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+7 Fábulas de amor ¡Faciles para niños!

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El amor es uno de los sentimientos más bonitos y puros que puede tener una persona. El amor es tenerle aprecio, y cariño en sobre manera a una persona, es procurar su bien, y esperar que la otra persona corresponda a ese sentimiento.

Las fábulas de amor suelen tener diversos mensajes con respecto a este sentimiento. Estas fábulas suelen estar cargadas de grandes lecciones y enseñanzas, que enseñaran a los más pequeños de la casa, la forma correcta de amar.

+7 Hermosas fábulas de amor (Para niños y niñas)

De seguro has leído alguna vez una fábula de amor, sin embargo, acá te presentamos las siete mejores. No te las puedes perder

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El león enamorado

Esta fábula de amor cuenta la historia de un feroz león que se enamoro de una hermosísima joven. Aquella señorita era hija de un labrador. El día que fue el león a pedir su mano, su padre estaba sumamente asustado.

Porque temía por la vida de su hija. Es así como idea un plan. Atiende al león con mucho respeto y le dice que si desea casarse con su hija debe sacarse los dientes y cortarse las uñas.

Si el hacía esto, se podría casar con su hija. ¿Qué creen que hizo el león enamorado?

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Se había enamorado un león de la hija de un labrador y la pidió en matrimonio. Y no podía el labrador decidirse a dar su hija a tan feroz animal, ni negársela por el temor que el león le inspiraba.

Entonces ideó lo siguiente: como el león no dejaba de insistirle, le dijo que le parecía digno para ser esposo de su hija, pero que al menos debería cumplir con la siguiente condición: Debía de arrancarse los dientes y además cortarse sus afiladas uñas, porque eso era lo que atemorizaba a su hija.

El león aceptó los sacrificios porque en verdad la amaba. Una vez que el león llevo a cabo lo solicitado, cuando volvió a presentarse ya sin sus temidos poderes, el labrador lleno de desprecio por él, lo despidió sin piedad a golpes.

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Moraleja del león enamorado: nunca cambies tu manera de ser o tu aspecto físico solo por amor. Cambia porque lo deseas, no porque otro te lo pide, quizás esa persona deseas dejarte desprotegido, para hacerte mal

La abeja y la paloma

Esta fábula de amor habla de la historia de un abejita que estaba sumamente sedienta, porque hacia mucho calor. En su afán por refrescarse se acerca a un rio para tomar un poco de agua, al hacerlo cae por accidente y comienza a ahogarse.

En eso pasaba una paloma cerca de aquel lugar, y al ver la escena y escuchar los gritos de la abeja, decide acercarle una rosa para que se salve. Esta aploma salva a la abeja y luego se va. Tiempo después la abeja escucha un ruido en el bosque. ¿De que creen que se trata ese ruido?

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Viendo que estaba ahogándose
una abejita
una paloma tierna se precipita,
y en una rosa
que le lleva en el pico
sálvala airosa.

Poco después la abeja
vio que en la loma
un cazador apúntale
a la paloma.

Vuela: en la mano
pícalo atroz, y el tiro
tuércese vano.
No hay ser tan miserable
que nunca pueda
pagarnos un servicio
que en su alma queda;
no hay mayor goce
que el de probar
que el alma lo reconoce.

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Moraleja de la abeja y la paloma: el amor se puede presentar como un amor fraternal y amistoso. Al amar a tu prójimo siempre harás el bien, el cual, siempre se te será regresado

La princesa de fuego

Esta fábula de amor narra la historia de una vanidosa, hermosa y rica princesa. Ella estaba rodeada de mil comodidades, sin embargo, sentía que le faltaba amor, y ya estaba cansada de aquellos hombres que solo deseaban su dinero o riqueza.

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Es así como pública un decreto, donde decía que el hombre que llevará el regalo más tierno y valioso, se ganaría su corazón y se casaría con él. Es así como en el palacio llegaron cartas de amor, poetas y demás, para conquistar a la princesa.

Pero un regalo sobresalía entre todos, era una roca. ¿Qué creen que hizo la princesa con esa roca?

Hubo una vez una princesa increíblemente rica, bella y sabia. Cansada de pretendientes falsos que se acercaban a ella para conseguir sus riquezas, hizo publicar que se casaría con quien le llevase el regalo más valioso, tierno y sincero a la vez.

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El palacio se llenó de flores y regalos de todos los tipos y colores, de cartas de amor incomparables y de poetas enamorados. Y entre todos aquellos regalos magníficos, descubrió una piedra; una simple y sucia piedra. Intrigada, hizo llamar a quien se la había regalado. A pesar de su curiosidad, mostró estar muy ofendida cuando apareció el joven, y este se explicó diciendo:

– Esa piedra representa lo más valioso que os puedo regalar, princesa: es mi corazón. Y también es sincera, porque aún no es vuestro y es duro como una piedra. Solo cuando se llene de amor se ablandará y será más tierno que ningún otro.

El joven se marchó tranquilamente, dejando a la princesa sorprendida y atrapada. Quedó tan enamorada que llevaba consigo la piedra a todas partes, y durante meses llenó al joven de regalos y atenciones, pero su corazón seguía siendo duro como la piedra en sus manos.

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Desanimada, terminó por arrojar la piedra al fuego; al momento vio cómo se deshacía la arena, y de aquella piedra tosca surgía una bella figura de oro. Entonces comprendió que ella misma tendría que ser como el fuego, y transformar cuanto tocaba separando lo inútil de lo importante.

Durante los meses siguientes, la princesa se propuso cambiar en el reino, y como con la piedra, dedicó su vida, su sabiduría y sus riquezas a separar lo inútil de lo importante. Acabó con el lujo, las joyas y los excesos, y las personas del país tuvieron comida y libros. Cuantos trataban con la princesa, salían encantados por su carácter y cercanía, y su sola presencia transmitía tal calor humano y pasión por cuanto hacía, así que comenzaron a llamarla cariñosamente ‘La princesa de fuego’.

Y como con la piedra, su fuego deshizo la dura corteza del corazón del joven, que tal y como había prometido, resultó ser tan tierno y justo que hizo feliz a la princesa hasta el fin de sus días

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Moraleja de la princesa de fuego: el amor propio es mucho más importante que el amor que te puede dar otra persona. Si tú te amas serás inmensamente feliz y solo llegará alguien más para complementar esa felicidad.

El cuervo y el pavo

Esta fábula de amor narra la historia de un cuervo y un pavo que decidieron hacer una competencia para ver quien volaba mejor y más lejos.

Es así como ambos animales volaron hasta más no poder. Y al momento de deliberar el pavo comenzó a ofender en sobremanera al cuervo, diciendo que era una ave fea y de mal augurio.

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Esto le cayó muy mal al pobre cuervo, sin embargo, le dio una gran respuesta al pavo. ¿Qué creen que le dijo?

Pues como digo, es el caso,
y se relata en este cuento,
que a volar se desafiaron
un pavo y un cuervo.

Al término señalado,
¿cuál llegó primero?
Considérelo quien de ambos
haya visto el vuelo.

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Aguarda, le dijo el pavo
al cuervo desde lejos:
¿Sabes lo que estoy pensando?
Que eres negro y muy feo.

Escucha: también reparo,
le gritó más recio,
en que eres un pajarraco
de muy mal agüero.

¡Quita allá, que das asco,
grandísimo puerco!
Sí, que tienes por regalo
comer cuerpos muertos.

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Todo esto no viene al caso,
le responde el cuervo;
porque aquí sólo tratamos
de ver qué tal vuelo.

Si en las obras del sabio
no encuentra defectos,
contra la persona cargos,
suele hacer el necio.

Moraleja del cuervo y el pavo: no es bueno resaltar los defectos de los demás. Es mejor resaltar sus virtudes y crear lazos de amistad.

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El buey y la cigarra

La siguiente fábula de amor cuenta la historia de un buey muy trabajador que se la pasaba todo el tiempo haciendo surcos para su amo. Este buey tenía que hacer largos y grandes surcos, y no siempre quedaban derechos.

Es así como una cigarra malintencionada le decía que su amo no le perdonaría por arruinar así el surco. Que su trabajo no era bueno y que debía dejar de hacerlo. ¿Qué creen que le respondió el buey a la cigarra?

Arando estaba el buey, y a cada trecho
una cigarra, cantando le decía:
¡Ay! ¡Qué surco tan torcido has hecho! 

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Pero él, la respondió: Señora mía,
si no estuviera lo demás derecho,
usted no conociera lo torcido.

Calle, pues, cigarra haragana reparona;
que a mi amo sirvo bien, y él me perdona,
entre tantos aciertos, un descuido. 

¡Miren quién hizo a quién cargo tan fútil!
¡Una cigarra al animal más útil!
Mas ¿si me habrá entendido
el que a tachar se atreve
en obras grandes un defecto leve?

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Moraleja del buey y la cigarra: las personas envidiosas y malintencionadas son así porque les falta amor en sus vidas. Si conoces a una persona así, ofrécele tu amistad.

El gusano de seda y la araña

Esta fábula de amor cuenta la historia de un gusano trabajador y esforzado, que con amor hacia su capullo. Este gusano trabajaba lento, pero su obra estaba quedando impecable.

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Sin embargo, cierto día una araña se le acerca y le dice que su trabajo es más rápido que el del gusano. Que su tela esta lista y hermosa en poco tiempo, y que además es muy resistente.

La araña le dice cosas muy positivas al gusano de su tela, más no de su capullo. ¿Qué le dice el gusano a la araña?

Trabajando un gusano su capullo,
la araña, que tejía a toda prisa,
de esta suerte le habló con falsa risa
muy propia de su orgullo:

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¿Qué dice de mi tela el señor gusano?.
Esta mañana la empecé muy temprano,
y ya estará acabada al mediodía.

Mire qué sutil es, mire qué bella….
el gusano con sorna respondía:
usted tiene razón: así sale ella.

Moraleja del gusano de ceda y la araña: lo más importante es realizar un trabajo con amor y dedicación, sin importar el tiempo que dure en ello.

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El caballo y el jabalí

La siguiente fábula de amor, narra la historia de un caballo salvaje y libre que siempre iba a calmar su sed en el mismo rio poco profundo, sin embargo, para ese mismo rio iba siempre un jabalí el cual, con sus patas sin querer enturbiaba el agua.

Esto le molestaba en sobremanera al caballo, ya que, amaba tomar agua clara y tranquila. Es así como le pidió amablemente al jabalí que dejara de metes sus patas en el rio. Peor el jabalí solo se río de él.

El caballo muy molesto decide deshacerse de él, y para ello necesita la ayuda de un humano. ¿Cómo creen que termina la historia?

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Todos los días el caballo salvaje saciaba su sed en un río poco profundo. Allí también acudía un jabalí que, al remover el barro del fondo con el morro y las patas, enturbiaba el agua. El caballo le pidió que tuviera más cuidado, pero el jabalí se ofendió y lo trató de loco.

Terminaron mirándose con odio, como los peores enemigos. Entonces el caballo salvaje, lleno de ira, fue a buscar al hombre y le pidió ayuda. -Yo enfrentaré a esa bestia -dijo el hombre- pero debes permitirme montar sobre tu lomo.

El caballo estuvo de acuerdo y allá fueron, en busca del enemigo. Lo encontraron cerca del bosque y, antes de que pudiera ocultarse en la espesura, el hombre lanzó su jabalina y le dio muerte. Libre ya del jabalí, el caballo enfiló hacia el río para beber en sus aguas claras, seguro de que no volvería a ser molestado. Pero el hombre no pensaba desmontar.

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-Me alegro de haberte ayudado -le dijo-. No sólo maté a esa bestia, sino que capturé a un espléndido caballo. Y, aunque el animal se resistió, lo obligó a hacer su voluntad y le puso rienda y montura.

Él, que siempre había sido libre como el viento, por primera vez en su vida tuvo que obedecer a un amo.

Aunque su suerte estaba echada, desde entonces se lamentó noche y día: -¡Tonto de mí! ¡Las molestias que me causaba el jabalí no eran nada comparadas con esto! ¡Por magnificar un asunto sin importancia, terminé siendo esclavo!

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Moraleja del caballo y el jabalí: no hay que pagar mal por mal, enséñale a las personas que con amor y paciencia siempre se obtienen los mejores resultados. Hacer el mal a otros, solo traen consecuencias para sí mismo

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