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+11 Poemas de Ramón de Campoamor ¡Diferentes y originales!

Poemas de Ramón de Campoamor
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¿Qué hace diferente la poesía de Ramón de Campoamor? Las literatura cuenta con genios innovadores, que señalan un cambio progresivo en las tendencias artísticas y en los ideales de su tiempo.

Don Ramón de Campoamor es uno de los representantes más ilustres de esta pléyade de insignes artistas. Fue un autor muy prolífico e incursionó en diversos géneros, desde el drama hasta la poesía.

La poesía de este destacado escritor es propia del realismo literario español y está caracterizada por su prosaísmo, que rehuye conscientemente la belleza de toda idealización, mientras que refleja fielmente las corrientes intelectuales de la época, tales como el positivismo o el tradicionalismo religioso.

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Ramón de Campoamor, era un hombre de talento, pero su obra de Campo amor no resiste hoy un examen crítico. Su estilo es prosaico y su pretendida filosofía es de lo más basto y superficial.

Sin embargo su poesía plasma un estilo único y diferente que lo hace destacar entre sus contemporáneos y por ello merecer ser recordado a través de sus poemas.

Disfruta de los poemas de Ramón de Campoamor y descubre una forma diferente de hacer poesía.

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Poemas de Ramón de Campoamor representativos

Ramón de Campoamor fue un escritor oriundo de España, nacido en Asturias en el año 1817 y a diferencia de algunos autores de su época, éste gozo de privilegios.

Provenía de una familia adinerada, perteneciente a la nobleza por parte de su madre y recibió una educación muy completa desde pequeño.

Aficionado a la medicina, se matriculó en el Colegio de San Carlos, pero no tardó mucho tiempo en revelara su verdadera vocación de poeta, así que abandonó los estudios académicos, decidido a dedicare a la literatura.

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Ramón de Campoamor pasaba largas horas en la Biblioteca Nacional leyendo y estudiando las obras de los clásicos españoles y universales.

Además frecuentaba las tertulias literarias en las que mostró algunos poemas dignos de elogios.

Poemas de Ramón de Campoamor representativos

Algunos de los poemas de Ramón de Campoamor están expuestos en esta sección del articulo para que disfrutes del talentos único del escritor.

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Canción

Este primer poema de Ramón de Campoamor fue escrito en honor las personas afectadas por los hechos ocurridos el dos de Mayo de 1808 en la ciudad española de Madrid.

Producidos por la protesta popular por la incertidumbre política tras el motín de Aranjuez.

A la gloriosa memoria de las víctimas
del Dos de Mayo de 1808.

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El sol sus alas replegó luciente,
y la noche callada el manto oscuro
en luengo cerco derramó sombría.
Vierten los astros su fulgor doliente,
y entre las sombras se destaca puro,
remedo incierto de la luz del día.

¡Tal de la suerte mía
la luz brilla insegura
entre la niebla oscura!

Ahora, pues, bajo el nocturno manto
muestras daré de mi desdicha extrema;
y cual presagio del famoso canto
que a alzar me impele inspiración suprema,
¡rompa el acerbo llanto
que mis entrañas reprimido quema!

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Auras, volad, y de fragancia henchidas
templad el fuego que mi frente abrasa,
mansa flotando en invisible giro.

Entre las nubes, con fragor hendidas,
su virgen luz, cual transparente gasa,
mece la luna que extasiado admiro.

Me parece que miro
a sus tibios reflejos
vagar allá a lo lejos
cual húmedo vapor de hedionda tumba,
de Napoleón la sombra venerada;

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y cuando ronco el aquilón retumba
la vaga esfera de la luz turbada,
¡me parece que zumba
en torrente de sangre desatada!

¡Sombra execrable! Maldecida sombra
que levantó para asentar su trono
de humanos cuerpos funeral montaña!

El manto azul del cielo por alfombra
creyó tender en su rabioso encono,
y ahogó rugiendo su impotente saña.

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Soldados, dijo, España
nuestra esclava se vea,
un muro en ella sea
de insepultos cadáveres alzado
que llene de terror a las naciones.

Luego a rumor del atambor doblado
se alzó el muro, rodaron tus pendones,
y en él viste apilado
el magnífico tren de tus legiones.

Al ver su oprobio aterrador el Sena
turbio en las rocas con sonoro estruendo
bate furioso la revuelta frente,
cual herida serpiente que la arena
escarba airada, y con silbar horrendo
en vano aguza el venenoso diente.

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¡Tirano, muge hirviente,
cuán cara fue a la Francia
tu funesta arrogancia!

Y al repetir este rumor, tonante
la última esfera de los cielos toca,
y embravecido, hinchado, ondisonante,
con cuanto encuentra sin concierto choca
y se arrastra bramante
con brusco murmurar de roca en roca.

¡Ay! Del cañón al fúnebre estampido
que el bronco trueno imita, cuando alado,
asorda el aire en revoltoso vuelo;
y al revolar del humo esparcido
que en las alas del aura reclinado
viste de luto el encendido cielo;

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aferradas al suelo
las víctimas gloriosas,
que ha poco victoriosas
Independencia y libertad gritaron,
se vieron sin defensas maniatadas.

Y al ¡ay! de muerte que después lanzaron,
sus cadenas, de púrpura manchadas,
a la faz arrojaron
del sangriento Murat pulverizadas.

Contra vuestro poder la tiranía
en vano desató su furia brava,
que al sentir vuestro esfuerzo soberano,
la vil corona, que adornó algún día
con una flor cada nación esclava,
se marchitó en las sienes del tirano.

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Todo el linaje humano
su carroza triunfante
iba a hollar rechinante,
cuando opusisteis a su fiera saña
vuestro ardor cabe el lento Manzanares,

a sus huestes gritando: ¡Gente extraña,
dad un adiós a vuestros patrios lares;
sólo saldréis de España
surgiendo el fondo de sangrientos mares!

¡Salve, cenizas! ¡Salve, oh ricas prendas!
que humedezca dejad, restos sagrados,
con lloro estéril vuestras frías losas.

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Jamás os faltarán verdes ofrendas,
o no tendrán en sus floridos prados
ni laureles abril ni el mayo rosas.
¡Perdón, sombras gloriosas
si mi lira naciente
no os canta dignamente!

Con el llanto sus cuerdas empapadas
sordas vibran confusa melodía.
¡Si no fuisteis por mí, sombras amadas,
loadas con dulcísima armonía,
al menos sí cantadas
con toda la efusión del alma mía!

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A unos ojos

Los elementos tradicionalmente religiosos están presente en este poema de Ramón de Campoamor, en el también son descritos elementos románticos.

Más dulces habéis de ser,
Si me volvéis a mirar,
Porque es malicia, a mi ver,
Siendo fuente de placer,
Causarme tanto pesar.

De seso me tiene ajeno
El que en suerte tan cruel
Sea ese mirar sereno
Sólo para mí veneno,
Siendo para otros miel.

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Si crueles os mostráis,
Porque no queréis que os quiera,
Fieros por demás estáis,
Pues si amándoos me matáis,
Si no os amara muriera.

Si amando os puedo ofender,
Venganza podéis tomar,
Porque es fuerza os haga ver
Que o no os dejo de querer,
O me acabáis de matar.

Si es la venganza medida
Por mi amor, a tal rigor
El alma siento rendida,
Porque es muy poco una vida
Para vengar tanto amor.

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Porque con él igualdad
Guardar ningún otro puede;
Es tanta su intensidad,
Que pienso, ¡ay de mí!, que excede
Vuestra misma crueldad.

¡Son, por Dios, crudos azares
Que me den vuestros desdenes
Ciento a ciento los pesares,
Pudiendo darme a millares,
Sin los pesares, los bienes!

Y me es doblado tormento
Y el dolor más importuno,
El ver que mostráis contento
En ser crudos para uno,
Siendo blandos para ciento.

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Y es injusto por demás
Que tengáis ojos serenos
A los que de amor ajenos,
Os aman menos, en más,
Y a mí que amo más, en menos.

Y es, a la par que mortal,
Vuestro lánguido desdén
¡Tan dulce, tan celestial!
Que siempre reviste el mal
Con las lisonjas del bien.

¡Oh, si vuestra luz querida
Para alivio de mi suerte
Fuese mi bella homicida!
¡Quién no cambiara su vida
Por tan dulcísima muerte!

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Y sólo de angustias lleno,
Me es más que todo cruel,
El que ese mirar sereno,
Sea para mí veneno,
Siendo para todos miel.

Los progresos del amor

El amor y los elementos apasionados vuelven a parecer en un poema de Ramón de Campoamor, pero no cualquier amor, sino el que se disfruta en pareja matrimonial, el describe la profundidad del amor.

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Así un esposo le escribió a su esposa:
«O vienes o me voy. ¡Te amo de modo
que es imposible que yo viva, hermosa,
un mes lejos de ti!

¡Mi amor es tan profundo, tan profundo,
que te prefiero a todo, a todo!…»
Y ella exclamó: -¡No hay nada en este mundo
que él quiera como a mí!

Mas pasan unos meses, y la escribe:
«¡Qué hermoso debe estar nuestro hijo amado!
¡Sólo él, él sólo en mis entrañas vive!
Piensa en él más que en ti.

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Su cuna se pondrá junto a mi cama.
No hay cielo para mí más que a su lado.»
Y ella prorrumpe: -¡Es que, el ingrato, ya ama
al hijo más que a mí!

Después de algunos años le escribía:
«Espérame. Ya sabes lo que quiero:
mucho orden, mucha paz y economía.
¿Estás? Yo soy así.

Cierra el coche: me espanta el reumatismo;
avísale que voy al cocinero.»
Y ella pensó: -¡Se quiere ya a sí mismo
más que al hijo y a mí!

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La virtud del egoísmo

El egoísmo representa un antivalor del ser humano pero Ramón de Campoamor, lo describe como una virtud.

Si anoche no estuve, Flora,
a adorar tu talle hermoso,
es porque soy virtuoso
y me da sueño a deshora.

¡Pecadora!
Ya le contaré a tu madre
que, porque amo mi quietud
y salud,
dijiste hoy a mi compadre:

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«¡Qué egoísta es la virtud!»
¿Cómo he de ir con fe no escasa
a ver tus ojos serenos,
si hay cien pasos por lo menos
desde mi casa a tu casa?

Y, ¿qué pasa
al hallarnos frente a frente?…
¿Qué?…tú mientes sin guarismo;
yo lo mismo.

El no ir, por consiguiente,
¿es virtud o egoísmo?
Verbi gratia, el otro día,
al verte de mi amor harta,
puse un bostezo de a cuarta
entre un «paloma» y un «mía» .

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Es falsía
la de bostezar amando;
mas si hoy, con más pulcritud
y quietud,
no he ido a amar bostezando,
¿fue egoísmo o fue virtud?

Desde hoy no vuelvo a tu edén
a tomar, Flora, el sereno:
si es por egoísmo, bueno;
y si es por virtud también.

Sí, mi bien:
esto haré por mi salud,
aunque diga tu cinismo
que es lo mismo
la gloria de la virtud
que el triunfo del egoísmo.

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Poemas de Ramón de Campoamor cortos llenos de proverbios populares

Entre las obras más destacadas de Ramón de Campoamor, se encuentran la pieza teatral, El castillo de Santa María, los poemarios Ternezas y flores, Los amores de una santa, los ensayos filosóficos, La originalidad y el plagio.

Poemas de Ramón de Campoamor cortos llenos de proverbios populares

En sus composiciones cortas recurre al proverbio popular y recupera la tradición del epigrama.

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En ellos se transmite un mensaje moral con mezclas de humor y sentimentalismo, siendo los temas centrales los que narran pequeños dramas cotidianos y encierran un pensamiento filosófico escéptico.

Contradicciones

Este poema de Ramón de Campoamor plasma la creatividad e imaginación con la que contaba el escritor y que expresó en en muchas de sus composiciones líricas.

Se halla con su amante Rosa
a solas en un jardín,
y ya a su empresa amorosa
iba tocando a su fin,

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cuando ella entre la arboleda
trasluce el grupo encantado
en que, en cisne transformado,
ama Júpiter a Leda;
y encendida de rubor,

viendo el grupo repugnante,
se alza, rechaza al amante,
y exclama huyendo: ¡Qué horror!

Corrida del mal ejemplo,
entra a rezar en un templo;
mas al ver Rosa el ardor
con que el altar mayor
una Virgen de Murillo

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besa a un niño encantador,
volvió en su pecho sencillo
la llama a arder del amor.

¿Será una ley natural,
como afirma no sé quién,
que por contraste fatal
lleva un mal ejemplo al bien
y un ejemplo bueno al mal?

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Doloras

Este poema de Ramón de Campoamor es quizás uno de los más importantes de su carrera como literato, y es que en el refleja elementos de amor y el éxito, y las implicaciones de estos dos.

Amor y gloria

¡Sobre arena y sobre viento
lo ha fundado el cielo todo!
Lo mismo el mundo de el lodo
que el mundo del sentimiento.

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De amor y gloria el cimiento
sólo aire y arena son.

¡Torres con que la ilusión
mundo y corazones llena;
las del mundo sois arena,
y aire las del corazón!

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El amar y el querer

En las cosas del amor no todo es color de rosa, y es esto lo que plasma el autor Ramón de Campoamor en este poema que describe una situación en la que se puede diferenciar el amar y el querer.

A la infiel más infiel de las hermosas
un hombre la quería y yo la amaba;
y ella a un tiempo a los dos nos encantaba
con la miel de sus frases engañosas.

Mientras él, con sus flores venenosas,
queriéndola, su aliento empozoñaba,
yo de ella ante los pies, que idolatraba,
acabadas de abrir echaba rosas.

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De su favor ya en vano el aire arrecía;
mintió a los dos, y sufrirá el castigo
que uno le da por vil, y otro por necia.

No hallará paz con él, ni bien conmigo
él que sólo la quiso, la desprecia;
yo, que tanto la amaba, la maldigo.

La vida humana

En la vida, los seres humanos experimentan diferentes emociones y sensaciones, aveces de ternura y en ocasiones de dolor. Ramón de Campoamor utiliza estos dos sentimientos para inspirarse y crear este poema.

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Velas de amor en golfos de ternura
vuela mi pobre corazón al viento
y encuentra, en lo que alcanza, su tormento,
y espera, en lo que no halla, su ventura,

viviendo en esta humana sepultura
engañar el pesar es mi contento,
y este cilicio atroz del pensamiento
no halla un linde entre el genio y la locura.

¡Ay! en la vida ruin que al loco embarga,
y que al cuerdo infeliz de horror consterna,
dulce en el nombre, en realidad amarga,

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sólo el dolor con el dolor alterna,
y si al contarla a días es muy larga,
midiéndola por horas es eterna.

La opinión

Una bella enseñanza y un mensaje reflexivo se viste con las telas de la poesía y se refleja en un poema de Ramón de Campoamor.

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¡Pobre Carolina mía,
nunca la podré olvidar!
Ved lo que el mundo decía
viendo el féretro pasar:

Un clérigo: ¡Empiece el canto!
El doctor: ¡Cesó de sufrir!
El padre: ¡Me ahoga el llanto!
La madre: ¡Quiero morir!

Un muchacho: ¡Qué adornada!
Un joven: ¡Era muy bella!
Una moza: ¡Desgraciada!

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Una vieja: ¡Feliz ella!
¡Duerme en paz! -dicen los buenos-.
Un filósofo: ¡Uno menos!
Un poeta: ¡Un ángel más!

Los dos miedos

Los miedos y las inseguridades son dos elementos presente en vida del ser humano, sobre esto escribe Ramón de Campoamor, quien se inspiró para dejar una enseñanza de calidad humana.

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I
Al comenzar la noche de aquel día,
ella, lejos de mí,
«¿Por qué te acercas tanto? – me decía -,
¡Tengo miedo de ti!»

II
Y, después que la noche hubo pasado,
dijo, cerca de mí:
«¿Por qué te alejas tanto de mi lado?
¡Tengo miedo sin ti!»

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Más cerca de mí te siento

Como una sombra en el pensamiento se muestra la imagen de a quien se dedica este verso, y sobre todo por quien se inspiro Ramón de Campoamor para componer estas inspiradoras líneas.

¡Ay! ¡Ay!

Más cerca de mí te siento
cuando más huyo de ti,
pues tu imagen es en mí,
es en mí,
sombra de mi pensamiento,
sombra de mi pensamiento.

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¡Ay! Vuélvemelo a decir,
vuélvemelo a decir
pues embelesado ayer
te escuchaba sin oír
y te miraba sin ver,
y te miraba sin ver. ¡Ay!

Ramón de Campoamor también incursionó en otros géneros, colaboró con diferentes publicaciones periodísticas, tanto con sus propios poemas como a través de la redacción y la dirección.

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Fallecido en Madrid en 1901 y la literatura perdió un destacado representante, pero atesora poemas que hoy son recordados con admiración, a pesar de ser diferentes y arrojar su carácter burgués y vulgar.

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