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+12 Poemas de Constantino Cavafis ¡Llenos de romance!

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Una de las figuras literarias más influyente del siglo XX y considerado como uno de los mayores exponentes del renacimiento de la lengua griega moderna, es Constantino Cavafis quien nació en Alejandría, Egipto 29 de abril de 1863.

Constantino Cavafis trabajó como periodista y ejerció el rol de funcionario, en vida público relativamente muy pocos trabajos aunque después de su muerte su obra cobró paulatinamente influencia.

Hasta llegarse a convertir en el poeta griego más importante de los últimos años. Tocando un poco más de sus vida personal, fue el último de los ocho hijos de una familia griega originaria de Constantinopla

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Que con los ideales de desarrollo para un negocio dedicado a la explotación de algodón egipcio emigró a Alejandría.

La poesía de Constantino Cavafis  se encuentran en el límite: en ellas no existe el juego antiguo de la semejanza y los símbolos.

Por sus grandes aporte a la literatura hoy es recordado y por ello hacemos esta pequeña recopilación de sus obras más conocidas y famosas, escritos que te abrirán las puertas del conocimiento y aumentará ti psiquis.

Poemas de Cavafis

La obra de Cavafis, desde los inicios fue bastante madura, exigente repleta de una subyacente ironía, gracias a que estaba alimentada por la lectura de parnasianos y simbolistas franceses exigente.

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La perfección era algo que se arraigaba en la personalidad de Cavafis y que exteriorizaba en sus obras, pues las corregía hasta rozar la superioridad, algunos de sus poemas fueron escritos entre periodos de diez años.

Cuenta con ciento cincuenta y cuatro que él considero acabados, pero un grupo de sus composiciones a su juicio no cumplían con lo requerido para su forma definitiva.

La vida de este poeta es una manifestación de similitudes que permanecen plasmadas en sus líneas.

Por sus poemas desfilan jóvenes ingenuos y deseables, personalidades históricos contemplados en sus momentos de mayor humanidad.

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Personas anónimas de la calle y objetos vulgares y corrientes que de pronto son atribuidas con un un profundo valor simbólico, un ejemplo claro de ellos son las velas encendidas y apagadas que representan el curso de la vida.

Deseos

Este bello poema de Cavafis describe la pasión de dos seres que se aman con locura.

Un poema corto que con la sencillez que caracteriza el estilo del escritor revela el frenesí que sienten dos enamorados y que los empujan a al goce y el disfrute de la vida juntos.

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Como cuerpos hermosos de muertos sin vejez
encerrados, con lágrimas, en bellos mausoleos,
rosas a la cabeza, jazmines a sus pies—

así parece ser que se pasaron los deseos,
sin ser cumplidos nunca, sin apenas merecer
una noche de goce, ni su claro amanecer.

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Cuanto puedas

Este poema de Cavafis abre un espació para la reflexión para analizar hasta donde estamos dispuestos a llegar para cumplir con nuestras metas.

Un poema que invita a conocer y estudiar las habilidades para conocer las limitaciones que enfrenta cada ser humano desde lo personal.

Y si no puedes hacer tu vida como la quieres,
en esto esfuérzate al menos
cuanto puedas: no la envilezcas
en el contacto excesivo con la gente,
en demasiados trajines y conversaciones.

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No la envilezcas llevándola,
trayéndola a menudo y exponiéndola
a la torpeza cotidiana
de las compañías y las relaciones,
hasta que llegue a ser pesada como una extraña.

Monotonía

Otro poema de Cavafis que hace un llamado a la reflexión pero esta vez sobre la rutina y los sentimientos que esta genera en los humanos.

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El escritor la señala a la monotonía como un elemento aburrido que se repite y que en necesario analizarlo para poder romper con este círculo rutinario de aburrimiento.

A un día monótono, después
le sigue otro monótono, inmutable. Pasarán
las mismas cosas, que suceden otra vez.
Momentos similares nos encuentran y se van.

Un nuevo mes trae el mes que ha transcurrido.
Se puede fácilmente adivinar qué nos espera:
igual que ayer será, lo mismo de aburrido.
Y así el mañana es como si mañana ya no fuera.

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En el mismo lugar

Este poema de Cavafis se puede entender claramente una alusión a Alejandía la zona natal del escritor.

Un ambiente que por el poema se deduce que es un ambiente que renueva los recuerdos de alegría y tristeza por las experiencias vividas del poeta.

Ambiente de la casa, de los locales, del barrio
que veo y por donde camino: años y años.
Te he dado forma en alegría y en tristezas:
con tantas circunstancias, con tantas cosas.
Y todo entero te has trocado en sentimiento, para mí.

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La ciudad

Un poema un poco diferente al los que ya habíamos leído de Cavafis, este alude conflictos morales que generan incomodidad frecuentemente en los seres humanos.

Más que imágenes concretas de personas o lugares físicos reconocibles. La ciudad que aquí se describe puede ser cualquier ciudad.

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Dijiste: «Marcharé a otra tierra, marcharé a otro mar.
Habrá de hallarse en algún sitio una ciudad mejor.
Mas cada intento mío está condenado al error;
sepulto —como muerto— el corazón.

Y cuánto va a durar mi mente en esta confusión.
Dondequiera que mire, que vuelva mis ojos,
solo veo aquí de mi vida los despojos,
y tantos años que pasé y perdí en este lugar».

Lugares nuevos no hallarás, no hallarás otros mares.
La ciudad irá tras de ti. En sus calles pasearás,
las mismas, y en los mismos barrios envejecerás,
se te verá en estas casas acabarte.

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Y siempre llegarás a esta ciudad. Para otra parte
—no esperes— no hay barco ya, ni senda para ti.
Lo mismo que tu vida la perdiste aquí,
en esta esquina, la perdiste en todos los lugares.

Velas

Este poema de Cavafis utiliza a las Velas como elemento que hace alusión a la vida misma, velas que se enciende y se apagan.

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Son perfectas para ejemplificar a la vida misma mientras unos nacen con la luz otros mueren y causan penumbra.

Los días futuros se yerguen ante nosotros
como una hilera de pequeñas velas encendidas,
iluminadas, tibias, vivas.

Quedan atrás los días pasados:
una triste línea de velas consumidas;
aún humean las más cercanas.
Velas frías, derretidas, deformes.

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No las quiero ver, me entristecen sus formas
y me aflige el recuerdo de su primera luz.
Veo hacia adelante, a mis velas encendidas.
No quiero tornar al pasado,
no quiero estremecerme al verlo.

Qué rápido se alarga la línea sombría;
cuan pronto se multiplican las velas extintas.


Los caballos de Aquiles

La muerta un tema bastante frecuente en las obras de muchos autores, y en este poema de Cavafis es nuevamente tocado el tema utilizando un legendario personaje griego.

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Para ejemplificar el sentimiento que genera la perdida de un ser importante, y el sensación de duda que surge tras el fallecimiento de este.

Cuando vieron a Patroclo muerto,
tan fuerte, joven y gallardo,
prorrumpieron en llanto los caballos de Aquiles.

Su naturaleza inmortal se conmovió
al ver la obra de la muerte;
movieron las cabezas, agitaron las crines en el aire
y golpearon la tierra con sus patas.

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Lloraban a Patroclo al darse cuenta que estaba sin vida,
su carne inerte,
su alma perdida, sin aliento, salida a la gran nada.

Zeus vio las lágrimas de los inmortales caballos
y se entristeció: «No debí actuar impulsivamente
en la boda de Peleo. No debí regalarlos.

Tristes caballos.

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¿Qué tenían que hacer allá,
entre los desdichados humanos, juguetes del destino?
Ustedes, para quienes no existe la muerte ni la vejez,
si algún problema humano los alcanza
caerán también en la desdicha.»

Sin embargo, los caballos continúan llorando
por el interminable desastre que es la muerte.

A la entrada del café

Este poema de Cavafis utiliza al café como elemento que hace referencia a la hermosa escultura de la mujer, plasmando un sentimiento lleno de emoción.

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Algo que dijeron al lado mío
dirigió mi atención a la entrada del café.
Y vi el hermoso cuerpo que parecía

como si el Amor lo hubiese forjado con su más consumada experiencia
plasmando sus armoniosas formas con alegría,
elevando esculturalmente la estatura;

plasmando con emoción el rostro
y dejando a través del tacto de sus manos
un sentimiento en la frente, en los ojos, y en los labios.

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Itaca

Este poema de Cavafis es el que le da sentido a disfrutar de cada etapa del camino, habla sobre un el viaje emocional, que revela el interior.

Demuestra con palabras que los más importante del camino no es llegar a la meta,  es aprender con cada paso que damos y llenarnos con todo lo que nos aporta la vida.

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Cuando emprendas el viaje hacia Itaca,
ruega que tu camino sea largo
y rico en aventuras y descubrimientos.

No temas a lestrigones, a cíclopes o al fiero Poseidón;
no los encontrarás en tu camino
si mantienes en alto tu ideal,
si tu cuerpo y alma se conservan puros.

Nunca verás los lestrigones, los cíclopes o a Poseidón,
si de ti no provienen,
si tu alma no los imagina.

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Ruega que tu camino sea largo,
que sean muchas las mañanas de verano,
cuando, con placer, llegues a puertos
que descubras por primera vez.

Ancla en mercados fenicios y compra cosas bellas:
madreperla, coral, ámbar, ébano
y voluptuosos perfumes de todas clases.

Compra todos los aromas sensuales que puedas;
ve a las ciudades egipcias y aprende de los sabios.

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Siempre ten a Itaca en tu mente;
llegar allí es tu meta; pero no apresures el viaje.
Es mejor que dure mucho,
mejor anclar cuando estés viejo.

Pleno con la experiencia del viaje
no esperes la riqueza de Itaca.
Itaca te ha dado un bello viaje.

Sin ella nunca lo hubieras emprendido;
pero no tiene más que ofrecerte,
y si la encuentras pobre, Itaca no te defraudó.

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Con la sabiduría ganada, con tanta experiencia,
habrás comprendido lo que las ítacas significan.

Desde las nueve

Un revelación de la memorias de la vida es lo que describe este poema que utiliza elementos del pasado para llevar el mensaje.

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Una información que permite apreciar la vida tal y como fue aceptando cada paso y cada elección tomada.

Doce y media. Rápidamente el tiempo
pasó desde las nueve, cuando encendí mi lámpara
y me senté aquí. Estoy sentado
sin hablar o leer. ¿A quién podría hablar
en la casa desierta?

La imagen de mi cuerpo joven,
cuando encendí mi lámpara a las nueve,
vino a mi encuentro despertando
un perfume de cámaras cerradas
y pasado placer. ¡Qué audaz placer!

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También trajo a mis ojos
calles ahora no reconocibles,
lugares de otro tiempo donde la vida ardió,
viejos teatros o cafés difuntos.

La imagen de mi cuerpo joven vino
y me trajo también memorias tristes:
las penas familiares, los adioses,
los sentimientos de los míos,
los sentimientos de los muertos
apenas atendidos.

Doce y media. Cómo pasan las horas.
Doce y media. Cómo pasan los años.

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Murallas

Por su modo diferente de observar al mundo es posible que el autor sintiera que se encontraba fuera de el, y este poema revela la posibilidad de esto al hacer referencia de una muralla levantada que aísla a un hombre del mundo entero.

Sin consideración, sin lástima, sin pena
me encerraron en altas y sólidas murallas.

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Ahora estoy sentado aquí sin esperanza.
No pienso en nada más. No hay esperanza.
No pienso en nada más; a mi alma la devoró la suerte.

Eran tantas las cosas que pude hacer afuera.
¿Por qué no me di cuenta cuando levantaron las murallas?

Nunca escuché a los albañiles, nunca un ruido…
Imperceptiblemente me encerraron fuera del mundo.

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Troyanos

Y finalmente cerramos esta bonita recopilación de los mejores poemas de Cavafis con Troyanos un escrito bastante famoso que inspira a la reflexión.

Son los esfuerzos nuestros, de los desventurados,
son los esfuerzos nuestros como los de los troyanos.
Algo conseguimos; nos reponemos
un poco; y empezamos
a tener coraje y buenas esperanzas.

Pero siempre algo surge y nos detiene.
Aquiles en el foso enfrente a nosotros
sale y con grandes voces nos espanta.

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Son los esfuerzos nuestros como los de los troyanos.
Creemos que con decisión y audacia
cambiaremos la animosidad de la suerte,
y nos quedamos afuera para combatir.

Mas cuando sobreviene la gran crisis,
nuestra audacia y decisión desaparecen;
se turba nuestra alma, paralízase;
y en torno de los muros corremos
buscando salvarnos con la fuga.

Empero nuestra caída es cierta. Arriba,
sobre las murallas, comenzó ya el lamento.
Lloran sentimientos y recuerdos de nuestros días.
Amargamente por nosotros Príamo y Hécuba lloran.

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A finales de 1932 Cavafis es diagnosticado con cáncer de laringe. Tras una traqueotomía realizada en el Hospital de la Cruz Roja de Atenas, murio en Alejandría el 29 de abril de 1933.

Fallece justo el día en que cumplía 70 años de edad. Pero no queda duda de que Constantino Cavafis nos dejó unas enseñanzas muy útil.

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De nada sirven símbolos ni signos convertidos en palabras si describen vaguedades, no existen cosa ni personas que necesiten de un cúmulo de palabras para ser descritas, porque en sencillez esta el arte.

Escribirte tiene para ti los mejores artículos sobre literatura y ortografía, ¡no te los pierdas!. 

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