Ricardo Eliécer Neftalí Reyes Basoalto, bajo el seudónimo de Pablo Neruda, fue un poeta chileno nacido en Parral en 1904 y fallecido en Santiago de Chile en 1973.
Desde temprana edad mostró un gran talento e interés en los extensos mundos de la poesía y la literatura. En la actualidad, Neruda es uno de los más famosos poetas de habla hispana.
«Pablo Neruda es el más grande poeta del siglo XX en cualquier idioma»
afirma el conocido escritor Gabriel García Márquez.Advertisement
Pablo Neruda no sólo se dedicó a escribir poesía. También fue un activista político lo que le acarreó una vida complicada. Incluso en un momento se encontró en el exilio debido a las críticas que hizo en contra del gobierno del entonces presidente Gabriel González Videla.
A pesar de todas las dificultades vividas, Pablo Neruda nunca dejó de escribir. A lo largo de su carrera, recibió grandes reconocimientos como el Premio Nobel de Literatura del año 1971. Su principal compañera era la pluma, y sus poemas transmiten profundos sentimientos y emociones.
Listado de poemas cortos de Pablo Neruda
En su tiempo, Pablo Neruda escribió muchos poemas sobre el amor y el exilio, los sueños y la realidad. Abordó innumerables temáticas en sus escritos, que luego recopiló en maravillosos poemarios.
Su estilo literario es el de un auténtico maestro y su trabajo es de inmenso disfrute para los amantes de la poesía.
A continuación se presenta una selección de los 25 grandes poemas cortos de Pablo Neruda:
25. Poema Ahora es Cuba de Pablo Neruda
Pablo Neruda amaba a Cuba, a pesar de sus desencuentros. De niño gozaba de un interés particular por este país, y como escritor logró encontrarse con autores e intelectuales cubanos. En varias de sus obras refiere su cariño, pero este poema lo dedica únicamente a Cuba.
Y luego fue la sangre y la ceniza. Después quedaron las palmeras solas.
Cuba, mi amor, te amarraron al potro, te cortaron la cara,
te apartaron las piernas de oro pálido, te rompieron el sexo de granada,
te atravesaron con cuchillos, te dividieron, te quemaron.
Por los valles de la dulzura bajaron los exterminadores,
y en los altos mogotes la cimera de tus hijos se perdió en la niebla,
pero allí fueron alcanzados uno a uno hasta morir, despedazados
en el tormento sin sutierra tibia de flores que bajo sus plantas.
Cuba, mi amor, qué escalofrío te sacudió de espuma la espuma,
hasta que te hiciste pureza, soledad, silencio, espesura,
y los huesitos de tus hijos se disputaron los cangrejos.
24. Poema Aquí te amo de Pablo Neruda
En este poema, Pablo Neruda posee una alma rota mientras rememora al amor de una vida. Como el amor es un sentimiento tan hermoso y apasionante, cuando se va deja un vacío en su estela. El recuerdo de la persona amada puede quitar hasta el aliento.
Aquí te amo. En los oscuros pinos se desenreda el viento.
Fosforece la luna sobre las aguas errantes.
Andan días iguales persiguiéndose.
Se desciñe la niebla en danzantes figuras.
Una gaviota de plata se descuelga del ocaso.
A veces una vela. Altas, altas estrellas.
O la cruz negra de un barco. Solo.
A veces amanezco, y hasta mi alma está húmeda.
Suena, resuena el mar lejano. Este es un puerto.
Aquí te amo. Aquí te amo y en vano te oculta el horizonte.
Te estoy amando aún entre estas frías cosas.
A veces van mis besos en esos barcos graves,
que corren por el mar hacia donde no llegan.
Ya me veo olvidado como estas viejas anclas.
Son más tristes los muelles cuando atraca la tarde.
Se fatiga mi vida inútilmente hambrienta.
Amo lo que no tengo. Estás tú tan distante.
Mi hastío forcejea con los lentos crepúsculos.
Pero la noche llega y comienza a cantarme.
La luna hace girar su rodaje de sueño.
Me miran con tus las estrellas más grandes.
Y como yo te amo, los pinos en el viento,
Quieren cantar tu nombre con sus hojas de alambre.
23. Poema Ayer de Pablo Neruda
Pablo Neruda habla de su vida y estilo en estos versos autobiográficos. En este poema narra su pasado, presente y futuro de manera hermosa, por medio de las herramientas que su arte le propuso.
Todos los poetas excelsos se reían de mi escritura a causa de la puntuación,
mientras yo me golpeaba el pecho confesando puntos y comas,
exclamaciones y dos puntos es decir, incestos y crímenes
que sepultaban mis palabras en una Edad Media especial
de catedrales provincianas.
Todos los que nerudearon comenzaron a valiejarse
y antes del gallo que cantó se fueron con Perse y con Eliot
y murieron en su piscina.
Mientras tanto yo me enredaba con mi calendario ancestral
más anticuado cada día sin descubrir sino una flor
descubierta por todo el mundo, sin inventar sino una estrella
seguramente ya apagada, mientras yo embebido en su brillo,
borracho de sombra y de fósforo, seguía el cielo estupefacto.
La próxima vez que regrese con mi caballo por el tiempo
voy a disponerme a cazar debidamente agazapado
todo lo que corra o que vuele: a inspeccionarlo previamente
si está inventado o no inventado, descubierto
o no descubierto: no se escapará de mi red ningún planeta venidero.
22. Poema Era mi corazón un ala viva y turbia de Pablo Neruda
Pablo Neruda escribe sobre el significado de la perdida de aquella persona especial, amada. Narra el recuerdo del amor de una vida, tan fuerte que colmó el sentido humano mientras vivió. Y cuando murió, aún su memoria persistió.
Era mi corazón un ala viva y turbia…
un ala pavorosa llena de luz y anhelo.
Era la primavera sobre los campos verdes.
Azul era la altura y era esmeralda el suelo.
Ella –la que me amaba– se murió en primavera.
Recuerdo aún sus ojos de paloma en desvelo.
Ella –la que me amaba– cerró sus ojos… tarde.
Tarde de campo, azul. Tarde de alas y vuelos.
Ella –la que me amaba– se murió en primavera…
y se llevó la primavera al cielo.
21. Poema No estés lejos de mí de Pablo Neruda
La vigorosidad del amor impulsa a Pablo Neruda a escribir este poema, apasionadamente. El profundo sentimiento de poseer al ser amado es el que se expresa en estos versos.
No estés lejos de mí un sólo día, porque cómo,
porque, no sé decírtelo, es largo el día,
y te estaré esperando como en las estaciones
cuando en alguna parte se durmieron los trenes.
No te vayas por una hora porque entonces
en esa hora se juntan las gotas del desvelo
y tal vez todo el humo que anda buscando casa
venga a matar aún mi corazón perdido.
Ay que no se quebrante tu silueta en la arena,
ay que no vuelen tus párpados en la ausencia:
no te vayas por un minuto, bienamada,
porque en ese minuto te habrás ido tan lejos
que yo cruzaré toda la tierra preguntando
si volverás o si me dejarás muriendo.
20. Poema 4 de Pablo neruda
El viento y la tempestad en alta mar son el ambiente que recrea Pablo Neruda en estos versos. Al final, resulta que el deseo que se siente por una persona es el que prende fuego al alma.
Es la mañana llena de tempestad
en el corazón del verano.
Como pañuelos blancos de adiós viajan las nubes,
el viento las sacude con sus viajeras manos.
Innumerable corazón del viento
latiendo sobre nuestro silencio enamorado.
Zumbando entre los árboles, orquestal y divino,
como una lengua llena de guerras y de cantos.
Viento que lleva en rápido robo la hojarasca
y desvía las flechas latientes de los pájaros.
Viento que la derriba en ola sin espuma
y sustancia sin peso, y fuegos inclinados.
Se rompe y se sumerge su volumen de besos
combatido en la puerta del viento del verano.
19. Poema Mujer, nada me has dado de Pablo Neruda
A veces la atracción que se siente no es correspondida, más el sentimiento no es algo que se pueda apagar. Este deseo es el que describe Pablo Neruda en este poema.
Nada me has dado y para ti mi vida
deshoja su rosal de desconsuelo,
porque ves estas cosas que yo miro,
las mismas tierras y los mismos cielos,
porque la red de nervios y de venas
que sostiene tu ser y tu belleza
se debe estremecer al beso puro del sol,
del misino sol que a mí me besa.
Mujer, nada me has dado y sin embargo
a través de tu ser siento las cosas:
estoy alegre de mirar la tierra
en que tu corazón tiembla y reposa.
Me limitan en vano mis sentidos
–dulces flores que se abren en el viento–
porque adivino el pájaro que pasa
y que mojó de azul tu sentimiento.
Y sin embargo no me has dado nada,
no se florecen para mí tus años,
la cascada de cobre de tu risa
no apagará la sed de mis rebaños.
Hostia que no probó tu boca fina,
amador del amado que te llame,
saldré al camino con mi amor al brazo
como un vaso de miel para el que ames.
Ya ves, noche estrellada, canto y copa
en que bebes el agua que yo bebo,
vivo en tu vida, vives en mi vida,
nada me has dado y todo te lo debo.
18. Poema 12 de Pablo Neruda
Pablo Neruda vivió cerca del mar chileno, por lo que conocía de sobremanera la vida del navegante. Estos versos narran la relación que existe entre el hombre y el mar. Este poema forma parte de su libro Veinte poemas de amor y una canción desesperada.
Para mi corazón basta tu pecho,
para tu libertad bastan mis alas.
Desde mi boca llegará hasta el cielo
lo que estaba dormido sobre tu alma.
Es en ti la ilusión de cada día.
Llegas como el rocío a las corolas.
Socavas el horizonte con tu ausencia.
Eternamente en fuga como la ola.
He dicho que cantabas en el viento
como los pinos y como los mástiles.
Como ellos eres alta y taciturna.
Y entristeces de pronto, como un viaje.
Acogedora como un viejo camino.
Te pueblan ecos y voces nostálgicas.
Yo desperté y a veces emigran y huyen
pájaros que dormían en tu alma.
17. Poema Si tú me olvidas Pablo Neruda
¿Hasta qué punto puede cambiar la vida de una persona cuando se encuentra con aquella que ama? Pablo Neruda pone de manifiesto todas las emociones de la persona locamente enamorada, que actúa impulsivamente con los anhelos del corazón en lugar de razonar.
Quiero que sepas una cosa.
Tú sabes cómo es esto:
si miro la luna de cristal, la rama roja
del lento otoño en mi ventana,
si toco junto al fuego la impalpable ceniza
o el arrugado cuerpo de la leña,
todo me lleva a ti como si todo lo que existe,
aromas, luz, metales, fueran pequeños barcos que navegan
hacia las islas tuyas que me aguardan.
Ahora bien, si poco a poco dejas de quererme
dejaré de quererte poco a poco.
Si de pronto me olvidas no me busques,
que ya te habré olvidado.
Si consideras largo y loco el viento de banderas
que pasa por mi vida y te decides a dejarme
a la orilla del corazón en que tengo raíces,
piensa que en ese día, a esa hora levantaré los brazos
y saldrán mis raíces a buscar otra tierra.
Pero si cada día, cada hora sientes
que a mí estás destinada con dulzura implacable.
Si cada día sube una flor a tus labios a buscarme,
ay amor mío, ay mía, en mí todo ese fuego se repite,
en mí nada se apaga ni se olvida, mi amor se nutre de tu amor,
amada, y mientras vivas estará en tus brazos
sin salir de los míos.
16. Poema Vírese Pablo Neruda
El mar y una mujer protagonizan este poema de Pablo Neruda. El profundo amor que transmite esta mujer provoca sentimientos muy intensos en el narrador.
Hoy que danza en mi cuerpo la pasión de Paolo
y ebrio de un sueño alegre mi corazón se agita:
hoy que sé la alegría de ser libre y ser solo
como el pistilo de una margarita infinita:
oh mujer –carne y sueño–, ven a encantarme un poco,
ven a vaciar tus copas de sol en mi camino:
que en mi barco amarillo tiemblen tus senos locos
y ebrios de juventud, que es el más bello vino.
Es bello porque nosotros lo bebemos
en estos temblorosos vasos de nuestro ser
que nos niegan el goce para que lo gocemos.
Bebamos. Nunca dejemos de beber.
Nunca, mujer, rayo de luz, pulpa blanca de poma,
suavices la pisada que no te hará sufrir.
Sembremos la llanura antes de arar la loma.
Vivir será primero, después será morir.
Y después que en la ruta se apaguen nuestras huellas
y en el azul paremos nuestras blancas escalas
–flechas de oro que atajan en vano las estrellas–,
oh Francesca, hacia dónde te llevarán mis alas!
15. Poema Puedo escribir los versos más tristes esta noche Pablo Neruda
Pablo Neruda narra en estos versos la voluntad, el deseo, el soñar y el despertar de un hombre que una vez quiso a una mujer. Este poema de amor aborda la gran tristeza que provoca ver a la persona una vez amada con otro.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: “La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos.”
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como al pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y estos sean los últimos versos que yo le escribo.
14. Poema El mar Pablo Neruda
El mar de Valparaíso estuvo siempre presente en gran parte de la vida de Pablo Neruda. Es en este espléndido paisaje en el cual se ubica el autor para narrar este poema. Describe lo que siente, oye y huele cuando se encuentra delante del mar.
Necesito del mar porque me enseña:
no sé si aprendo música o conciencia:
no sé si es ola sola o ser profundo
o sólo ronca voz o deslumbrante
suposición de peces y navíos.
El hecho es que hasta cuando estoy dormido
de algún modo magnético circulo
en la universidad del oleaje.
No son sólo las conchas trituradas
como si algún planeta tembloroso
participara paulatina muerte,
no, del fragmento reconstruyo el día,
de una racha de sal la estalactita
y de una cucharada el dios inmenso.
¡Lo que antes me enseñó lo guardo! Es aire,
incesante viento, agua y arena.
Parece poco para el hombre joven
que aquí llegó a vivir con sus incendios,
y sin embargo el pulso que subía
y bajaba a su abismo,
el frío del azul que crepitaba,
el desmoronamiento de la estrella,
el tierno desplegarse de la ola
despilfarrando nieve con la espuma,
el poder quieto, allí, determinado
como un trono de piedra en lo profundo,
substituyó el recinto en que crecían
tristeza terca, amontonando olvido,
y cambió bruscamente mi existencia:
di mi adhesión al puro movimiento.
13. Poema 7 de Pablo Neruda
20 poemas de amor y una canción desesperada contienen poemas tan sentidos como este. Pablo Neruda escribe sobre el recuerdo alegre y amargo que deja alguien que se ha marchado.
Inclinado en las tardes tiro mis tristes redes
a tus ojos oceánicos.
Allí se estira y arde en la más alta hoguera
mi soledad que da vueltas los brazos como un náufrago.
Hago rojas señales sobre tus ojos ausentes
que olean como el mar a la orilla de un faro.
Sólo guardas tinieblas, hembra distante y mía,
de tu mirada emerge a veces la costa del espanto.
Inclinado en las tardes echo mis tristes redes
a ese mar que sacude tus ojos oceánicos.
Los pájaros nocturnos picotean las primeras estrellas
que centellean como mi alma cuando te amo.
Galopa la noche en su yegua sombría
desparramando espigas azules sobre el campo.
12. Poema Sed de ti Pablo Neruda
Pablo Neruda describe el deseo y la pasión en su más puro sentir. Expresadas en el plano físico y espiritual, estas emociones crean una necesidad que roza la desesperación y el dolor.
Sed de ti me acosa en las noches hambrientas.
Trémula mano roja que hasta su vida se alza.
Ebria de sed, loca sed, sed de selva en sequía.
Sed de metal ardiendo, sed de raíces ávidas…
Por eso eres la sed y lo que ha de saciarla.
Cómo poder no amarte si he de amarte por eso.
Si ésa es la amarra cómo poder cortarla, cómo.
Cómo si hasta mis huesos tienen sed de tus huesos.
Sed de ti, guirnalda atroz y dulce.
Sed de ti que en las noches me muerde como un perro.
Los ojos tienen sed, para qué están tus ojos.
La boca tiene sed, para qué están tus besos.
El alma está incendiada de estas brasas que te aman.
El cuerpo incendio vivo que ha de quemar tu cuerpo.
De sed. Sed infinita. Sed que busca tu sed.
Y en ella se aniquila como el agua en el fuego.
11. Poema Soneto 83 Pablo Neruda
Pablo Neruda se escribe sobre la intimidad de una pareja. Experimentar esta familiaridad con la persona que se ama hace que vida y la propia rutina cobren significados más profundos.
Es bueno, amor, sentirte cerca de mí en la noche,
invisible en tu sueño, seriamente nocturna,
mientras yo desenredo mis preocupaciones
como si fueran redes confundidas.
Ausente, por los sueños tu corazón navega,
pero tu cuerpo así abandonado respira
buscándome sin verme, completando mi sueño
como una planta que se duplica en la sombra.
Erguida, serás otra que vivirá mañana,
pero de las fronteras perdidas en la noche,
de este ser y no ser en que nos encontramos
algo queda acercándonos en la luz de la vida
como si el sello de la sombra señalara
con fuego sus secretas criaturas
10 Mejores poemas de amor de Pablo Neruda
Como se puede apreciar, Pablo Neruda refleja momentos, emociones del instante y placeres de los sentidos en sus versos. Si bien es autor de infinidad de poemas, aquí se encuentra una selección de 25 grandes poemas del poeta chileno. De esa lista, hay que resaltar los 10 mejores poemas, que presentamos a continuación.
- Bellos poemas de Pablo neruda
10. Poema Agua sexual Pablo Neruda
Pablo Neruda describe por medio de metáforas, escenas que muchos censuran. No obstante, la forma en que el autor recrea esta atmósfera tan particular en la mente del lector es increíble.
Rodando a goterones solos, a gotas como dientes,
a espesos goterones de mermelada y sangre,
rodando a goterones, cae el agua, como una espada en gotas,
como un desgarrador río de vidrio, cae mordiendo,
golpeando el eje de la simetría, pegando en las costuras del alma,
rompiendo cosas abandonadas, empapando lo oscuro.
Solamente es un soplo, más húmedo que el llanto,
un líquido, un sudor, un aceite sin nombre,
un movimiento agudo, haciéndose, espesándose,
cae el agua,a goterones lentos,
hacia su mar, hacia su seco océano,
hacia su ola sin agua.
Veo el verano extenso, y un estertor saliendo de un granero,
bodegas, cigarras,poblaciones, estímulos,
habitaciones, niñas durmiendo con las manos en el corazón,
soñando con bandidos, con incendios, veo barcos,
veo árboles de médula erizados como gatos rabiosos,
veo sangre, puñales y medias de mujer,
y pelos de hombre, veo camas, veo corredores
donde grita una virgen, veo frazadas y órganos y hoteles.
Veo los sueños sigilosos, admito los postreros días,
y también los orígenes, y también los recuerdos,
como un párpado atrozmente levantado a la fuerza
estoy mirando.
Y entonces hay este sonido: un ruido rojo de huesos,
un pegarse de carne, y piernas amarillas como espigas juntándose.
Yo escucho entre el disparo de los besos,
escucho, sacudido entre respiraciones y sollozos.
Estoy mirando, oyendo, con la mitad del alma en el mar
y la mitad del alma en la tierra, y con las dos
mitades del alma miro al mundo.
Y aunque cierre los ojos y me cubra el corazón enteramente,
veo caer un agua sorda, a goterones sordos.
Es como un huracán de gelatina,
como una catarata de espermas y medusas.
Veo correr un arco iris turbio.
Veo pasar sus aguas a través de los huesos.
9. Poema Soneto 93 Pablo Neruda
Pablo Neruda exalta en este poema la contraposición entre el amor y la muerte. El proceso de duelo que se refleja en estos versos es muy sentido, dado que se sabe que no quedará más que el recuerdo.
Si alguna vez tu pecho se detiene,
si algo deja de andar ardiendo por tus venas,
si tu voz en tu boca se van sin ser palabra,
si tus manos se olvidan de volar y se duermen,
Matilde, amor, deja tus labios entreabiertos
porque ese último beso debe durar conmigo,
debe quedar inmóvil para siempre en tu boca
para que así también me acompañe en mi muerte.
Me moriré besando tu loca boca fría,
abrazando el racimo perdido de tu cuerpo,
y buscando la luz de tus ojos cerrados.
Ya así cuando la tierra reciba nuestro abrazo
iremos confundidos en una sola muerte
a vivir para siempre la eternidad de un beso.
8. Poema 1 de Pablo Neruda
Este es otro poema que conforma 20 poemas de amor y una canción desesperada. A través de los versos, Pablo Neruda expresa el duro dolor que se sufre por un amor que se anhela y no se posee.
Cuerpo de mujer, blancas colinas, muslos blancos,
te pareces al mundo en tu actitud de entrega.
Mi cuerpo de labriego salvaje te socava
y hace saltar el hijo del fondo de la tierra.
Fui solo como un túnel. De mí huían los pájaros
y en mí la noche entraba su invasión poderosa.
Para sobrevivirme te forjé como un arma,
como una flecha en mi arco, como una piedra en mi honda.
Pero cae la hora de la venganza, y te amo.
Cuerpo de piel, de musgo, de leche ávida y firme.
¡Ah los vasos del pecho! ¡Ah los ojos de ausencia!
¡Ah las rosas del pubis! ¡Ah tu voz lenta y triste!
Cuerpo de mujer mía, persistiré en tu gracia.
¡Mi sed, mi ansia sin límite, mi camino indeciso!
Oscuros cauces donde la sed eterna sigue,
y la fatiga sigue, y el dolor infinito.
7. Poema Me peina el viento los cabellos Pablo Neruda
Este poema representa el arte literario de Pablo Neruda, pues se puede apreciar la reflexión en base a conflictos internos que rondan el deseo.
Me peina el viento los cabellos como una mano maternal;
abro las puertas del recuerdo y el pensamiento se me va;
son otras voces las que llevo es de otros labios mi cantar;
hasta mi gruta del recuerdo tiene una extraña claridad.
Frutos de las tierras extranjeras olas azules de otro mar,
amores de otras gentes, penas que no me atrevo a recordar
y el viento, el viento que me peina como una mano maternal.
Mi verdad se pierde en la noche, no tengo noche ni verdad,
tendido en medio del camino, deben pisarme para andar.
Pasan por mí sus corazones, ebrios de vino y de soñar,
yo soy un puente inmóvil entre tu corazón y la eternidad.
Si me muriera de repente, no dejaría de cantar,
y el viento, el viento que me peina
como una mano maternal.
6. Poema Amiga, no te mueras Pablo Neruda
Una amiga del narrador se encuentra en problemas, y en este poema se describe la agonía y lucha que libra para sobrevivir. A ella dedica el poema Pablo Neruda.
Amiga, no te mueras. Óyeme estas palabras que me salen ardiendo,
y que nadie diría si yo no las dijera. Amiga, no te mueras.
Yo soy el que te espera en la estrellada noche.
El que bajo el sangriento sol poniente te espera.
Miro caer los frutos en la tierra sombría.
Miro bailar las gotas del rocío en las hierbas.
En la noche al espeso perfume de las rosas,
cuando danza la ronda de las sombras inmensas.
Bajo el cielo del Sur, el que te espera cuando
el aire de la tarde como una boca besa.
Amiga, no te mueras.
Yo soy el que cortó las guirnaldas rebeldes
para el lecho selvático fragante a sol y a selva.
El que trajo en los brazos jacintos amarillos.
Y rosas desgarradas. Y amapolas sangrientas.
El que cruzó los brazos por esperarte, ahora.
El que quebró sus arcos. El que dobló sus flechas.
Yo soy el que en los labios guarda sabor de uvas.
Racimos refregados. Mordeduras bermejas.
El que te llama desde las llanuras brotadas.
Yo soy el que en la hora del amor te desea.
El aire de la tarde cimbra las ramas altas.
Ebrio, mi corazón, bajo Dios, tambalea.
El río desatado rompe a llorar y a veces
se adelgaza su voz y se hace pura y trémula.
Retumba, atardecida, la queja azul del agua.
¡Amiga, no te mueras!
Yo soy el que te espera en la estrellada noche,
sobre las playas áureas, sobre las rubias eras.
El que cortó jacintos para tu lecho, y rosas.
¡Tendido entre las hierbas yo soy el que te espera!
5. Poema No culpes a nadie Pablo Neruda
En este poema, Pablo Neruda trata el tema de la culpa. Es sobre nosotros en quienes debemos trabajar, pues resulta mediocre culpara a otros por los propios fracasos.
Nunca te quejes de nadie, ni de nada,
porque fundamentalmente tú has hecho
lo que querías en tu vida.
Acepta la dificultad de edificarte a ti
mismo y el valor de empezar corrigiéndote.
El triunfo del verdadero hombre surge de
las cenizas de su error
Nunca te quejes de tu soledad o de tu
suerte, enfréntala con valor y acéptala.
De una manera u otra es el resultado de
tus actos y piensa que tú siempre
has de ganar.
No te amargues de tu propio fracaso ni
se lo cargues a otro, acéptate ahora o
seguirás justificándote como un niño.
Recuerda que cualquier momento es
bueno para comenzar y que ninguno
es tan terrible para claudicar.
No olvides que la causa de tu presente
es tu pasado así como la causa de tu
futuro será tu presente.
Aprende de los audaces, de los fuertes,
de quien no acepta situaciones, de quien
vivirá a pesar de todo. Piensa menos en
tus problemas y más en tu trabajo y tus
problemas, sin eliminarlos, morirán.
Aprende a nacer desde el dolor y a ser
más grande que el más grande de los
obstáculos.
Mírate en el espejo de ti mismo
y serás libre y fuerte y dejarás de ser un
títere de las circunstancias porque tu
mismo eres tu destino.
Levántate y mira el sol por las mañanas
y respira la luz del amanecer.
Tú eres parte de la fuerza de tu vida,
ahora despiértate, lucha, camina, decídete
y triunfarás en la vida. Nunca pienses en
la suerte, porque la suerte es el pretexto de los fracasados.
4. Poema Soneto 27 Pablo Neruda
Este poema forma parte del libro Cien sonetos de amor. Pablo Neruda lo dedica a la belleza embriagadora de una mujer. El narrador imagina a una mujer desnuda, con amor y no con lujuria.
Desnuda eres tan simple como una de tus manos,
lisa, terrestre, mínima, redonda, transparente,
tienes líneas de luna, caminos de manzana,
desnuda eres delgada como el trigo desnudo.
Desnuda eres azul como la noche en Cuba,
tienes enredaderas y estrellas en el pelo,
desnuda eres enorme y amarilla
como el verano en una iglesia de oro.
Desnuda eres pequeña como una de tus uñas,
curva, sutil, rosada hasta que nace el día
y te metes en el subterráneo del mundo
como en un largo túnel de trajes y trabajos:
tu claridad se apaga, se viste, se deshoja
y otra vez vuelve a ser una mano desnuda.
3. Poema Tengo miedo Pablo Neruda
Pablo Neruda refleja el miedo, la pena y la agonía en estos versos. La cordura es dudosa ante la intensidad de estos sentimientos.
Tengo miedo. La tarde es gris y la tristeza
del cielo se abre como una boca de muerto.
Tiene mi corazón un llanto de princesa
olvidada en el fondo de un palacio desierto.
Tengo miedo –Y me siento tan cansado y pequeño
que reflejo la tarde sin meditar en ella.
(En mi cabeza enferma no ha de caber un sueño
así como en el cielo no ha cabido una estrella.)
Sin embargo en mis ojos una pregunta existe
y hay un grito en mi boca que mi boca no grita.
¡No hay oído en la tierra que oiga mi queja triste
abandonada en medio de la tierra infinita!
Se muere el universo de una calma agonía
sin la fiesta del Sol o el crepúsculo verde.
Agoniza Saturno como una pena mía,
la Tierra es una fruta negra que el cielo muerde.
Y por la vastedad del vacío van ciegas
las nubes de la tarde, como barcas perdidas
que escondieran estrellas rotas en sus bodegas.
Y la muerte del mundo cae sobre mi vida.
2. Poema Amor Pablo Neruda
Estos versos expresan un profundo sentimiento de deseo hacia un amor no consumado. Pablo Neruda escribe sobre la frustración evidente del protagonista.
Mujer, yo hubiera sido tu hijo, por beberte
la leche de los senos como de un manantial,
por mirarte y sentirte a mi lado y tenerte
en la risa de oro y la voz de cristal.
Por sentirte en mis venas como Dios en los ríos
y adorarte en los tristes huesos de polvo y cal,
porque tu ser pasara sin pena al lado mío
y saliera en la estrofa –limpio de todo mal–.
Cómo sabría amarte, mujer, cómo sabría
amarte, amarte como nadie supo ¡jamás!
Morir y todavía amarte más.
Y todavía amarte más y más.
1. Poema Soneto 22 Pablo Neruda
El amor no correspondido es una amarga vivencia. Pablo Neruda habla sobre el recuerdo de tal experiencia. El sentimiento puede mantenerse intacto en el tiempo y ser fuente de desesperanza y nostalgia.
Cuántas veces, amor, te amé sin verte y tal vez sin recuerdo,
sin reconocer tu mirada, sin mirarte, centaura,
en regiones contrarias, en un mediodía quemante,
eras sólo el aroma de los cereales que amo.
Tal vez te vi, te supuse al pasar levantando una copa
en Angol, a la luz de la luna de Junio,
o eras tú la cintura de aquella guitarra
que toqué en las tinieblas y sonó como el mar desmedido.
Te amé sin que yo lo supiera, y busqué tu memoria.
En las casas vacías entré con linterna a robar tu retrato.
Pero yo ya sabía cómo era. De pronto
mientras ibas conmigo te toqué y se detuvo mi vida:
frente a mis ojos estabas, reinándome y reinas.
Como hoguera en los bosques el fuego es tu reino.
Las experiencias vividas, tanto si fueron gratificantes como si no, nutrieron los escritos de Pablo Neruda. Los 25 poemas recopilados en este artículo son unos pocos comparados con la numerosidad de sus obras. Los versos del Capitán, Tentativa del hombre infinito y Poesías: las piedras de Chile son algunas de las lecturas que se podrían hacer si se desea conocer más del estilo y vida de este talentoso poeta.