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+8 Fábulas de niños ¡Únicas y divertidas!

Fábulas de niños
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¿Cuáles son las mejores fábulas de niños? Los niños son los más pequeños de la casa, sus ocurrencias  e inteligencia llenan de alegría casa hogar.

Los niños son como una esponja durante los primeros años de vida, es por esto, que fomentar la lectura y la imaginación durante esta etapa puede ser de provecho para educar a niños curiosos, inteligentes y pensantes.

Es por esto, que las fábulas de niños son ideales para inculcar en los más pequeños el amor por la lectura, y el pronto aprendizaje de lecciones de vida.

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Estas fábulas de niños suelen poseer un lenguaje sencillo y de fácil comprensión.

+8 Mejores fábulas de niños

Las fábulas de niños son sumamente variadas, los géneros van desde el terror, hasta las princesas. Es por esto, que hemos seleccionado las mejores ocho fábulas de niños, para que te deleites con ellas. Disfrútalas

Los tres leones

Esta fábula de niños, nos sitúa en medio de la selva, donde un mono, siendo el representante electo de la comunidad, convocó una reunión para decidir cual de los tres leones que habitan con ellos, sería el nuevo rey.

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Todos deliberaron y decidieron ponerles una prueba, y quien ganara sería el nuevo rey. La prueba consistía en subir la montaña más alta de aquel lugar, y el primero en llegar sería nombrado rey.

Los tres leones lo intentaron pero ninguno logro llegar a la cima. Todos consternados, no saben como escoger al nuevo rey. Hasta que habla el águila, el animal más sabía. ¿Qué creen que dijo el águila?

En la selva vivían tres leones.  Un día, el mono, representante electo por la comunidad, convocó una reunión para pedir a todos los animales una toma de decisión: -¿Cuál de los tres leones deberá ser nuestro Rey? Tras mucho deliberar, los animales comunicaron a los leones la decisión tomada:

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 -Hemos encontrado una solución muy simple para el problema.  Los tres van a escalar la montaña más alta de la región.  El que llegue primero a la cima será consagrado como Rey-.

 El desafío fue aceptado y todos los animales de la selva se reunieron para asistir a la gran prueba.  El primer león intentó escalar y no llegó.  El segundo empezó con mucha fuerza pero no lo logró.  El tercero puso empeño desde el inicio y tampoco lo consiguió.

 Los animales restaban impacientes y curiosos; si los tres habían sido derrotados, ¿cómo elegirían un rey? En ese momento, el águila, grande en edad y sabiduría, pidió la palabra:

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 -¡Yo sé quien debe ser el rey!-  Todos los animales hicieron silencio y miraron expectantes.

-¿Cómo?-, preguntaron.

-Es simple- dijo el águila.

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-Yo estaba volando bien cerca de ellos y, cuando regresaron derrotados de su escalada, escuché las palabras que cada uno dedicó a la montaña:

 El primer león manifestó: – ¡Montaña, me has vencido!

El segundo exclamó: – ¡Montaña, has podido conmigo!

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Y el tercero dijo: – ¡Montaña, me has vencido,…por ahora!

 Los tres leones se sintieron derrotados, pero únicamente el tercero utilizó ese mensaje para darse otra oportunidad;  esto le convierte en el más fuerte de todos.

Moraleja de los tres leones: el más fuerte es aquel que sigue luchando así haya sido vencido. El que toma la derrota como una lección y sigue hacia adelante

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El rey y la peste

La siguiente fábula de niños narra la historia de un rey árabe que en medio de su camino por el desierto se topa con la peste.

Ambas conversas un rato, y el rey le pregunta a la peste a donde se dirige, a lo que ella responde que irá a Bagdad, y allí tomara una 5000 vidas. Ambas se despiden y cada una sigue su camino.

Una semana después, se vuelven a ver en el desierto, y el rey le reclama a la peste que no había tomado 5000 sino 50000 vidas. ¿Qué creen que le dijo la peste al rey?

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Mientras cruzaba el desierto un rey árabe se topó con la peste. Asombrado le preguntó: «Peste, ¿a dónde piensas ir tan rápido?»

Ella le respondió: «Estoy de camino a Bagdad, tomaré con mi guadaña unas 5.000 vidas.»

Pasada una semana, el rey volvió a ver a la peste en el desierto cuando ella regresaba de Bagdad. Enfadado le reclamó: «¡Eres una mentirosa! ¡Me dijiste que tomarías a 5.000 y murieron 50.000!»

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La peste indignada le dijo: «Nunca he mentido. Tomé sólo 5.000 vidas, el miedo tomó las demás.»

Moraleja del rey y la peste: el miedo puede ser más letal y peligroso que aquello a lo que se le teme.

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El mono y el gato

La siguiente fábula de niños cuenta la historia de un mono  sumamente travieso, que rompía cuanto quisiera solo por diversión.

Y también habla sobre un gato que le gustaba comer mucho, pero era incapaz de cazar su propio alimento. Ambos animales vivían en la casa de un buen Señor.

Cierto día, el dueño de la casa dejo sobre el fuego una deliciosas castañas. Ambos animales observaron aquella escena, y el mono convence al gato de agarrarlas para ellos dos.

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Es así como el gato va agarrado las castañas y se las pasa al mono ¿Cómo creen que sigue la historia?

En la casa de un buen señor, vivían dos animales malos, traviesos y desagradecidos. Un mono llamado Roko, que le gustaba romper todo lo que estaba a su alcance sólo por diversión y un gato apodado Ratón, que no le gustaba cazar pero si comer en exceso.

Un día en que ambos pasaban por la puerta de la cocina, vieron sobre el fuego unas castañas que el dueño de casa había dejado asando. El mono dijo:

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-¡Amigo, es hora de dar el gran golpe! ¡Si yo tuviera las garras que tu tienes, esas castañas ya estarían en mi estomago!.

El gato que era muy veloz, sin mediar mas palabras, comenzó a retirar una a una las castañas del fuego, mientras tanto el mono se las iba comiendo sin que el gato lo advirtiera. Cuando el felino aún no había llegado a comer ninguna, entró en la cocina el dueño de casa y los ladronzuelos salieron corriendo del lugar, con gran descontento por parte del gato.

Moraleja del mono y el gato: en esta vida siempre hay alguien más vivo e inteligente que tu.

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Las ranas pidiendo rey

La siguiente fábula de niños narra la historia de unas ranas que vivían felices y en paz en un estanque, sin embargo, sentían que todo era un desorden y que necesitan de alguien que las guiara y cuidara.

Es así como deciden pedirle a Zeus que les mande un rey. Zeus responde a su pedido, y les envía un gran tronco de leño. Este tronco fue colocado en medio del estanque.

Al principio las ranas sintieron miedo, pero al ver que nada pasaba, comenzaron a burlarse del nuevo rey, y regresaron nuevamente a donde Zeus. ¿Qué le pidieron esta vez a Zeus?

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En un estanco lejano y muy distante vivían unas ranas libres y felices, pero cansadas del desorden y de la anarquía en que vivían. Y tomaron una decisión: mandaron una delegación a Zeus para que les enviara un rey para cuidarlas.

Zeus, atendiendo a la petición de las ranas, les envió un grueso tronco de leño a su charco.

Espantadas las ranas por el ruido que hizo el leño al caer, se escondieron donde mejor pudieron. Asustadas, las ranas se acercaron al tronco, y viendo que el leño no se movía, fueron saliendo a la superficie y dada la quietud que predominaba, empezaron a sentir tan grande desprecio por el nuevo rey, que brincaban sobre él y se le sentaban encima, burlándose sin descanso.

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Y así, sintiéndose humilladas por tener de monarca a un simple madero, volvieron indignadas donde Zeus, pidiéndole que les cambiara al rey, pues éste era demasiado tranquilo.

Ante la molestia de las ranas, Zeus se enojó y les lanzó truenos y con estos les envió una hambrienta serpiente de agua que atrapó y devoró a todas las ranas, una a una, sin compasión.

Moraleja de las ranas pidiendo rey: la lección de esta fábula es que siempre será mejor un rey tranquilo y sencillo, que uno arrogante y peligroso.

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El dinosaurio Nico

Esta fábula de niños narra la historia de Nico un dinosaurio rodeado de grandes amigos, una hermosa casa, que vivía su vida feliz y alegre.

Todos los días Nico se preparaba un vaso de jugo de naranja, y unas tostadas. Su vida estaba casi completa, porque el pensaba que necesitaba una compañera de vida, sin embargo, no pensaba mucho en ello.

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Cierto día cuando fue a recoger las naranjas para su jigo ve a una hermosa dinosaurio que tenía una canasta llena de naranjas. ¿Qué creen que paso con aquellos dos dinosaurios?

Había una vez un dinosaurio muy alegre, llamado Nico que se levantaba por las mañanas siempre cantando. Aún en pijamas, le encantaba prepararse un rico desayuno con jugo de naranja, con tostadas y así sonriendo y bien alimentado comenzaba su día de trabajo.

Tenía grandes y viejos amigos, una casa muy bella, rodeada de arboles, pinos y flores, y a pesar de todo, él insistía en que quería un amor en su vida, que era eso lo único que le faltaba para ser completamente feliz.

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Una mañana muy parecida a las demás, Nico se dirigió a recoger naranjas para su jugo, cuando de repente vio una señorita dinosaurio, muy hermosa y con una canasta llena de naranjas.

No podía creer aquella coincidencia, fue así que se pusieron a conversar y al poco tiempo se encontraron compartiendo no sólo los jugos de naranja sino también un hogar y como no, las tostadas. Nico se convirtió en el dinosaurio más feliz y comprendió que el amor puede llegar cuando uno menos se lo espera.

Moraleja del dinosaurio Nico: el amor siempre tocara tu puerta en el momento que menos lo piensas.

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El cerdo maltratado

La siguiente fábula de niños cuenta la historia de un cerdo que huyó de la granja donde vivía porque los demás cerdos le trataban muy mal.

Este cerdito pasó días vagando hasta que consiguió un rebaño de carneros. Al ver al gran rebaño de carneros decide entrar poco a poco a este, de manera que acompañarlos mientras comían.

Los carneros recibieron al cerdo sin problemas. Pero todo cambio cuando el pastor del rebaño se percato de que un cerdo los acompañaba. ¿Qué sucederá ahora?

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Érase una vez, hace mucho pero muchos años, se escapó de una granja un cerdo que era muy maltratado por el resto de sus compañeros. Partió de la granja y estuvo muchos días caminando sin encontrar un rumbo hasta que encontró un gran rebaño de carneros que se encontraban comiendo pacíficamente en un extenso prado.

El pobre cerdito se acerco muy despacio y sin hacer ruido, esperando poder mezclarse con ellos si que lo dañaran. Los carneros no le hicieron ningún daño y además le permitieron que se incorporara al rebaño como si fuera otros de ellos.

Pasaron varios días y el cerdito continuó con los carneros hasta el día que el pastor se dio cuenta de que estaba ahí y lo cogió y lo llevó a su casa. Cuando él se vio atrapado por aquel hombre, comenzó a gruñir fuertemente y hacer todo lo posible para tratar de liberarse de las manos del pastor. Los carneros al ver esa situación comenzaron a reñirle fuertemente al pobre cerdo:

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– Oye amigo no hagas tanto escándalo. Nosotros también somos agarrados por el pastor y no formamos tanta bulla.

El cerdo muy molesto les respondió:

– No comparen, pues la situación no es la misma ya que cuando el los agarra a ustedes es solo para quitarle la lana, a mi me quiere para quitarme la carne.

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Moraleja del cerdo maltratado: la enseñanza de esta fábula, es que debes enfrentar los problemas en tu terreno, y no intentar huir, ya que, estando en tierras extrañas no puedes controlar lo que te sucede.

El lobo y el cordero

Esta fábula de niños nos sitúa en un pequeño arroyuelo, donde un corderito sediento estaba tomando agua. Justo en ese momento llega un feroz lobo hambriento y molesto.

Este lobo comienza a pelear con el pobre corderito, acusándolo que muchas cosas, que el corderito nunca había hecho.

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Fue tanta la molestia del lobo, que se llevo al corderito a lo profundo del bosque. ¿Qué paso con el corderito?

Un corderillo sediento bebía en un arroyuelo. Llegó en esto un lobo en ayunas, buscando peleas y atraído por el hambre.

-¿Cómo te atreves a enturbiarme el agua? -dijo malhumorado al corderillo-. Castigaré tu temeridad.

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–No se irrite vuestra majestad – contestó el cordero -, considere que estoy bebiendo en esta corriente veinte pasos más abajo, y mal puedo enturbiarle el agua.

–Me la enturbias – gritó el feroz animal – y me consta que el año pasado hablaste mal de mí.

–¿Cómo había de hablar mal, si no había nacido? No estoy destetado todavía.

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–Si no eras tú, sería tu hermano.

–No tengo hermanos, señor.

–Pues sería alguno de los tuyos, porque me tenéis mala voluntad todos vosotros, vuestros pastores y vuestros perros. Lo sé de buena tinta y tengo que vengarme.

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Dicho esto, el lobo coge al cordero, se lo lleva al fondo de sus bosques y se lo come, sin más auto ni proceso.

Moraleja del lobo y el corderito: la lección de esta fábula es que las personas mentirosas y malhumoradas nunca son buena compañía, y a pesar de tener la verdad de tu lado, ellas siempre creen tener la razón.

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Tío Tigre y Tío Conejo

Esta fábula de niños cuenta la historia de un astuto conejo que al verse amenazado por la muerte inminente logra engañar a un feroz tigre.

Este conejo convence al tigre de no comérselo porque es muy flaco y desnutrido, pero que el tenía muchas vacas jugosas y gordas que le podía dar si lo dejaba vivir.

Al tigre le gusto la idea, y ambos fueron a la cima de una colina a buscar a las vacas. Sin embargo, las vacas en realidad eran enormes rocas. ¿El tigre se pudo comer las vacas?

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Una calurosa mañana, se encontraba Tío Conejo recolectando zanahorias para el almuerzo. De repente, escuchó un rugido aterrador: ¡era Tío Tigre!

—¡Ajá, Tío Conejo! —dijo el felino—. No tienes escapatoria, pronto te convertirás en un delicioso bocadillo.

En ese instante, Tío Conejo notó unas piedras muy grandes en lo alto de la colina e ideó un plan.

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—Puede que yo sea un delicioso bocadillo, pero estoy muy flaquito —dijo Tío Conejo—. Mira hacia la cima de la colina, ahí tengo mis vacas y te puedo traer una. ¿Por qué conformarte con un pequeño bocadillo, cuando puedes darte un gran banquete?

Como Tío Tigre se encontraba de cara al sol, no podía ver con claridad y aceptó la propuesta. Entonces le permitió a Tío Conejo ir colina arriba mientras él esperaba abajo.

Al llegar a la cima de la colina, Tío Conejo gritó:

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—Abre bien los brazos Tío Tigre, estoy arreando la vaca más gordita.

Entonces, Tío Conejo se acercó a la piedra más grande y la empujó con todas sus fuerzas. La piedra rodó rápidamente.

Tío Tigre estaba tan emocionado que no vio la enorme piedra que lo aplastó, dejándolo adolorido por meses.

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Tío Conejo huyó saltando de alegría.

Moraleja de Tío Tigre y Tío Conejo : siempre es más importante ser astuto e inteligente, que fuerte y arrogante.

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