¿Has leído poemas feministas de Gioconda Belli? Gioconda Belli es una poeta nicaragüense conocida por defender los derechos de la mujer y su participación activa en el Frente Sandinista de Liberación Nacional.
En el año 1970 comienza a publicar sus poesías en revistas como El Gallo Ilustrado, Prensa Literaria, entre otras.
Autora de La Mujer Habitada (1988), El infinito en la palma de la mano (2008), El país de las mujeres (2010) y Las fiebres de la memoria (2018). Ha escrito poesías, novelas, cuentos para niños; por lo que sus obras literarias se han traducido en varios idiomas.
+5 Poemas feministas de Gioconda Belli ¡Para la Mujer Guerrera!
En esta selección de +5 poemas feministas de Gioconda Belli resaltan el Yo femenino de la mujer, pero de una manera fuerte, que busca la conciencia feminista y que lo hace ver en cada una de sus obras.
Y Dios me hizo mujer
Este verso de Gioconda Belli describe cada parte de su cuerpo como una obra maestra creada por Dios, destacando que así como él (Dios) la hizo, del mismo modo nacieron sus ideas, sus sueños “todo lo que creó suavemente”.
Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
Advertisementnariz y boca de mujer.
Con curvas
y pliegues
Advertisementy suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.
AdvertisementTejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.
AdvertisementCompuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
Advertisementtodo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
Advertisementel instinto.
Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
Advertisementy taladrazos de amor,
las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
Advertisementtodas las mañanas
y bendigo mi sexo.
Mujeres de los siglos me habitan
“Mujeres de los siglos me habitan”, este escrito resalta la libertad de la mujer, relatando todo lo que les afectó, entre tantas cosas el maltrato, los sufrimientos, para dejar atrás todas esas humillaciones y dar paso a la Libertad.
Isadora bailando con la túnica
Virginia Woolf, su cuarto propio
Safo lanzándose desde la roca
AdvertisementMedea Fedra Jane Eyre
y mis amigas
espantando lo viejo del tiempo
Advertisementescribiéndose a sí mismas
sacudiendo las sombras para alumbrar perfiles
y dejarse ver por fin
Advertisementdesnudadas de toda convención.
Mujeres danzan a la luz de mi lámpara
se suben a las mesas dicen discursos incendiarios
Advertisementme sitian con los sufrimientos
las marcas del cuerpo, el alumbramiento de los hijos
el silencio de las olorosas cocinas, los efímeros tensos dormitorios
Advertisementmujeres enormes monumentos me circundan
dicen sus poemas cantan bailan recuperan la voz
dice: No pude estudiar latín no pude escribir como Shakespeare
AdvertisementNadie se apiadó de mi gusto por la música
George Sand: Tuve que disfrazarme de hombre, escribí oculta en el
nombre masculino
AdvertisementY más allá Jane Austen acomodando las palabras de “Orgullo y Perjuicio”
en un cuaderno en la sala común de la parroquia
interrumpida innumerablemente por los visitantes.
AdvertisementMujeres de los siglos adustas envejecidas tiernas
con los ojos brillantes descienden a mi entorno
ellas perecederas inmortales
Advertisementparecieran gozar detrás de las pestañas
viendo mi cuarto propio”(…)
Nueva tesis feminista
En este poema, la autora resalta el valor de la mujer y lo guerrera que puede ser sin la ayuda de un hombre. Invita, a través de este escrito, a descubrir la liberación femenina, resaltando así a la pareja humana como “el principio inevitable de la vida”.
¿Cómo decirte
hombre
que no te necesito?
AdvertisementNo puedo cantar a la liberación femenina
si no te canto
y te invito a descubrir liberaciones conmigo.
AdvertisementNo me gusta la gente que se engaña
diciendo que el amor no es necesario
-«témeles, yo le tiemblo»
AdvertisementHay tanto nuevo que aprender,
hermosos cavernícolas que rescatar,
nuevas maneras de amar que aún no hemos inventado.
AdvertisementA nombre propio declaro
que me gusta saberme mujer
frente a un hombre que se sabe hombre,
Advertisementque sé de ciencia cierta
que el amor
es mejor que las multi-vitaminas,
Advertisementque la pareja humana
es el principio inevitable de la vida,
que por eso no quiero jamás liberarme del hombre;
Advertisementlo amo
con todas sus debilidades
y me gusta compartir su terquedad
Advertisementtodo este ancho mundo
donde ambos nos somos imprescindibles.
No quiero que me acusen de mujer tradicional
Advertisementpero pueden acusarme
tantas como cuantas veces quieran
de mujer.
Advertisement
No me arrepiento de nada
“No me arrepiento de nada”, un poema en el que la autora, deja en manifiesto que no nos arrepintamos de lo que no pudo haber sido: una mujer hacendosa, buena esposa, primorosa, en fin; lo que hubiese deseado su madre. Por lo que, ella (la autora) se reveló ante ese tipo de vida “impecable” que sin duda la inspiran a escribir.
Desde la mujer que soy,
a veces me da por contemplar
Advertisementaquellas que pude haber sido;
las mujeres primorosas,
hacendosas, buenas esposas,
Advertisementdechado de virtudes,
que deseara mi madre.
No sé por qué
Advertisementla vida entera he pasado
rebelándome contra ellas.
Odio sus amenazas en mi cuerpo.
AdvertisementLa culpa que sus vidas impecables,
por extraño maleficio,
me inspiran.
AdvertisementReniego de sus buenos oficios;
de los llantos a escondidas del esposo,
del pudor de su desnudez
Advertisementbajo la planchada y almidonada ropa interior.
Estas mujeres, sin embargo,
me miran desde el interior de los espejos,
Advertisementlevantan su dedo acusador
y, a veces, cedo a sus miradas de reproche
y quiero ganarme la aceptación universal,
Advertisementser la «niña buena», la «mujer decente»
la Gioconda irreprochable.
Sacarme diez en conducta
Advertisementcon el partido, el estado, las amistades,
mi familia, mis hijos y todos los demás seres
que abundantes pueblan este mundo nuestro.
AdvertisementEn esta contradicción inevitable
entre lo que debió haber sido y lo que es,
he librado numerosas batallas mortales,
Advertisementbatallas a mordiscos de ellas contra mí
—ellas habitando en mí queriendo ser yo misma—
transgrediendo maternos mandamientos,
Advertisementdesgarro adolorida y a trompicones
a las mujeres internas
que, desde la infancia, me retuercen los ojos
Advertisementporque no quepo en el molde perfecto de sus sueños,
porque me atrevo a ser esta loca, falible, tierna y vulnerable,
que se enamora como alma en pena
Advertisementde causas justas, hombres hermosos,
y palabras juguetonas.
Porque, de adulta, me atreví a vivir la niñez vedada,
Advertisemente hice el amor sobre escritorios
—en horas de oficina—
y rompí lazos inviolables
Advertisementy me atreví a gozar
el cuerpo sano y sinuoso
con que los genes de todos mis ancestros
Advertisementme dotaron.
No culpo a nadie. Más bien les agradezco los dones.
No me arrepiento de nada, como dijo Edith Piaf.
AdvertisementPero en los pozos oscuros en que me hundo,
cuando, en las mañanas, no más abrir los ojos,
siento las lágrimas pujando;
Advertisementveo a esas otras mujeres esperando en el vestíbulo,
blandiendo condenas contra mi felicidad.
Impertérritas niñas buenas me circundan
Advertisementy danzan sus canciones infantiles contra mí
contra esta mujer
hecha y derecha,
Advertisementplena.
Esta mujer de pechos en pecho
y caderas anchas
Advertisementque, por mi madre y contra ella,
me gusta ser.
Consejos para la mujer fuerte
Estos “Consejos para la mujer fuerte”, invita a las mujeres a protegerse de aquellos que quieren humillarlas y maltratarlas. “Si eres una mujer fuerte prepárate para la batalla: aprende a estar sola (…)”, resalta la autora.
Si eres una mujer fuerte
protégete de las alimañas que querrán
almorzar tu corazón.
AdvertisementEllas usan todos los disfraces de los carnavales de la tierra:
se visten como culpas, como oportunidades, como precios que hay que pagar.
Te hurgan el alma; meten el barreno de sus miradas o sus llantos
Advertisementhasta lo más profundo del magma de tu esencia
no para alumbrarse con tu fuego
sino para apagar la pasión
Advertisementla erudición de tus fantasías.
Si eres una mujer fuerte
tienes que saber que el aire que te nutre
Advertisementacarrea también parásitos, moscardones,
menudos insectos que buscarán alojarse en tu sangre
y nutrirse de cuanto es sólido y grande en ti.
AdvertisementNo pierdas la compasión, pero témele a cuanto conduzca
a negarte la palabra, a esconder quién eres,
lo que te obligue a ablandarte
Advertisementy te prometa un reino terrestre a cambio
de la sonrisa complaciente.
Si eres una mujer fuerte
Advertisementprepárate para la batalla:
aprende a estar sola
a dormir en la más absoluta oscuridad sin miedo
Advertisementa que nadie te tire sogas cuando ruja la tormenta
a nadar contra corriente.
Entrénate en los oficios de la reflexión y el intelecto
AdvertisementLee, hazte el amor a ti misma, construye tu castillo
rodéalo de fosos profundos
pero hazle anchas puertas y ventanas.
AdvertisementEs menester que cultives enormes amistades
que quienes te rodean y quieran sepan lo que eres
que te hagas un círculo de hogueras y enciendas en el centro de tu habitación
Advertisementuna estufa siempre ardiente donde se mantenga el hervor de tus sueños.
Si eres una mujer fuerte
protégete con palabras y árboles
Advertisemente invoca la memoria de mujeres antiguas.
Haz de saber que eres un campo magnético
hacia el que viajarán aullando los clavos herrumbrados
Advertisementy el óxido mortal de todos los naufragios.
Ampara, pero ampárate primero
Guarda las distancias
AdvertisementConstrúyete. Cuídate
Atesora tu poder
Defiéndelo
AdvertisementHazlo por ti
Te lo pido en nombre de todas nosotras.
Los poemas feministas de Gioconda Belli, destaca su compromiso político y social que la ha llevado a escribir versos que abarcan temas de diferencias de clase y sexo que están presentes en el mundo.
¿Te gustaron los poemas de feministas de Gioconda Belli?