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+11 Poemas de fútbol ¡Vive el deporte rey!

poemas de fútbol
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El Fútbol es un deporte que une y separa las masa  al mismo tiempo. La elección prefería por mucho cuando de deporte se trata.

Es por ellos que muchos fanáticos demuestran su pasión por el fútbol con distintas expresiones de artes. Una de las expresiones artísticas utilizadas para rendir homenaje al considerado el «Deporte Rey» es la poesía.

Aunque pocos escritores le han prestado atención a este tema en particular, otros han logrado escribir versos que describen perfectamente la emoción que despierta el deporte más popular del continente.

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+11 poemas de fútbol ¡Vive el deporte rey!
La poesía nunca esta de más, sobre todo en los estadios.

Grandes poetas latinoamericanos y del resto del mundo han creado bellos poemas para celebrar la emoción que los invaden cuando piensas , juegan o simplemente ver el deporte con mayor popularidad.

Es por ello que aquí haremos una breve recopilación de la poesía más famosa sobre el fútbol.

Elegía al guardameta (Miguel Hernández)

Este primer poema de fútbol fue escrito por el talentoso escritor español y más que dedicarle unas líneas al deporte rey lo hace a un jugador en particular.

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Manuel Soler o como era conocido Lolo arquero del Orihuela, quien durante un partido, sufrió un accidente donde se le partió la cabeza.

A Lolo, sampedro joven en la portería del cielo de Orihuela.

Tu grillo, por tus labios promotores,
de plata compostura,
árbitro, domador de jugadores,
director de bravura,
¿no silbará la muerte por ventura?

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En el alpiste verde de sosiego,
de tiza galonado,
para siempre quedó fuera del juego
sampedro, el apostado
en su puerta de cáñamo añudado.

Goles para enredar en sí, derrotas,
¿no la mundial moscarda?
que zumba por la punta de las botas,
ante su red aguarda
la portería aún, araña parda.

Entre las trabas que tendió la meta
de una esquina a otra esquina
por su sexo el balón, a su bragueta
asomado, se arruina,
su redondez airosamente orina.

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Delación de las faltas, mensajeras
de colores, plurales,
amparador del aire en vivos cueros,
en tu campo, imparciales
agitaron de córner las señales.

Ante tu puerta se formó un tumulto
de breves pantalones
donde bailan los príapos su bulto
sin otros eslabones
que los de sus esclavas relaciones.

Combinada la brisa en su envoltura
bien, y mejor chutada,
la esfera terrenal de su figura
¡cómo! fue interceptada
por lo pez y fugaz de tu estirada.

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Te sorprendió el fotógrafo el momento
más bello de tu historia
deportiva, tumbándote en el viento
para evitar victoria,
y un ventalle de palmas te aireó gloria.

Y te quedaste en la fotografía,
a un metro del alpiste,
con tu vida mejor en vilo, en vía
ya de tu muerte triste,
sin coger el balón que ya cogiste.

Fue un plongeón mortal. Con ¡cuánto! tino
y efecto, tu cabeza
dio al poste. Como un sexo femenino,
abrió la ligereza
del golpe una granada de tristeza.

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Aplaudieron tu fin por tu jugada.
Tu gorra, sin visera,
de tu manida testa fue lanzada,
como oreja tercera,
al área que a tus pasos fue frontera.

Te arrancaron, cogido por la punta,
el cabello del guante,
si inofensiva garra, ya difunta,
zarpa que a lo elegante
corroboraba tu actitud rampante.

¡Ay fiera!, en tu jaulón medio de lino,
se eliminó tu vida.
Nunca más, eficaz como un camino,
harás una salida
interrumpiendo el baile apolonida.

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Inflamado en amor por los balones,
sin mano que lo imante,
no implicarás su viento a tus riñones,
como un seno ambulante
escapado a los senos de tu amante.

Ya no pones obstáculos de mano
al ímpetu, a la bota
en los que el gol avanza. Pide en vano,
tu equipo en la derrota,
tus bien brincados saques de pelota.

A los penaltis que tan bien parabas
acechando tu acierto,
nadie más que la red le pone trabas,
porque nadie ha cubierto
el sitio, vivo, que has dejado, muerto.

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El marcador, al número al contrario,
le acumula en la frente
su sangre negra. Y ve el extraordinario,
el sampedro suplente,
vacío que dejó tu estilo ausente.

 

Fútbol (Blanca Varela)

Este poema de fútbol escrito por la bellisima poeta peruana refleja la pasión de los fanáticos por el deporte, esa emoción que siente la fanaticada al ver o jugar un partido.

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Juega con la tierra
como con una pelota

báilala
estréllala
reviéntala

no es sino eso la tierra
tú en el jardín
mi guardavalla mi espantapájaros
mi atila mi niño

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la tierra entre tus pies
gira como nunca
prodigiosamente bella

 

Oda a Platko (Rafael Alberti)

Un poema de fútbol escrito por Rafael Alberti dedicado al jugador legendario Franz Platko quien por atajar el balón durante un partido de Santander contra la Real Sociedad en la final de la Copa España de 1928 es impactado en la cabeza, pero que a pesar del duro golpe que recibió logró terminar el partido con gran altura.

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Ni el mar,
que frente a ti saltaba sin poder defenderte.
Ni la lluvia. Ni el viento, que era el que más rugía.

Ni el mar, ni el viento, Platko,
rubio Platko de sangre,
guardameta en el polvo,
pararrayos.

No nadie, nadie, nadie.
Camisetas azules y blancas, sobre el aire.
Camisetas reales,
contrarias, contra ti, volando y arrastrándote.

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Platko, Platko lejano,
rubio Platko tronchado,
tigre ardiente en la yerba de otro país.

¡Tú, llave, Platko, tu llave rota,
llave áurea caída ante el pórtico áureo!
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.

Volvió su espalda al cielo.
Camisetas azules y granas flamearon,
apagadas sin viento.

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El mar, vueltos los ojos,
se tumbó y nada dijo.
Sangrando en los ojales,
sangrando por ti, Platko,

por ti, sangre de Hungría,
sin tu sangre, tu impulso, tu parada, tu salto
temieron las insignias.

No nadie, Platko, nadie,
nadie se olvida.
Fue la vuelta del mar.

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Fueron diez rápidas banderas
incendiadas sin freno.
Fue la vuelta del viento.

La vuelta al corazón de la esperanza.
Fue tu vuelta.
Azul heróico y grana,
mando el aire en las venas.

Alas, alas celestes y blancas,
rotas alas, combatidas, sin plumas,
escalaron la yerba.

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Y el aire tuvo piernas,
tronco, brazos, cabeza.
¡Y todo por ti, Platko,
rubio Platko de Hungría!

Y en tu honor, por tu vuelta,
porque volviste el pulso perdido a la pelea,
en el arco contrario al viento abrió una brecha.

Nadie, nadie se olvida.
El cielo, el mar, la lluvia lo recuerdan.
Las insignias.

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Las doradas insignias, flores de los ojales,
cerradas, por ti abiertas.
No nadie, nadie, nadie,
nadie se olvida, Platko.

Ni el final: tu salida,
oso rubio de sangre,
desmayada bandera en hombros por el campo.
¡Oh, Platko, Platko, Platko
tú, tan lejos de Hungría!

¿Qué mar hubiera sido capaz de no llorarte?
Nadie, nadie se olvida,
no, nadie, nadie, nadie.

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Fútbol sin parar (Gonzalo Rojas)

Chile también forma parte de la poesía por el Deporte Rey, y es a través de las manos de Gonzalo Rojas que este poema de fútbol a parece para demostrar que el deporte logra unir las masas y la pasión cruza fronteras.

Qué desmadre, Mundo; todo lo futbolero, pelotas
y patas, se jerarquiza hasta la cresta
del Aconcagua: ¿metáfora

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de patear por patear, o exhibición
del cuero del Testículo
en el césped hinchado así: Mayúsculo:
que eyacula y hace eyacular

estadios enteros y salpica
retórica y grasa por satélite en
los idiomas todos; el maya,
el etrusco incluso?

Pensar
que hubo toreros, gladiadores
en la apuesta, y ritmo.
Píndaro
hubiera llorado.

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Futbolistas en la playa (Ramón Cote)

Este escritor colombiana dedicó este bello poema de fútbol a su amada hija Alejandra, y en el describe un partido en la playa y el autor lo describe como un paraíso.

Incluso al final de la poesía el escrito comenta que «aquí en la tierra también era posible hallar el paraíso».

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A esa hora final de la tarde
una docena de jóvenes jugaban
un partido de fútbol frente a la playa del hotel.

Mientras el sol se hundía cada vez más
en el mar, sobre la orilla corrían
a toda velocidad persiguiendo a gritos

el balón y levantando entre sus pies descalzos
una multitud de nubes de arena teñidas,
traspasadas por una luz completamente roja,

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como si toda la playa ardiera bajo sus plantas,
como si se hubiera declarado un incendio
en medio de esta orilla al sur del Caribe.

Los jugadores, desfiguradas sus sombras sobre las dunas,
ignoraban que en ese mismo instante
mi hija menor y yo los mirábamos desde una terraza,
siendo testigos de esa tarde irrepetible.

Cuando vimos entre las brasas, entre los últimos rayos
de luz rasante de ese atardecer, en la arena
de fuego fugaz, el momento en el que esta parte del mundo

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se convirtió en un lugar habitado
por una docena de dioses que nos señalaban
que aquí en la tierra también era posible hallar el paraíso

 

Estadio de noche (Günter Grass)

Un poema bastante corto pero que mantiene la esencia, la pasión por el fútbol se apoderó de este escritor alemán quien narro la última jugada de un partido y lo convierte en arte con estas sencillas líneas.

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Lentamente ascendió el balón en el cielo.
Entonces se vio que estaba lleno el graderío.
En la portería estaba el poeta solitario,
pero el árbitro pitó fuera de juego.

 

Domingos por la tarde (Luis García Montero)

En esta oportunidad nos encontramos con otro poema de fútbol que aparece para demostrar al mundo que la emoción no solo se siente en el estadio o en la cancha.

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También desde las gradas, frente al televisor y en cualquier lugar, demuestra en verso que la pasión se vive desde cualquier lugar.

A veces las infancias escapan de sí mismas
y corren por la lluvia como en fuera de juego
sin oír las sirenas de los árbitros.

Es verdad que son mares en un vaso de agua,
pero hay olas que tienen esa espuma
de las alineaciones,

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paraísos que aguardan los despachos
del último minuto
o días que amanecen

con la tranquilidad de un tres a cero,
de un cinco a cero en punto de la tarde.
Por lo demás también hay labios
en el extremo izquierda del domingo,

lesiones en las dudas del mañana,
pasados que regresan
igual que una llamada de teléfono.

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– ¿Y lo de ayer? Sonríe la memoria,
cuando parece amiga del equipo contrario.
Las verdades del área
son rectas de dudosa geometría,

como ardientes amores de ficción
en manos de un penalti.
Por eso saben mucho
de la felicidad y la belleza.

No conviene que demos a estas cosas
un valor excesivo.
Son noventa minutos en un vaso de agua.
Pero a mí me han quitado muchas veces la sed.

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Cancha rayada (Fabián Casas)

El fútbol esta en todos lados y el amor y la emisión que invade a las personas también acerca de esto trata este bello poema en el que el mimo autor protagoniza el relato junto a su padre.

Caminamos, con mi viejo, por la playa de estacionamiento.
Es un día de calor sofocante
y en el asfalto recalentado
vemos la sombra de un pájaro negro

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que vuela en círculos,
como satélite de nuestra desgracia.
Una multitud victoriosa, a nuestras espaldas,
ruge todavía en la cancha.

Acabamos de perder el campeonato.
La cabina del auto es un horno a leña;
los asientos queman y el sol que pega
en el vidrio, enceguece.

Pero no importa, como dos bonzos
dispuestos a inmolarse,
nos sentamos y enciendo el motor:
Fabián Casas y su padre van en coche al muere.

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Hoy tu tiempo es real (Mario Benedetti)

Un verso dedicado a uno de los mejores jugadores del Deporte Rey de todos los tiempo, Diego Armando Maradona. Este poema es escrito por el magnate de la literatura lírica Mario Benedetti.

A Diego Maradona

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Hoy tu tiempo es real, nadie lo inventa
Y aunque otros olviden tus festejos
Las noches sin amos quedaron lejos
Y lejos el pesar que desalienta.

Tu edad de otras edades se alimenta
No importa lo que digan los espejos
Tus ojos todavía no están viejos
Y miran, sin mirar, más de la cuenta.

Tu esperanza ya sabe tu tamaño
Y por eso no habrá quien la destruya
Ya no te sentirás solo ni extraño.
Vida tuya tendrás y muerte tuya.

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Ha pasado otro año, y otro años
Le has ganado a tus sombras, aleluya.

 

Fútbol (Carlos Drummond de Andrade)

Para algunos fanático el Fútbol lo es todo y eso es precisamente lo que describe este poema dedicado al Deporte Rey.

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Este escrito comparte con el mundo la idea de que no existe un espacio destinada para el juego que se puede iniciar un partido en cualquier lugar.

¿Al fútbol se juega en el estadio?
Al fútbol se juega en la playa,
al fútbol se juega en la calle,
al fútbol se juega en el alma.

Idéntico balón, forma sagrada
para los cracks o los patas de palo.
La misma exuberancia de chutar
en la delirante Copa del Mundo
que en el más árido pedregal.

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Piruetas de súbitas estatuas,
fantásticos dibujos, bailados
por entrelazados pies y torsos.
Lúdicos instantes: flota
el jugador, grabado en el aire.

-Por fin, el cuerpo triunfante
contra la triste ley de la gravedad.

 

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Fútbol (Anónimo)

Este sin duda es uno de los más famosos poema de fútbol dedicado al deporte preferido mundialmente, aunque no esta claro quien es el autor define claramente la pasión de los fanáticos por el fútbol.

¿Cómo vas a saber lo que es el amor?
Si nunca te hiciste hincha de un club
¿Cómo vas a saber lo que es el dolor?
Si jamás un zaguero te rompió la tibia y el peroné
y estuviste en una barrera y la pelota te pegó justo ahí…

¿Cómo vas a saber lo que es el placer?
Si nunca diste una vuelta olímpica de visitante
¿Cómo vas a saber lo que es el cariño?

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Si nunca la acariciaste de chanfle
entrándole con el revés del pie
para dejarla jadeando bajo la red

¡¡Escúchame!!,
¿Cómo vas a saber lo que es la solidaridad?
Si jamás saliste a dar la cara
por un compañero golpeado desde atrás

¿Cómo vas a saber lo que es la poesía?
Si jamás tiraste una gambeta
¿Cómo vas a saber lo que es la humillación?
Si jamás te metieron un caño

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¿Cómo vas a saber lo que es la amistad?
Si nunca devolviste una pared
¿Cómo vas a saber lo que es el pánico?
Si nunca te sorprendieron mal parado en un contragolpe

¿Cómo vas a saber lo que es morir un poco?
Si jamás fuiste a buscar la pelota dentro del arco

¡Decime viejo!
¿Cómo vas a saber lo que es la soledad?
Si jamás te paraste bajo los tres palos,
a doce pasos de uno que te quería fusilar
y terminar con tus esperanzas

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¿Cómo vas a saber lo que es el barro?
Si nunca te tiraste a los pies de nadie
Para mandar una pelota sobre un lateral

¿Cómo vas a saber lo que es el egoísmo?
Si nunca hiciste una de más
cuando tenias que dársela,
al nueve que estaba solo

¿Cómo vas a saber lo que es el arte?
Si nunca, pero nunca inventaste una rabona
¿Cómo vas a saber lo que es la música?
Si jamás cantaste desde la popular

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¿Cómo vas a saber lo que es la injusticia?
Si nunca te sacó tarjeta roja, un referí localista
Decime, ¿Cómo vas a saber lo que es el insomnio?
Si jamás te fuiste al descenso

¿Cómo, cómo vas a saber lo que es el odio?
Si nunca hiciste un gol en contra
¿Cómo, pero cómo vas a saber lo que es llorar?
Si, llorar, si jamás perdiste una final de un mundial
sobre la hora con un penal dudoso

¿Cómo vas a saber querido amigo?
¿Cómo vas a saber lo que es la vida?
Si nunca, jamás jugaste al fútbol.

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No queda duda de que el Deporte Rey se apodera lentamente de todas las expresiones artísticas, las emociones quedan a flor de piel si de fútbol se trata.

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