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+7 Poemas de Juan del Encina ¡Música y poesía!

Poemas de Juan del Encina
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¿En qué corrientes artísticas incursionó este destacado poeta? Juan del Encina Es una de las figuras que preparó el terreno para la explosión de las humanidades, una o dos generaciones después, en el Siglo de Oro castellano.

Este reconocido hombre responde al ideal humanista de su época, cultivando tanto la música como la literatura y destacando como erudito en la corte de los Reyes Católicos.

Su obra musical, de la que se han conservado 68 piezas y de la cual la gran mayoría fue escrita antes de los 30 años del escritor, se encuentra reunida en el Cancionero musical de Barberini publicada en 1890, producción que representa una de las más grandes de su carrera.

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Como poeta, Juan del Encina, fue autor de numerosas églogas, comedias y dramas, que le permitieron ganar fama internacional.

Además son las responsables de que sea considerado uno de los primeros dramaturgos españoles.

Égloga de Plácida y Victoriano, Poesías religiosas y devotas y Tragedia trovada a la dolorosa muerte del príncipe don Juan, son algunas de sus producciones más destacadas.

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Poemas de Juan del Encina para recordar su talento

Un dato curioso sobre la vida de Juan del Encina es que perteneció a la escuela polifónica castellana y de su obra se puede destacar su exquisita belleza lírica presente tanto en villancicos como en glosas.

Hoy en Escribirte queremos recordar el talento magnífico que poseía este destacado escritor para componer, no sólo hermosas canciones, sino también versos llenos de inspiración que sirven de ejemplo para muchas generaciones de literatos posteriores.

Conoce algunos de los más interesantes y al mismo tiempo descubre el estilo único de Juan del Encina, el mismo que le proporcionó la extraordinaria fama que gozó hasta el día de su muerte.

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Poemas de Juan del Encina para recordar su talento

Del rosal vengo, mi madre…

En este primer poema de Juan del Encina se puede notar el toque de musicalidad que el escritor solía agregas a sus obras líricas, pues a pesar de poseer un enorme talento para la composición destacó sobre todo en la música.

Del rosal vengo, mi madre,
vengo del rosale.

A riberas de aquel vado,
viera estar rosal granado;
vengo del rosale.

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A riberas de aquel río,
viera estar rosal florido;
vengo del rosale.

Viera estar rosal florido.
cogí rosas con sospiro;
vengo del rosale, madre,
vengo del rosale.

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Las cosas que deseamos…

En el caso de este poema de Juan del Encina la rima llega para dejar a las generaciones posteriores un texto reflexivo en el se plasma a la vida y sus contradicciones.

Pues el escritor señala que mientras más desees las cosas menos oportunidades tiene de que lleguen y viceversa.

Las cosas que deseamos
tarda o nunca las habemos,
y las que menos queremos
más presto las alcanzamos.

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Porque fortuna desvía
aquello que nos aplace,
mas lo que pesar nos hace
ella mesma nos lo guía:

así por lo que penamos
alcanzar no lo podemos,
y lo que menos queremos
muy más presto lo alcanzamos.

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Romerico

Con la musicalidad que lo caracteriza, Juan del Encina compuso este hermoso poema que inspira con elementos románticos en el que se puede notar su inclinación por las creencias religiosas.

Romerico, tú que vienes
De donde mi vida está,
Las nuevas de ella me da,

Dame nuevas de mi vida
Así Dios te dé placer,
Si tú me quieres hacer
Alegre con tu venida.

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Que después de mi partida
De mal en peor me va.
Las nuevas de ella me da.

Poemas de Juan del Encina totalmente cautivadores

Juan del Encina es recordado como uno de los padres del teatro español. En lo que respecta a su labor literaria, se puede observar tres estilos definidos.

El género complicado de la fuga, el armónico que por naturaleza es mucho más sencillo, y por último, uno eminentemente expresivo caracterizado por la íntima unión de poesía y música.

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+7 Poemas de Juan del Encina ¡Música y poesía!
Poemas de Juan del Encina totalmente cautivadores

En cuanto a sus poesías, se pueden notar dos categorías, las de tema divino y las de temas profanos, siendo éstas última más inspiradas que las primeras.

Su corto repertorio de obras poéticas parecen haber sido escritas todas antes del 1500 y curiosamente muchas de ellas fueron compuestas con el objeto de fueran interpretadas musicalmente.

No te tardes que me muero…

Este es un poema de Juan del Encina que refleja uno de los elementos más inspiradores de la poesía, la muerte.

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Pues el misterio que rodea a este hecho cautiva y más a los grandes pensadores y artistas que la han representado en muchas de sus obras.

No te tardes que me muero,
carcelero,
no te tardes que me muero.

Apresura tu venida
porque no pierda la vida,
que la fe no está perdida.
Carcelero,
no te tardes que me muero.

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Sácame d’esta cadena,
que recibo muy gran pena,
pues tu tardar me condena.
Carcelero,
no te tardes que me muero.

La primer vez que me viste,
sin te vencer me venciste;
suéltame, pues me prendiste.
Carcelero,
no te tardes que me muero.

La llave para soltarme
ha de ser galardonarme,
propiniendo no olvidarme.
Carcelero,
no te tardes que me muero.

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Fin

Y siempre cuando vivieres
haré lo que tú quisieres
si merced hacerme quieres.
Carcelero,
no te tardes que me muero.

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Disparates

A veces en los pequeños detalles esta la clave de todo. Este poema de Juan del Encina es totalmente inspirador y logra cautivar a todos los lectores que se detengan un momento para deleitarse con las ejemplares palabras y el tono musical que caracteriza al escritor.

Anoche de madrugada,
ya después de medio día,
vi venir en romería
una nube muy cargada;

y un broquel con una espada
en figura de ermitaño,
caballero en un escaño
con una ropa nesgada,
toda sana y muy resgada.

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No después de mucho rato
vi venir un orinal
puesto por pontifical,
omo tres con un zapato;

y allí vi venir un gato
cargado de verdolagas,
y a parce mihi sin bragas,
caballero en un gran pato
por hacer más aparato. [. ..]

Navegando vi venir
tres calabazas por tierra,
y una azuela y una sierra
tropezando por huir;

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vino Beatus vir
en una burra bermeja,
cargado de ropa vieja
con su vara de medir,
bocezando por dormir.

En un puerco, a la jineta,
vi venir a san Zorito,
jugando con un garlito
al juego de la jaldeta;

y la ley de barjuleta
escrita en un cesto de agua,
con unos fuelles de fragua
atizando una trompeta
encima de su carreta.

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Levatóse la sardina
muy soberbia con un palo
tras Solibranos a malo,
por medio de una cortina;

y en un monte de cecina
vi cazar una tinaja,
y unos órganos de paja
atestados de cocina
pescando sobre una encina.

Ojos garços ha la niña:
¡quién ge los namoraría!

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Son tan bellos y tan bivos
que a todos tienen cativos,
mas muéstralos tan esquivos
que roban el alegría.

Roban el plazer y gloria,
los sentidos y memoria;
de todos llevan vitoria
con su gentil galanía.

Con su gentil gentileza
ponen fe con más firmeza;
hazen bivir en tristeza
al que alegre ser solía.

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Fin

No hay ninguno que los vea
que su cativo no sea.
todo el mundo los dessea
contemplar de noche y día.

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Más vale trocar placer…

En este poema de poema de Juan del Encina el autor señala que en mejor cambiar la pasión por el dolor, parece extraño que el lo menciona en un caso muy particular, ¿quieres saber por qué? Disfruta del siguiente poema.

Más vale trocar
placer por dolores
que estar sin amores.

donde es agradecido
es dulce morir;
vivir en olvido
aquel no es vivir;

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mejor es sufrir
pasión y dolores
que estar sin amores.

Es vida perdida
vivir sin amar;
y más es que vida
saberla emular;

mejor es penar
sufriendo dolores
que estar sin amores.

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La muerte es vitoria
do vive afición;
que espere haber gloria
quien sufre pasión:

más vale prisión
de tales dolores
que estar sin amores.

el que es muy penado
más goza de amor;
que el mucho cuidado
le quita el temor;

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así que es mejor
amar con dolores
que estar sin amores.

No teme tormento
quien ama con fe,
si su pensamiento
sin causa no fue;

habiendo por qué,
más valen dolores
que estar sin amores.

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Amor que no pena
no pida placer,
pues ya le condena
su poco querer:

mejor es perder
placer por dolores
que estar sin amores.

Villancico

Cerramos este recorrido por la expendida poesía de Juan del Encina, y no hay mejor manera de hacerlo que con este texto cargado de reflexión.

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Madre, lo que no queréis,
vos a mí no me lo deis.

Que bien veis que no es razón
que cative el coraçón
y que ponga mi afición
con quien vos aborrecéis.

Para vos buscáis amores
los más moços y mejores,
y a mí daisme los peores,
los más viejos que podéis.

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Si queréis que bien os quiera
y havéis gana que no muera,
en cosa tan lastimera
vos a mí no me habléis.

Fin

Donde no hay contentamiento
siempre bive el pensamiento
lastimado de tormento,
como vos muy bien sabéis.

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Este talentosos escritor y excelente compositor de tonadas rítmicas falleció en la provincia española de León, y así la literatura perdió uno de los mayores influyentes.

Juan del Encina contó con una imaginación natural, con mucha gracia popular, por lo que no cabe duda que sus poesías deben figurar en toda antología de poesía castellana.

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