Saltar al contenido

+8 Fabulas de Fedro ¡Para niños y adultos!

Fabulas de Fedro
Advertisement

¿Quién fue cayó julio Fedro? ¿Qué fabulas hizo? Fedro fue un reconocido escritor romano del sigo I d.C.

Durante toda su carrera literaria escribió alrededor de 100 fábulas, todas con grandes enseñanzas y lecciones de vida. Su forma de escribir las fábulas es sumamente ligera y fácil de leer.

Por lo general utiliza animales y objetos inanimados para darle vida a sus protagonistas. Se cree que la mayor influencia de Fedro fue Esopo, otro gran fabulista de la época.

Advertisement

+8 Mejores fabulas de Fedro

Aunque Fedro tiene muchas fábulas no todas están traducidas al español, es por eso que aquí te presentamos las mejores, para que conozcas más sobre el fabuloso trabajo de este escritor.

El lobo y la cabra

Esta fábula de Fedro nos narra como un hambriento lobo que no tenía nada que comer, observa a una indefensa cabra que esta pastando al borde de un precipicio.

El lobo al notar que no podía llegar a donde estaba la cabra le dice que se acerque hasta donde esta él, ya que, en ese lugar había un pasto más verde, crecido y delicioso. ¿Qué creen que le respondió la cabra al lobo?

Advertisement

Encontró un lobo a una cabra que pastaba a la orilla de un precipicio. Como no podía llegar a donde estaba ella le dijo:

− Oye amiga, mejor baja pues ahí te puedes caer. Además, mira este prado donde estoy yo, está bien verde y crecido.

Pero la cabra le dijo:

Advertisement

− Bien sé que no me invitas a comer a mí, sino a ti mismo, siendo yo tu menú.

Moraleja del lobo y la cabra: nunca te dejes envolver por los engaños de las personas malas, ellos solo procuran su bien.

Los perros hambrientos

Esta fábula de Fedro cuenta sobre dos perros hambrientos que no tenían nada que comer.

Advertisement

Estaban vagando por la calle buscando que comer, hasta que lograron ver algunas pieles en el fondo de un arroyo, sin embargo, no podían alcanzarlas porque era mucha el agua.

Pensaron por un momento y la mejor decisión era tomarse toda el agua hasta llegar a las pieles. ¿Creen que pudieron llegar a las pieles?

Vieron unos perros hambrientos en el fondo de un arroyo unas pieles que estaban puestas para limpiarlas; pero como debido al agua que se interponía no podían alcanzarlas, decidieron beberse primero el agua para así llegar fácilmente a las pieles.

Advertisement

Pero sucedió que de tanto beber y beber, reventaron antes de llegar a las pieles.

Moraleja de los perros hambrientos: los caminos cortos o rápidos nunca traen buenos resultados. Esfuérzate por conseguir las cosas de la forma correcta.

Advertisement

Un cazador y un perro

Esta fábula de Fedro cuenta sobre un viejo perro que ayudaba fielmente a su cazador. Este perro era su perro de confianza, ya que, siempre lo ayudaba a cazar las mejores bestias.

Sin embargo, ya viejo y desgastado intentaba hacer las mismas hazañas sin resultado alguno. Al verlo, el cazador se molesta un poco con él. Sin embargo, el perro le responde. ¿Qué le dice el perro al cazador?

Un perro viejo no teniendo éste nada de cobarde, se había hecho digno de las complacencias y agasajos de su amo, por el ardor que desplegaba en la lucha contra toda suerte de fieras, aun las más feroces; pero aquella naturaleza robusta y vigorosa comenzó a declinar, sin dura con el peso de los años.

Advertisement

Echósele a reñir en tal sazón con un jabalí, y bien pronto hizo presa en una oreja; mas hubo de soltarla, por tener los dientes ya cariados.

Sentido de ello el cazador, increpaba al perro; y él, aunque viejo, respondió valientemente: «No me falta empuje, sino fuerzas. Alabábasme en otro tiempo por lo que valía; y ahora me desprecias, porque no soy ni aún sombra de lo que fui».

Bien entiendes tu, Fíleto, a donde tiran y se encaminan estas cosas que yo escribo.

Advertisement

Moraleja del perro y el cazador: nunca se debe despreciar a aquello que en algún momento de sirvió de mucho, Las cosas viejas siempre son útiles

Los toros y las ranas

Esta fábula de Fredo narra la historia de dos toros que estaban peleando en un prado, ambos animales estaban dispuestos a que uno de los dos dejara aquel lugar y se fuera muy lejos.

Mientras esto ocurría una rana suspiraba y se encontraba triste viendo la escena, es así, como otra rana al verla le pregunta que sucede.

Advertisement

La rana triste le dice, que esa pelea aunque no sea de ellas, les traerá muchos problemas. ¿Por qué la rana decía eso?

Cierto día estaban dos toros peleándose en un prado.

Una rana los miraba y suspiraba con tristeza.

Advertisement

Al preguntarle otra qué le ocurría, la rana respondió:

– Uno de ellos perderá y será desterrado. Como será expulsado del prado, vendrá a la charca y nos perjudicará a todas. Ya verás cómo este combate que no es nuestro, nos trae malas consecuencias.

Y así fue. El toro perdedor ya no pudo pacer en los campos y tuvo que irse al estanque. Allí, todos los días, aplastaba con sus pezuñas a una buena cantidad de ranas.

Advertisement

Moraleja de los toros y las ranas: a veces los conflictos de terceros pueden afectar a las personas más débiles.

Las dos perras

Esta fábula de Fedro cuenta la historia de dos perras, una de ellas tenía una choza donde vivía sola, y la otra vivía en la calle.

Advertisement

En cierta ocasión la segunda perra dio a luz a varios cachorros, y le dijo a la otra si le podía prestar la choza por algunos días, a  lo que la perra le dijo que sí.

Con el paso del tiempo, la perra y sus crías aun no salían del lugar, y la otra perra ya enojada le ponía plazos de desalojo que no se cumplían. Es así como las crías crecieron y la perra le dice a la otra. ¿Qué creen que le dijo?

Una perra solicitó de otra permiso para echar en su choza la cría, favor que le fue otorgado sin dificultad alguna; pero es el caso que iba pasando el tiempo, y nunca llegaba el momento de abandonar la choza que tan generosamente se le había cedido, alegando, como razón de esta demora, que era preciso esperar a que los cachorrillos tuviesen fuerzas para andar por sí solos.

Advertisement

Como se le hiciesen nuevas instancias, pasado el último plazo que ella misma había fijado, contestó arrogantemente : «Me saldré de aquí, si tienes valor para luchar conmigo y con mi turba.»

Moraleja de las dos perras: las tretas de los malos siempre traen beneficios para sí. Nunca te fíes de ellos, por más necesitados que parezcan

El lobo y la grulla

La siguiente fábula de Fedro cuenta la historia de un lobo que estaba comiéndose un hueso, mientras se deleitaba con su platillo, este se le quedo atorado en la garganta, y es así como el lobo sale corriendo a buscar ayuda.

Advertisement

En eso consigue una grulla y le dice que si lo ayuda con el hueso, de inmediato le dará una recompensa. La grulla lo pensó un momento, y acepto.

Introdujo su cuello por la garganta del lobo y saco el hueso. Al exigir su recompensa el lobo le respondió. ¿Qué le habrá dicho el lobo a la grulla?

Como quedara clavado un hueso, al tragarlo, en la garganta de un lobo, vencido por el gran dolor empezó a seducir a todos con un premio para que le extrajeran aquel mal. Finalmente, fue persuadida por el juramento una grulla, que entregando la longitud de su cuello a la garganta hizo la peligrosa cirugía al lobo.

Advertisement

Como por esto solicitara insistentemente el premio pactado, «Ingrata eres» dijo el lobo, «porque sacaste incólume tu cabeza de mi boca y pides recompensa».

Moraleja del lobo y la grulla: nunca le hagas favores a personas malvadas, ya que, ellos no merecen la compasión de los demás

Advertisement

El lobo y el caballo

Esta fábula de Fedro cuenta sobre un lobo hambriento que paso cerca de un campo de cebada, y al no comer de aquello decide seguir de largo.

Pero al cabo de algunos metros se tropieza con un caballo, y le dice que hay un lugar cercano con rica cebada, que él ha preferido no comer para dejarle a otro.

Y convida al caballo a ir a este lugar. Sin embargo, el caballo ve las intensiones del lobo y le responde. ¿Creen que el caballo fue a comer cebada?

Advertisement

Pasaba un lobo por un sembrado de cebada, pero como no era comida de su gusto, la dejó y siguió su camino.

Encontró al rato a un caballo y le llevó al campo, comentándole la gran cantidad de cebada que había hallado, pero que en vez de comérsela él, mejor se la había dejado porque le agradaba más oír el ruido de sus dientes al masticarla. Pero el caballo le repuso:

− ¡Amigo, si los lobos comieran cebada, no hubieras preferido complacer a tus oídos sino a tu estómago!

Advertisement

Moraleja del lobo y el caballo: nunca confíes en las personas malvadas, por más buenas que parezcan sus intensiones, siempre tienen intereses ocultos.

El gallo y la perla

Esta fábula de Fedro nos sitúa en un granja, donde un hambriento gallo, paseaba de un lado a otro buscando un poco de maíz que comer. Sin embargo, no logro encontrar nada porque los pollitos ya se habían terminado con todo a su paso.

Es así como escarbando en la tierra en busca de comida, consigue una hermosa perla. ¿Creen que el gallo hambriento se comió la perla?

Advertisement

Cierto día, el gallo más comilón del gallinero se paseaba por la granja buscando algo que llevarse al pico.

No tenía suerte, porque lo pollitos habían acabado ya con los granos de maíz.

Entonces, casi enterrada en la tierra, encontró una hermosa y valiosísima perla. El gallo, sin embargo, se apenó:

Advertisement

– ¡Qué lastima haberte encontrado! Ni yo puedo ser de provecho para ti, ni tú me sirves de nada.

Moraleja del gallo y la perla: las cosas son valiosas en las manos correctas. Es por esto, que cada cosa tiene un valor diferente, dependiendo de la necesidad de cada quien.

Advertisement

Advertisement

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *