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+10 Poemas de Gioconda Belli ¡Mujer fuerte!

Poemas de Gioconda Belli
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¿Por qué es considerada Gioconda Belli como una de las poetisas más influyentes de latinoamérica? El 9 de diciembre de 1948 el cielo de Managua, Nicaragua, se vistió de alegría para recibir a quien fuera una de las latinoamericanas más leídas en América y Europa.

Es muy posible que en parte la pasión artística de Gioconda Belli haya sido heredado, su madre fue la fundadora del Teatro Experimental de Managua y trabajó activamente por la difusión del trabajo de otras mujeres.

Gioconda Belli desde muy joven ha participado activamente en política. Formó parte del movimiento revolucionario para derrocar a Anastasio Somoza y perteneció a la oposición de Daniel Ortega.

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En su juventud cursó estudios universitarios de Publicidad y Periodismo en Estados Unidos, país al cual viaja con mucha frecuencia desde hace más de veinte años.

En cuanto a su carrera como literata, Gioconda Belli ha tenido un muy fructífero legado, ha publicado ocho novelas, ocho libros de poesía y dos libros para niños. Sus poemas están impregnados de sensualidad femenina, erotismo y sentido social.

El compromiso político, el ser y el sentir femenino son los temas fundamentales dentro de la obra que ha significado el respaldo de la crítica y del público.

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Leer a Gioconda Belli puede ser una maravillosa forma de descubrir una manera directa y valiente de nombrar la vida y la sexualidad.

Por este motivo hoy en Escribirte queremos recordar algunos de los poemas de Gioconda Belli más significativos hasta ahora. Disfruta de la poesía sensual y política de esta reconocida poeta nicaragüense.

Poemas de Gioconda Belli más asombrosos

Gioconda Belli, como ya lo hemos mencionado, es una escritora creativa y original inspirada siempre por la verdad y el papel de la mujer dentro de una sociedad poco respetada.

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De la obra de Belli se puede destacar su fuerte compromiso político y feminista que la ha llevado a elaborar una profunda y sentida poesía en la que podemos hallar una lúcida representación de las diferencias de clase y sexo que invaden nuestro mundo.

El erotismo es uno de los elementos que ha marcado toda su obra, y en ese aspecto se ha decantado por una forma clara de nombrar el deseo y el placer sexual de las mujeres.

Este último hecho no solo ha significado un importante reconocimiento en el mundo artístico e intelectual, sino que también le ha regalado un amplio y diverso número de lectoras.

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Lo cuales comenzaron a cambiar su visión y a buscar sus propias experiencias lejos de lo que la visión masculina consideraba correcta.

Poemas de Gioconda Belli más asombrosos

¿Suena fantástico? Hasta ahora solo hemos conocido aspectos generales de su poesía, pero es tiempo de conocer esos creativos versos que le proporcionaron a Gioconda Belli alto prestigio y reconocimiento.

Te dejamos con algunos de los poemas de Gioconda Belli más asombrosos.

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La sangre de otros

El estilo de esta reconocida escritora es tan original y creativo que cautiva a todos los lectores que han tenido la oportunidad de apreciar sus escritos.

Este poema de Gioconda Belli describe cómo algunos pueden estar muertos en vida, una frase que seguramente hemos escuchado en otras oportunidades.

Pero en esta lo que la escritora intenta decir es que a pesar de que hagamos lo que nos apasiona puede ser que no lo estemos haciendo con todo nuestro empeño.

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Leo los poemas de los muertos
yo que estoy viva
yo que viví para reírme y llorar
Y gritar Patria Libre o Morir
sobre un camión
el día que llegamos a Managua.

Leo los poemas de los muertos,
veo las hormigas sobre la grama,
mis pies descalzos,
tu pelo lacio,
espalda encorvada sobre la reunión.

Leo los poemas de los muertos
y siento que esta sangre con que nos amamos
no nos pertenece.

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Amor de frutas

Este poema de Gioconda Belli es un claro ejemplo del estilo seductor y liberal que suele plasmar en sus obras la escritora nicaragüense.

En él son descritos a través de la metáfora elementos sensuales y apasionados que dejan muy abierto a la imaginación. Disfruta del estilo tan original de la escritora.

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Déjame que esparza
manzanas en tu sexo
néctares de mango
carne de fresas;

Tu cuerpo son todas las frutas.

Te abrazo y corren las mandarinas;
te beso y todas las uvas sueltan
el vino oculto de su corazón
sobre mi boca.

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Mi lengua siente en tus brazos
el zumo dulce de las naranjas
y en tus piernas el promegranate
esconde sus semillas incitantes.

Déjame que coseche los frutos de agua
que sudan en tus poros:

Mi hombre de limones y duraznos,
dame a beber fuentes de melocotones y bananos
racimos de cerezas.

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Tu cuerpo es el paraíso perdido
del que nunca jamás ningún Dios
podrá expulsarme.

Y Dios me hizo mujer

La mujer, su figura y papel dentro de la sociedad ha sido de inspiración para muchos literatos desde tiempos remotos, por lo que no es para nada sorprendente que Gioconda Belli haya dedicado algunos versos a su sexo.

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En este poema de Gioconda Beli son descrito las cualidades de la mujer en pro de enaltecer su papel y condición, además la escritora expresa el orgullo que siente al haber nacido bajo este sexo.

Y Dios me hizo mujer,
de pelo largo,
ojos,
nariz y boca de mujer.

Con curvas
y pliegues
y suaves hondonadas
y me cavó por dentro,
me hizo un taller de seres humanos.

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Tejió delicadamente mis nervios
y balanceó con cuidado
el número de mis hormonas.

Compuso mi sangre
y me inyectó con ella
para que irrigara
todo mi cuerpo;
nacieron así las ideas,
los sueños,
el instinto.

Todo lo que creó suavemente
a martillazos de soplidos
y taladrazos de amor,

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las mil y una cosas que me hacen mujer todos los días
por las que me levanto orgullosa
todas las mañanas
y bendigo mi sexo.

Abandonados

La lucha de Gioconda Belli por modificar la situación de la mujer de su época está bien marcada en la mayoría de sus obras.

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Se levantó como mujer segura de sus cualidades y de sus oportunidades con la intención de abrir los ojos de otras que pudieran liberarse. Este poema de Gioconda Belli es uno de los tantos versos dedicados a la mujer.

Tocamos la noche con las manos
escurriéndonos la oscuridad entre los dedos,
sobándola como la piel de una oveja negra.

Nos hemos abandonado al desamor,
al desgano de vivir colectando horas en el vacío,
en los días que se dejan pasar y se vuelven a repetir,
intrascendentes,
sin huellas, ni sol, ni explosiones radiantes de claridad.

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Nos hemos abandonado dolorosamente a la soledad,
sintiendo la necesidad del amor por debajo de las uñas,
el hueco de un sacabocados en el pecho,
el recuerdo y el ruido como dentro de un caracol
que ha vivido ya demasiado en una pecera de ciudad
y apenas si lleva el eco del mar en su laberinto de concha.

¿Cómo volver a recapturar el tiempo?

¿Interponerle el cuerpo fuerte del deseo y la angustia,
hacerlo retroceder acobardado
por nuestra inquebrantable decisión?

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Pero… quién sabe si podremos recapturar el momento
que perdimos.

Nadie puede predecir el pasado
cuando ya quizás no somos los mismos,
cuando ya quizás hemos olvidado
el nombre de la calle
donde
alguna vez
pudimos
encontrarnos.

Huelga

Pero Gioconda Belli no solo dedicó su vida a componer para las mujeres, también participó activamente en la política con su poesía, que sirvió como herramienta para expresar sus descontento con los sistemas opresores de su tiempo.

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Así como lo podemos observar en este poemas de su autoría.

Quiero una huelga donde vayamos todos,

Una huelga de brazos, de piernas de cabellos,
una huelga naciendo en cada cuerpo.

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Quiero una huelga
de obreros de choferes
de palomas de flores
de niños de mujeres
de técnicos de médicos.

Quiero una huelga grande
que hasta el amor alcance.

Una huelga donde todo se detenga,
el reloj las fábricas
el plantel los colegios
el bus los hospitales
la carretera los puertos.

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Una huelga de ojos, de manos y de besos,
una huelga donde respirar no sea permitido
una huelga donde nazca el silencio
para oír los pasos
del tirano que se marcha.

Poemas de Gioconda Belli para recordar

La producción literaria de Gioconda Belli se divide en tres etapas, en las que abordó desde la poesía revolucionaria hasta la novela y el cuento infantil. 

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Algunas de sus obras más renombradas son «Sobre la grama», con la que obtuvo el premio de poesía Mariano Fiallos Gil, «Línea de fuego», «Truenos y Arco Iris» y «De la costilla de Eva».

+10 Poemas de Gioconda Belli ¡Sensualidad y política!
Poemas de Gioconda Belli para recordar

Además cuenta con una larga lista de poemas entre los que se encuentran «Huellas» y «Es larga la tarde». Así que no perdamos más tiempo conoce junto a nosotros más poemas de Gioconda Belli.

Claro que no somos una pompa fúnebre

Los poetas y literatos han utilizado sus obras para plasmar e inmortalizar sus pensamientos y en muchas ocasiones sus sentimientos.

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Gioconda Belli por su parte no solo la utilizó de este modo también le proporcionó poder, pues en ella iba inmersa su intención de abrir los ojos al mundo ante sus realidades adversas y fuera de lo normal.

Siempre en busca de la verdad y la libertad así como lo describe en este poema.

Claro que no somos una pompa fúnebre,
a pesar de todas las lágrimas tragadas
estamos con la alegría de construir lo nuevo
y gozamos del día, de la noche
y hasta del cansancio
y recogemos risa en el viento alto.

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Usamos el derecho a la alegría,
a encontrar el amor
en la tierra lejana
y sentirnos dichosos
por haber hallado compañero
y compartir el pan, el dolor y la cama.

Aunque nacimos para ser felices
nos vemos rodeado de tristeza y vainas,
de muertes y escondites forzados.

Huyendo como prófugos
vemos como nos nacen arrugas en la frente
y nos volvemos serios,
pero siempre por siempre
nos persigue la risa

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amarrada también a los talones
y sabemos tirarnos una buena carcajada
y ser felices en la noche más honda y más cerrada

porque estamos construidos de una gran esperanza,
de un gran optimismo que nos lleva alcanzados
y andamos la victoria colgándonos del cuello,

sonando su cencerro cada vez más sonoro
y sabemos que nada puede pasar que nos detenga
porque somos semillas
y habitación de una sonrisa íntima

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que explotará
ya pronto
en las caras
de todos.

Memoria sagrada

Este poema de Gioconda Belli es otra de sus tantas composiciones rebeldes en oposición a la tiranía.

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En este en particular describe elementos políticos e históricos que son el centro de sus versos pues esa es la verdadera intención de la escritora.

En mi tierno país menudo y desgarrado
el poder niega la razón de Heráclito
y anuncia con bombo y platillo
que es posible bañarse dos veces
en el mismo río.

¿Será que el pasado se repite?
¿Quién ha visto pasar de nuevo a los muchachos?
¿A los fantasmas quietos cuyos nombres mastican
las mandíbulas de los políticos?

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¿Cuántos hemos visto salir de sus tumbas?
La estática, hermosa, memoria
—esa donde aún somos jóvenes
y donde la desilusión y el cinismo
aún no ha cavado sus túneles ni desatado sus trombas—

rehúye las manos ávidas
que intentan reinventarla deslavada,
cercenadas sus aristas,
convertida en papelillo de feria
en escenografía de la vanidad.

Tantas memorias sagradas
rehúsan someterse a la reescritura
y yacen en nuestro pecho amuralladas.

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Sobre ellas se cierne la amenaza
de una monumental y desacertada
falsificación: las imágenes retocadas con embrujos,
los retratos alterados en una sucesión
de contrasentidos.

Hábiles prestidigitadores
sacan nuevas significaciones de la manga,
hacen saltar conejos de sombreros de mago
y a escondidas, de noche, sueltan los zorros
que habrán de degollarlos.

Me pregunto si seremos un caso terminal de desesperanza.
Los desabridos iguales que los ávidos
condenados a morir atenazados
por la retorcida espiral
de nuestra ingrata historia.

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Veo las luces de Managua
Titila mi ciudad pequeña
como un cofre de joyas:
rutilante botín
de los saqueadores de tumbas.

Como gata boca arriba

Nuevamente el amor, la pasión y los aspectos sensuales vuelven a ser protagonistas de un poema de Gioconda Belli.

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En esta oportunidad estamos ante un verso cargado de romance explícito descrito a través de metáforas que no dejan mucho a la imaginación del lector.

Te quiero como gata boca arriba,
panza arriba te quiero,
maullando a través de tu mirada,
de este amor-jaula
violento,

lleno de zarpazos
como una noche de luna
y dos gatos enamorados
discutiendo su amor en los tejados,

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amándose a gritos y llantos,
a maldiciones, lagrimas y sonrisas
(de esas que hacen temblar el cuerpo de alegría)

Te quiero como gata panza arriba
y me defiendo de huir,
de dejar esta pelea
de callejones y noches sin hablarnos,

este amor que me marea,
que me llena de polen,
de fertilidad
y me anda en el día por la espalda
haciéndome cosquillas.

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No me voy, no quiero irme, dejarte,
te busco agazapada
ronroneando,
te busco saliendo detrás del sofá,

brincando sobre tu cama,
pasándote la cola por los ojos,
te busco desperezándome en la alfombra,
poniéndome los anteojos para leer

libros de educación del hogar
y no andar chiflada y saber manejar la casa,
poner la comida,
asear los cuartos,

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amarte sin polvo y sin desorden,
amarte organizadamente,
poniéndole orden a este alboroto
de revolución y trabajo y amor
a tiempo y destiempo,
de noche, de madrugada,
en el baño,

riéndonos como gatos mansos,
lamiéndonos la cara como gatos viejos y cansados
a los pies del sofá de leer el periódico.

Te quiero como gata agradecida,
gorda de estar mimada,
te quiero como gata flaca
perseguida y llorona,

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te quiero como gata, mi amor,
como gata, Gioconda,
como mujer,
te quiero.

En la Doliente Soledad del domingo

Hasta ahora hemos podido apreciar como la escritora utiliza el lenguaje correctamente para describir sus pensamientos e ideales logrando cautivar a los lectores en sus tan originales versos.

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Aquí estamos ante otro ejemplo del espectacular talento de Gioconda Belli.

Aquí estoy,
desnuda,
sobre las sabanas solitarias
de esta cama donde te deseo.

Veo mi cuerpo,
liso y rosado en el espejo,
mi cuerpo
que fue ávido territorio de tus besos,

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este cuerpo lleno de recuerdos
de tu desbordada pasión
sobre el que peleaste sudorosas batallas
en largas noches de quejidos y risas
y ruidos de mis cuevas interiores.

Veo mis pechos
que acomodabas sonriendo
en la palma de tu mano,
que apretabas como pájaros pequeños
en tus jaulas de cinco barrotes,

mientras una flor se me encendía
y paraba su dura corola
contra tu carne dulce.

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Veo mis piernas,
largas y lentas conocedoras de tus caricias,
que giraban rápidas y nerviosas sobre sus goznes
para abrirte el sendero de la perdición
hacia mi mismo centro
y la suave vegetación del monte

donde urdiste sordos combates
coronados de gozo,
anunciados por descargas de fusilerías
y truenos primitivos.

Me veo y no me estoy viendo,
es un espejo de vos el que se extiende doliente
sobre esta soledad de domingo,
un espejo rosado,
un molde hueco buscando su otro hemisferio.

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Llueve copiosamente
sobre mi cara
y solo pienso en tu lejano amor
mientras cobijo
con todas mis fuerzas,
la esperanza.

Amo a los hombres y les canto…

Es tiempo de finalizar el recorrido por los poemas de Gioconda Belli, y no hay mejor manera de hacerlo que con este poema dedicado a los hombres.

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Se trata de un verso compuesto desde el amor pero siempre manteniendo su estilo político y liberal.

Amo a los hombres
y les canto.

Amo a los jóvenes
desafiantes jinetes del aire,
pobladores de pasillos en las Universidades,
rebeldes, inconformes, planeadores de mundos diferentes.

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Amo a los obreros,
esos sudorosos gigantes morenos
que salen de madrugada a construir ciudades.

Amo a los carpinteros
que reconocen a la madera como a su mujer
y saben hacerla a su modo.

Amo a los campesinos
que no tienen más tractor que su brazo
que rompen el vientre de la tierra y la poseen.

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Amo, compasiva y tristemente, a los complicados
hombres de negocios
que han convertido su hombría en una sanguinaria
máquina de sumar
y han dejado los pensamientos más profundos, los
sentimientos más nobles
por cálculos y métodos de explotación.

Amo a los poetas -bellos ángeles lanzallamas-
que inventan nuevos mundos desde la palabra
y que dan a la risa y al vino su justa y proverbial importancia.

que conocen la trascendencia de una conversación
tranquila bajo los árboles,
a esos poetas vitales que sufren las lágrimas y van
y dejan todo y mueren
para que nazcan hombres con la frente alta.

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Amo a los pintores -hombres colores-
que guardan su hermosura para nuestros ojos
y a los que pintan el horror y el hambre
para que no se nos olvide.

Amo a los solitarios pensadores
los que existen más allá del amor y de la comprensión sencilla
los que se hunden en titánicas averiguaciones
y se atormentan día y noche ante lo absurdo de las respuestas.

A todos amo con un amor de mujer, de madre, de hermana,
con un amor que es más grande que yo toda,
que me supera y me envuelve como un océano
donde todo el misterio se resuelve en espuma…

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Amo a las mujeres desde su piel que es la mía.
A la que se rebela y forcejea con la pluma y la voz desenvainadas,
a la que se levanta de noche a ver a su hijo que llora,
a la que llora por un niño que se ha dormido para siempre,
a la que lucha enardecida en las montañas,

a la que trabaja -mal pagada- en la ciudad,
a la que gorda y contenta canta cuando echa tortillas
en la pancita caliente del comal,
a la que camina con el peso de un ser en su vientre
enorme y fecundo.

A todas las amo y me felicito por ser de su especie.
Me felicito por estar con hombres y mujeres
aquí bajo este cielo, sobre esta tierra tropical y fértil,
ondulante y cubierta de hierba.

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Me felicito por ser y por haber nacido,
por mis pulmones que me llevan y me traen el aire,
porque cuando respiro siento que el mundo todo entra en mí
y sale con algo mío,

por estos poemas que escribo y lanzo al viento
para alegría de los pájaros,
por todo lo que soy y rompe el aire a mi paso,
por las flores que se mecen en los caminos
y los pensamientos que, desenfrenados, alborotan en las cabezas,
por los llantos y las rebeliones.

Me felicito porque soy parte de una nueva época
porque he comprendido la importancia que tiene mi existencia,
la importancia que tiene tu existencia, la de todos,
la vitalidad de mi mano unida a otras manos,
de mi canto unido a otros cantos.

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Porque he comprendido mi misión de ser creador,
de alfarera de mi tiempo que es el tiempo nuestro,
quiero irme a la calle y a los campos,
a las mansiones y a las chozas
a sacudir a los tibios y haraganes,

a los que reniegan de la vida y de los malos negocios,
a los que dejan de ver el sol para cuadrar balances,
a los incrédulos, a los desamparados, a los que han
perdido la esperanza,

a los que ríen y cantan y hablan con optimismo;
quiero traerlos a todos hacia la madrugada,
traerlos a ver la vida que pasa
con una hermosura dolorosa y desafiante,

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la vida que nos espera detrás de cada atardecer
-último testimonio de un día que se va para siempre,
que sale del tiempo y que nunca volverá a repetirse-.

Quiero atraer a todos hacia el abrazo de una alegría que comienza,
de un Universo que espera que rompamos sus puertas
con la energía de nuestra marcha incontenible.

Quiero llevaros a recorrer los caminos
por donde avanza -inexorable- la Historia.
Porque los amo quiero llevarlos de frente a la nueva mañana,
mañana lavada de pesar que habremos construido todos.

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Vámonos y que nadie se quede a la zaga,
que nadie perezoso, amedrentado, tibio, habite la faz de la tierra
para que este amor tenga la fuerza de los terremotos,
de los maremotos,
de los ciclones, de los huracanes
y todo lo que nos aprisione vuele convertido en desecho

mientras hombres y mujeres nuevos
van naciendo erguidos
luminosos
como volcanes…

Vámonos
Vámonos
Vámonoooos!!!

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Su constante lucha para eliminar de las sociedades los prejuicios y destacar la importancia de la mujer en las mismas, fueron los mismos elementos que generaron reconocimiento a la escritora nicaragüense.

La publicación de «Sobre la grama», en el año 1972, puso en descubierta la mirada ante los aspectos más intimistas y tabúes de la sexualidad femenina y permitió que muchas mujeres se sintieran representadas por una poesía escrita para ellas.

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Si bien para muchos sus últimas obras carecen del impacto y la fuerza que tuvo aquel primer libro intenso que abofeteó el mundo de la poesía sin miedo.

Su pluma continúa situándose en las más importantes e imprescindibles de la literatura latinoamericana.

Vive actualmente entre Nicaragua pero realiza viajes ocasionales a Estados Unidos y realiza giras a lo largo del mundo para seguir compartiendo su obra con sus variopintos lectores.

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