la dolorosa perdida.

Del nicho helado en que los hombres te pusieron,
te bajaré a la tierra humilde y soleada.
Que he de dormirme en ella los hombres no supieron,
y que hemos de soñar sobre la misma almohada.

Te acostaré en la tierra soleada con una
dulcedumbre de madre para el hijo dormido,
y la tierra ha de hacerse suavidades de cuna
al recibir tu cuerpo de niño dolorido,

Luego iré espolvoreando tierra y polvo de rosas,
y en la azulada y leve polvoreda de luna,
los despojos livianos irán quedando presos.

Me alejaré cantando mis venganzas hermosas,
¡porque a ese hondor recóndito la mano de ninguna
bajará a disputarme tu puñado de huesos!

Este largo cansancio se hará mayor un día,
y el alma dirá al cuerpo que no quiere seguir
arrastrando su masa por la rosada vía,
por donde van los hombres, contentos de vivir…

Sentirás que a tu lado cavan briosamente,
que otra dormida llega a la quieta ciudad.
Esperaré que me hayan cubierto totalmente…

¡y después hablaremos por una eternidad!
Sólo entonces sabrás el por qué no madura
para las hondas huesas tu carne todavía,
tuviste que bajar, sin fatiga, a dormir.

Se hará luz en la zona de los sinos, oscura:
sabrás que en nuestra alianza signo de astros había
y, roto el pacto enorme, tenías que morir…

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Malas manos tomaron tu vida desde el día
en que, a una señal de astros, dejara su plantel
nevado de azucenas. En gozo florecía.

Malas manos entraron trágicamente en él…
Y yo dije al Señor: – «Por las sendas mortales
le llevan ¡Sombra amada que no saben guiar!

¡Arráncalo, Señor, a esas manos fatales
o le hundes en el largo sueño que sabes dar!
¡No le puedo gritar, no le puedo seguir!

Su barca empuja un negro viento de tempestad.
Retórnalo a mis brazos o le siegas en flor».
Se detuvo la barca rosa de su vivir…

¿Que no sé del amor, que no tuve piedad?
¡Tú, que vas a juzgarme, lo comprendes, Señor!

Estos poemas inspiradores acerca de la muerte y perdida de seres queridos tienen la finalidad de arte consuelo y aliento si estás pasando o has pasado por una situación similar.

Reflejando aquello que pudieras pensar o sentir en momentos tan difíciles. Esperamos que hayas encontrado palabras de aliento y por supuesto excelentes producciones literarias.

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