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+11 Poemas de Salvador Rueda ¡Poesía modernista!

Poemas de Salvador Rueda
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¿Quién fue Salvador Rueda? ¿Qué impacto tienen sus obras en la literatura? La corriente literaria del Modernismo tiene incontables figuras representativas que otorgaron popularidad a este movimiento, como es el caso de Salvador Rueda.

Periodista y poeta español nacido en la provincia de Málaga, España el 3 de diciembre de 1857, provenía de una familia de jornaleros muy pobre, así que no pudieron darle una formación académica por falta de dinero.

Sin embargo, curiosamente Rueda entró en contacto con la naturaleza y supo explotar sus capacidades, formándose de forma autodidacta.

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Fue él sólo el que aprendió leyendo libros de autores tan célebres como Góngora, Jorge Manrique y Garcilaso de la Vega.

Además, en diversas ocasiones señaló que la naturaleza había sido su principal profesor, fue esta la que brindo las herramientas para aprender administración de las hormigas y música de la lluvia, dicho por el mismo.

Por supuesto, siempre manifestó su gran admiración por la naturaleza y la organización de las diversas especies.

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Poemas de Salvador Rueda para recordar su estilo único

La poesía de Salvador Rueda fue muy bien acogida en Hispanoamérica y como escritor fue muy fecundo.

Elaboró importantes novelas en las que predomina los elementos eróticos y relatos costumbristas de ambiente andaluz.

En sus composiciones se puede notar su inclinación hacia la armonía, aspecto que buscó basada en la melodía y el ritmo.

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Es por esta razón que su obra se convirtió en un repertorio variado de formas y combinaciones estróficas renovadoras que introdujo novedades métricas que años después sería influencia para muchos escritores dedicados al mismo movimiento literario.

Alrededor de este autor se encuentra una nube de admiración no sólo por sus textos sorprendentes a los que le debe su título de padre del modernismo español, también por su vida llena de limitaciones que no impidieron su evolución como poeta.

Si no conoces el estilo de Salvador Rueda, aquí te dejamos algunos de sus poemas para que aumentes tus conocimientos sobre la poesía modernista.

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Poemas de Salvador Rueda para recordar su estilo único

La lámpara de la poesía

Este primer poema de Salvador Rueda es un ejemplo claro de las temáticas abordadas por este escritor español en sus diversos trabajos.

En este en particular describe de forma erótica la pasión que se desborda en la poesía.

Desde la frente, que es lámpara lírica, desborda su acento
como un aceite de aroma y de gracia la ardiente poesía,
y a los ensalmos exhala cantando su fresca armonía,
vase llenando de luz inefable la esponja del viento.

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Rozan los versos como alas ungidas de lírico ungüento
sobre las frentes, que se abren cual rosas de blanca alegría;
y un abanico de ritmos celestes el aire deslía,
cual si moviera sus plumas de magia de Dios el aliento.

Vierte en el aire la lámpara noble sus sones divinos,
que goteantes de sílabas puras derraman sus trinos
desde el tazón del cerebro de lumbre que canta sonoro.

Y revolando las almas acuden de sed abrasadas
como palomas que beben rocío y ondulan bañadas
en el temblor de la fuente sube del verso de oro.

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El cisne

Los cisnes son animales hermosos que reflejan paz y belleza, y es justamente por estos dos elementos que son representados en este poema de Salvador Rueda.

Pero no sólo él los ha descrito es sus textos como criaturas de belleza sin igual, otros escritores contemporáneos también han resaltados estas cualidades dentro de su poesía.

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Visión impecable de nácar riente,
ara de alabastro y hostiario viviente,
cisne, frágil arco de la idealidad;
alma que desfila bajo de tu cuello
digna es del gran triunfo de gozar lo bello
y del sol que alumbra la inmortalidad.

Sagrario que viertes pulcritus divina,
filtro idealizado de luz cristalina,
de las fuentes triste clarificador;
tu lección de blanco, viste de pureza,
viste armonía, viste de belleza,
y abre castas risas de bondad y amor.

Tu blancor teológico lava de pecado,
y, oración de plumas, tu ropón nevado
habla de una eterna casta religión:
la que da a las almas la naturaleza,
la que da alegría, la que da belleza,
la que de blancuras viste la ilusión.

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Gracia de los cielos en tus plumas llueve,
en tus plumas hechas de oración y nieve,
que a la boca invitan cual para rezar;
hecho tu plumaje de altos resplandores,
no está profanado ni por los colores
y su luz ni el iris se atreve a tocar.

Bailadora

En esta oportunidad nos encontramos ante un poema de Salvador Rueda que destaca por emplear la figura femenina como protagonista al mismo tiempo que resalta sus cualidades para el baile que cautivaron al autor.

Con un chambergo puesto como corona
y el chal bajando en hebras a sus rodillas,
baila una sevillana las seguidillas
a los ecos gitanos que un mozo entona.

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Coro de recias voces canta y pregona
de su rostro y sus gracias las maravillas,
y ella mueve, inflamadas ambas mejillas,
el regio tren de curvas de su persona.

Cuando enarca su cuerpo como culebra
y en ondas fugitivas gira y se quiebra
al brillante reflejo de las arañas,

estalla atronadora vocinglería,
y en un compás amarra la melodía
palmas, risas, requiebros, cuerdas y cañas.

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Clavellinero

Es difícil imaginar que entre tantos temas de los cuales puede surgir la inspiración, Salvador Rueda no se haya frenado en el nacionalismo

Lo cierto es que no solo escribió para el amor y las tradiciones andalucez, también dedico un verso a su patria.

Quiero cuando yo muera, Patria mía,
que formes con mi cráneo una maceta,
y de sus ojos por la doble grieta
eches la tierra que tus flores cría.

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En su interior de luz y de armonía
deja una mata de clavel sujeta,
y ese clavellinero de poeta
te brindará corolas como el día.

Por mi boca, mis ojos, mis oídos,
entreabriré capullos encendidos
con que de galas quedaré cubierto.

Y, cuando en mayo florecer me veas,
aún lanzaré claveles como ideas
para besarte hasta después de muerto.

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Tu carne

El erotismo vuelve a dominar la mente y la pluma de Salvador Rueda para componer un hermoso poema que deja aflorar los sentimientos más profundos y apasionados.

Está tu carne de ágata y de rosa
donde el sol con la nieve se combina
dotada de una luz casi divina,
casi extrahumana y casi milagrosa.

Tiene ideal traslucidez preciosa
que cual racimo de oro te ilumina,
y en tu cutis de leche se adivina
sangre de fresas pura y ruborosa.

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Tu seno en flor de redondez de astro,
es una clara piedra de alabastro
que deja ver transparentarse el día.

Como a santo cristal sin mancha alguna
a él asomé para mirar la luna,
e igual que tras de un ámbar la veía.

El ave del paraíso

Este poema de Salvador Rueda es otro que utiliza la figura de una ave para representar la hermosura y lo efímero de los momentos.

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Ved el ave inmortal, es su figura;
la antigüedad un silfo la creía,
y la vio su extasiada fantasía
cual hada, genio, flor o llama pura.

Su plumaje es la luz hecha locura,
un brillante hervidero de alegría
donde tiembla 1a ardiente sinfonía
de cuantos tonos casa la hermosura.

Su cola real, colgando en catarata;
y dirigida al sol, haz que desata
vivo penacho de arcos cimbradores.

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Curvas suelta la cola sorprende,
y al aire lanza cual tazón de fuente
un surtidor de palmas de colores.

Poemas de Salvador Rueda llenos de ritmo

Las principales características de la poesía de Salvador Rueda se enfoca en el magnífico colorido y la nota de musicalidad, conseguida por medio de nuevos ritmos y originales combinaciones de inusitadas estrofas.

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Los versos de Rueda carecen de control y criterio cuidadoso. A veces da la impresión de falta de profundidad pero la musicalidad de sus obras y su diferentes temáticas son las que le dan la fama que hoy poseen.

+11 Poemas de Salvador Rueda llenos de musicalidad
Poemas de Salvador Rueda llenos de ritmo

Salvador Rueda contaba con una inmensa creatividad lo que proporciono variedad a su repertorio poético.

Los temas que son abordados en sus composiciones son variados, pero los que se refieren al mundo de la naturaleza y la meridional geografía andaluza son los más frecuentes.

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Algunos ejemplos de sus trabajos poéticos son mostrados a continuación con el fin de incentivar el amor por la poesía y con el objetivo de horrar el estilo de este destacado escritor español.

Estambres y pistilos

Es común encontrar dentro de las obras de Salvador Rueda elementos de la naturaleza que describen la pasión y el erotismos recurrente en su poesía.

Pero en este poema en particular también hace mención al amor en un ambiente propicio.

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Bajo el velo del agua transparente
impregnada de rayos luminosos,
estambres y pistilos pudorosos
se citan, para amarse, en el ambiente.

Atravesando el líquido luciente
asómanse los tallos amorosos,
y a los himnos del viento rumorosos
los desposa la luz resplandeciente.

A la vez en las frondas escondidos,
cuántas dulces escenas misteriosas
entre los bosques formarán los nidos.

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El lento desplegarse de las rosas,
el crujir de los granos, los latidos…
¡Oh concierto invisible de las cosas!

La sandía

Salvador Ruedas al ser hijo de una familia de escasos recursos económicos no tuvo gozar de educación convencional, por el contrario se enfrento a la forma autodidacta.

Siendo justo esto lo que lo llevo a ser un poeta tan importantes, pues sus obras describen elementos de la naturaleza como es el caso de este poema.

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Cual si de pronto se entreabriera el día
despidiendo una intensa llamarada,
por el acero fúlgido rasgada
mostró su carne roja la sandía.

Carmín incandescente parecía
la larga y deslumbrante cuchillada,
como boca encendida y desatada
en frescos borbotones de alegría.

Tajada tras tajada, señalando
las fue el hábil cuchillo separando,
vivas a la ilusión como ningunas.

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Las separó la mano de repente,
y de improviso decoró la fuente
un círculo de rojas medias lunas.

Afrodita

Este poema de Salvador Rueda describe elementos inspiradores provenientes de la naturaleza, pero también involucra personajes de la mitología griega como Eros y de la romana como la diosa Venus.

Venus, la de los senos adorados
que nutren de vigor savias y rosas;
la que al mirar derrama mariposas
y al sonreír florecen los collados;

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la que en almas y cuerpos congelados
fecunda vierte llamas generosas,
de Eros a las caricias amorosas
ostenta sus ropajes cincelados.

Ella es la fuerza viva, el soplo ardiente
de cuanto sueña y goza, piensa y siente;
de cuanto canta y ríe, vibra y ama.

En el niño es candor, eco en la risa;
en el agua canción, beso en la brisa,
ascua en corazón, flor en la rama.

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Horas de fuego

Un destacado poema de la autoría de Salvador Rueda que lleva en el el estilo del escritor bien marcado entre sus líneas que desbordan cultura y pasión por las letras y la rima.

Quietud, pereza, languidez, sosiego…
un sol desencajado el suelo dora,
y a su valiente luz deslumbradora
que le ha dejado fascinado y ciego.

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El mar latino, y andaluz, y griego,
suspira lejos de cadencia mora,
y la jarra gentil que perlas llora
se columpia en la siesta de oro y fuego.

Al rojo blanco la ciudad llamea;
ni una brisa los árboles cimbrea,
arrancándoles lentas melodías.

Y sobre el tono de ascuas del ambiente,
frescas cubren su carmín rïente
en sus rasgadas bocas las sandías.

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Las bodas del mar

Llegamos al final de la lista que recopila algunos de los poemas de Salvador Ruedas más destacados y llenos de musicalidad.

Que mejor manera de cerrar con ella que con este poema, en el que el mar figura como protagonista.

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Ya acudes a tu cita misteriosa
con el inquieto mar, luna constante,
y asoma las playas de Levante,
hostia de luz, tu cara milagrosa.

En la onda azul, cual nacarada rosa,
se abre tu seno con pasión de amante,
y dibuja un reguero rutilante
tu pie sobre la espuma en que se posa.

El agua, como un tálamo amoroso,
te ofrece sus cristales movedizos
donde tiendes tu cuerpo luminoso.

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Y al ostentar desnuda tus hechizos,
el mar, con un abrazo tembloroso,
te envuelve en haz de onduladores rizos…

Salvador Rueda fue el hijo mayor del matrimonio formado por Salvador Rueda Ruiz y María Santos Gallardo.

De joven se ganaba la vida realizando labores de diversas índole, desde actividades como la carpintería hasta periodísticas, hasta que viajó a Madrid donde asumió un puesto de redactor en la Gaceta de Madrid y comenzó a desempeñares como periodista.

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Pero lastimosamente este destacado escritor falleció el 1 de abril de 1933 dejando un vació en la literatura pero un extraordinario legado lleno de estilo único y musicalidad.

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