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+8 Poemas de Pedro Antonio de Alarcon

Poemas de Pedro Antonio de Alarcón
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¿Cuales fueron las obras de Pedro Antonio de Alarcón más representativas? Como un escritor español que vivió durante el siglo XIX, destacó principalmente como novelista y cuentista.

Sin embargo también publicó poesías, dramas teatrales, relatos de viajes y algunos artículos periodísticos. Pedro Antonio de Alarcón nació el 10 de marzo de 1833 en Granada y no solo se le conoce como escritor.

También, al igual que muchos literatos de su tiempo, participó en el servicio militar y sirvió como corresponsal de guerra en el conflicto bélico que se conoció como la Primera guerra de Marruecos.

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Estas vivencias las registro a través de numerosas crónicas que luego se recopilaron en el libro titulado Diario de un testigo de la guerra de África.

Como poeta, Pedro Antonio de Alarcón logró destacarse como novelista dentro del movimiento denominado realista.

El capitán Veneno, lo que se oye desde una silla del Prado, y Viajes por España, son algunas de las obras que forman parte del legado literario de este novelista.

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Quédate con nosotros y descubre el estilo de Pedro Antonio de Alarcón y lo cautivadora que puede ser sus obras, aquí te mostraremos 8 poemas de este destacado escritor español que sin duda te cautivaran.

Poemas de Pedro Antonio de Alarcon románticos

Las novelas y relatos de Pedro Antonio de Alarcón estuvieron influenciados por la tradición romántica e historicista de España de principios del siglo XIX.

Las obras compuestas por escritores como Fernán Caballeros y Ramón de Mesoneros Romanos sirvieron de guía para que el también poeta produjera sus propios verso.

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Sin embargo, en su madurez tomó un rumbo más realista y moralizante, por lo que podemos decir que la obras literarias de Pedro Antonio de Alarcón, poseen rasgos tanto del Realismo o Costumbrismo, como del Romanticismo tardío.

Conoce algunos de sus versos más influyentes de este importante escritor realista, son totalmente inspiradores y seguro te encantaran.

Poemas de Pedro Antonio de Alarcon románticos

En el muladar

Este primer poema de Pedro Antonio de Alarcón denota intensidad y por supuesto es ejemplo claro de estilo tan inigualable del escritor.

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En él se aborda desde la temática religiosa el vacío que deja no tener fe y acoplarse a los mandamientos divinos de Dios.

Mendigo: tu blasfemia me estremece…
¡Deja que olvide a Dios el venturoso;
pero tu labio hambriento y asqueroso
con renovada fe bendiga y rece!

Todo, menos su Dios, le pertenece
al opulento sano y poderoso;
y el pobre, miserable y haraposo,
de todo excepto, de su Dios, carece.

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Dios es al cabo el único enemigo
del vano, del audaz, del sibarita,
y la sola esperanza, el solo amigo

de quien llora, padece y necesita…-
¡Sin Dios, el universo se anonada!
¡Sin Dios, el rico es Dios, y el pobre nada!

A una gran pipa de jerez antiquísimo

Este es otro poema de Pedro Antonio de Alarcón que esta inspirado en enseñanzas religiosas.

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Pero en esta oportunidad hace mención al pecado y lo atractivo que puede ser a causas del disfrute comentario que hace sentir en los humanos.

¡Detente, pasajero! Aquí reposa
el Adán de los vinos jerezanos,
padre de tantos ínclitos ancianos
como duermen en torno de su fosa.

¡Enterrado está el sol bajo esta losa!…
Pero no se lo comen los gusanos,
sino que vida y alma los humanos
aún piden a su llama generosa.

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«Abolengo» se nombra aqueste vino,
y en cada gota concentrado encierra
de mil generaciones el destino…-

Si las cuitas del mundo te hacen guerra,
cátalo media vez, ¡oh peregrino!,
y jurarás que el cielo está en la tierra.

Seguidilla manchega para guitarra

El romance y la pasión se unen para inspirar al escritor y crear este maravillosos poema de Pedro Antonio de Alarcón.

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Un texto que refleja la atracción física, que también se puede interpretar como amor a primera vista, además en estas cortas líneas se realza la sensualidad femenina.

Ayer te he visto en cuerpo:
¡qué cuerpo tienes!
Ayer te vi en el baile…
¡cómo te mueves!-
¡Es una burla
que haya en cuerpo tan pícaro
alma tan pura!

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La caza del saurio

Estamos ante un texto poético realmente inspirador, con su juego de palabras nos trasmite un mensaje llenos de sabiduría.

Basada en reptil que nos demuestra como puede ser una fiera y convertirse a la sumición en el momento correcto.

Además este poema de Pedro Antonio de Alarcón esta dedicada a una mujer, se tarta de María Buschenthal.

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(A María Buschenthal)

Del agrio risco solitaria dueña,
la diestra armada del arpón luciente,
ved a la hermosa indiana adolescente
tendida al borde de tajada breña.

La verdosa cerviz no bien enseña
cauteloso lagarto, diligente
le asesta el golpe, y, trémula, lo siente
forcejear, clavado ya en la peña.

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Del monstruo herido, que tenaz porfía,
tiembla entonces la pérfida agresora,
y bárbara, acelera su agonía…

Remátalo por fin, pero en mal hora;
que, al ver el cuadro de su hazaña impía,
tiembla de nuevo, se arrepiente… y llora.

Más poemas de Pedro Antonio de Alarcon

Su obra experimentó un giro hacia una postura católica y conservadora, a la vez que iniciaba su carrera como novelista con una serie de narraciones breves.

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Entre las obras más célebres tenemos El sombrero de tres picos y El escándalo. La primera tiene como protagonistas a un matrimonio modesto residente en Granada durante el reinado de Carlos IV.

En esta obra los personajes se ven envueltos en una serie de enredos y malentendidos debido al deseo del corregidor de la ciudad por Fresquita.

+8 Poemas de Pedro Antonio de Alarcon cortos e inspiradores
Más poemas de Pedro Antonio de Alarcon

El escándalo, por su parte, es de contenido religioso, considerada una especie de apología al catolicismo.

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En el son narrada las desventuras del joven Fabián Conde, quien se encuentra acosado por los prejuicio social y sumido en profundas contradicciones internas por enamorarse de una dama casada algo que es mal visto en su época.

Aunque la figura Pedro Antonio de Alarcón ha quedado oscurecida por la inmensa trayectoria de los grandes novelistas del periodo como Benito Pérez Galdós, Leopoldo Alas Clarín o Juan Valera.

La crítica coincide en subrayar el innegable valor literario de su narrativa y por su puesto su ejemplar repertorio poético.

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El día de año viejo

El año nuevo para muchos representa una nueva oportunidad de cambiar el rumbo de la vida.

En este poema de Pedro Antonio de Alarcón el realza esa intención con la más intelectual de las rimas, demostrando así su erudición.

«Año nuevo», ¡qué sandez!,
hoy pregona el añalejo,
sin ver que es un año viejo
que ya a servir otra vez.

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Año…, ¡te vas, y me dejas!
¡Y sois treinta los ingratos!-
Id con Dios, perdidos ratos,
que no os seguirán mis quejas.-

¡Oh tú, de mis moralejas
lector!, oye lo que digo:
el tiempo es un mal amigo…,
pero no riñas con él;
que manda el Dios de Israel
perdonar al enemigo.

¡Treinta y uno de Diciembre!…
¡Suma equivalente a cero
para aquel que cada Enero
locas esperanzas siembre!

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Mas para quien no remembre,
como no remembro yo,
ni el Enero que pasó,
ni haber sembrado en tal fecha,
esa falta de cosecha
no es una pérdida, no.

Que al alma ya prevenida,
al alma experimentada,
no puede importarle nada
el déficit de la vida.

Si el amor va de corrida,
también va la juventud:
la ilusión y la salud
se pierden a un tiempo mismo,
y en el final cataclismo
sobrenada el ataúd.

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Padres, amigos y amadas,
¡cuán aprisa de mí os vais!…
Mas, por mucho que corráis,
yo sigo vuestras pisadas.
Dentro de pocas jornadas
de fijo os alcanzaré…

¿A qué, pues, llorar? ¿a qué?-
¡Llorara si no supiera
que en esta vital carrera
ninguno se queda a pie!

¡Oh, cuán triste y funeral
a mis ojos luciría
la clara antorcha del día,
si me volviese inmortal!

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¿En dónde una pena igual
a pensar en tanto muerto,
y no ver en el desierto
de la fatigosa vida
ni descanso, ni salida,
ni luz, ni arrimo, ni puerto?

¿Qué hacer, qué creer, qué amar
en otras generaciones?
Las perdidas ilusiones,

¿en quién ni en dónde encontrar?
¿Cómo volver a probar
la juvenil embriaguez,
cuando no haya más que hez
en la copa, un tiempo llena,
de una vida… sólo buena
para vivida una vez?-

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¡Misericordioso Dios!
Nos cupo una suerte amarga…;
pero ni fija, ni larga,
en que, velados los dos,

corre el bien del mal en pos,
la flor tapa los abrojos,
la fe endulza los enojos,
la duda engaña al deseo…,
y morimos, como reo
a quien le vendan los ojos.

¡Pena cruel! ¡Suerte horrenda
fuera desandar lo andado,
después de haber apartado
de nuestros ojos la venda!

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Los abismos de la senda
viéramos ya por doquier;
tras el amor… la mujer;
detrás del amigo… el hombre;
cada cosa tras su nombre,
¡y el tedio tras el placer!

¡No viéramos (como veo,
al través de treinta años
de felices desengaños)
purificarse el deseo
de todo vil devaneo;

fundirse el torpe metal
del ídolo terrenal;
descorrerse el infinito…,
y a Dios mirar de hito en hito
el espíritu inmortal!-

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¡Adelante y no temer!-
¡Quédense en buen hora atrás
apariencias que jamás
debimos apetecer!

¡Adelante…, y no caer
en tanto que estemos vivos!-
Que, pues los hados esquivos
no son, por fortuna, eternos,
lo primero es mantenernos
derechos en los estribos.

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Camino del cielo

Este poema de Pedro Antonio de Alarcón cautiva a todo lector por la forma tan maravillosa que utiliza las palabras y el mensaje tan profundo que esconde entre líneas.

Disfruta de este expendido texto de la autoría de este escritor español.

La madre está de pechos
a la ventana,
viendo caer la nieve
lenta y callada.

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Todo blanquea;
cabañas y rediles,
campos y breñas.

No teme que a la cuna
del tierno niño
lleve cuajados copos
el viento frío…

-¡Ay, pobre madre!
Aquella cuna encierra
sólo un cadáver.

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Por eso miran tanto
sus ojos fijos
de la nieve y el viento
los remolinos…

Por eso exclama
con doloridos ayes:
«¡Hijo del alma!»

«¿Por qué no murió un día
de primavera
como flor que a los cielos
vuelve su esencia?

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¡Ay, cuántos pájaros
fueran con él gozosos
aleteando!»

«¡Oh! ¡Pero en esta tarde,
solo y sin guía,
luchando con las nubes
y la ventisca,
mi pobre ángel
irá muerto de frío
por esos aires!»

Es ya la media noche…
Sigue nevando…
La madre abriga al ángel
en su regazo…
De la ventana
voló en su busca al cielo…
-Ha muerto helada.

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Al recibir mi retrato

Los poetas, en muchas ocasiones les dedican sus trabajos a colegas o amigos pues en ellos se inspiraron para componer la obra.

En el caso de Pedro Antonio de Alarcón, la inspiración llega de la figura de Ignacio Suárez Llanos, un importante pintor e ilustrador del XIX.

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(Pintado por mi amigo el Sr. D. Ignacio Suárez Llanos)

Al verte, ¡oh grave pintura!,
entrar en mis lares hoy
con mi edad y mi figura,
no sé qué vaga tristura
siento al decir: «Así soy.»

Tal vez pienso que mañana,
cuando de mi edad lozana
rastros queden sólo en ti,
dirá mi vejez ufana
a mis hijos: «¡Así fui!»

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Tal vez pienso que algún día
(cuando Dios llamarme quiera)
buscará tu compañía
esta dulce esposa mía,
para decir: «¡Así era!»

Tal vez pienso que quizá,
al cabo de muchos años,
nadie te conocerá,
y un extraño a otros extraños
dirá al verte: «¿Quién será?»

Y que, al comprarte, atraído
por lo antiguo de tu traje
o por tu buen colorido,
les dirá: «¡Este personaje
no debe haber existido!»

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Gloria

¿Qué sucede cuando morimos? Al rededor de esto existe un fuerte misterio que aun no se revela, pero las diferentes religiones que hay en el mundo cuenta que nuestra alma viaja al paraíso o a un lugar mejor.

Este poema de Pedro Antonio de Alarcón se apega a este relato y plasma la muerte en dos planos uno en que el alma va a la gloria y otro en donde queda la tristeza por un muerto.

-Dime: ¿por qué suspiras,
bendita madre,
cuando de regocijo
tiemblan los aires?
Di: ¿por qué lloras?
¿No oyes que las campanas
tocan a gloria?

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¡Oh! Dejadme que llore…
Dejad que muera…
¡Al hijo de mi vida
ya se lo llevan!
¿No veis mi duelo?
¿No oís que las campanas
tocan a muerto?

-Tu pobre niño enfermo
triste gemía
ayer entre tus brazos,
madre bendita…
¡Y hoy ya no llora!…
¡Hoy por él las campanas
tocan a gloria!

-¡Ah! Sí… Su alma de ángel
allá me espera…
Pero su cuerpo hermoso
yace en la tierra…
Ya no le veo…
¡Para él tocan a gloria!
¡Para mí, a muerto!

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¿Cómo fue la vida de Pedro Antonio de Alarcón?

Alarcón perteneció a una familia de ascendencia noble, que había perdido gran parte de su fortuna en las guerras napoleónicas a principios del siglo XIX, por lo que no contaban con abundancia de recursos económicos.

El 5 de noviembre de 1857 se estrenó su primera obra teatral, El hijo pródigo. Esta pieza también obtuvo buena recepción y fue muy exitosa en taquilla.

Con lo cual el autor pudo estar cómodo económicamente, aunque fue censurada en algunos teatros por críticos de ideología contraria a la del autor.

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Debido a su tendencia política fue desterrado a París poco después de su matrimonio con doña Paulina Contreras y Reyes. Regresó a España en 1868.

Pedro Antonio de Alarcón tuvo ocho hijos, tres de los cuales murieron durante la infancia y cuatro más durante la juventud. Su única hija sobreviviente fue Carmen de Alarcón Contreras.

El 30 de noviembre de 1888 sufrió un derrame cerebral que le causó una hemiplejia de la que nunca se recuperó. Dos años y medio después, el 19 de julio de 1891 falleció en su residencia en Madrid.

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Sin duda la literatura perdió una excelente figura, pero conservó un destacado legado que ha motivado a muchas generaciones de escritores.

Déjanos un comentario y no te pierdas de los próximos trabajos sobre poesía y gramática.

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